28 abril, 2024

Opinión

El peor caso de “Secuestro Express”

Diariamente vemos a madres, padres, esposas, hijos, llorando ante el cuerpo del que ha sido víctima de un sicario. Los asaltos y “secuestro exprés”, son rutinarios. Con suerte se salva la vida mientras el espíritu queda vejado, teniendo que, además, ir a poner la inútil denuncia.

Ni dormir en casa se puede. El ciudadano tiene que mantener un ojo abierto y el mejor oído alerta para finalmente ayudar a llevarse sus pertenencias al protegido ladrón.

Todavía algunos guardan la ilusión de poder ir ante alguna “autoridad” y recibir el auxilio de la Justicia, hoy estamos apropiados.

Sin embargo, con la confiscación de nuestra patria y todos sus poderes por un solo ciudadano que ha vuelto a imponer la idea de que él es enviado por la diosa luna, depende todo del ánimo que tenga el dictador.

Las nuevas embajadoras

El Presidente de la República en su enlace sabatino dio a conocer los nombramientos de Nathaly Celi y Aminta Buenaño como nuevas embajadores ante los gobiernos de Estados Unidos de América y España respectivamente, al respecto creo necesario realizar las siguientes precisiones:

En el lento desarrollo de nuestra institucionalidad, se creó el Ministerio de Relaciones Exteriores, pero careciendo casi totalmente de verdaderos diplomáticos. Las embajadas y los consulados, por lo general eran llenados por amigos del régimen imperante con honrosas excepciones. Recién en 1987 se creó la Academia Diplomática que profesionalizó el Servicio Exterior, estableciendo que la diplomacia no es una profesión universitaria sino una carrera pública. Con relación al Servicio Exterior, Armando Pesantes García en su libro “Las Relaciones Internacionales” señala que: “La carrera diplomática es el conjunto de los funcionarios dependientes del Ministerio de Relaciones Exteriores, que organizados jerárquicamente, han hecho de la diplomacia su profesión habitual, ocupando cargos que se les asigna sin relación alguna con los cambios políticos que puedan ocurrir en el país”.

El hombre

Todo animal es egoísta y el hombre no es una excepción.

Todo animal es cruel y mucho más cruel con los otros de su misma especie. Si vemos para atrás en la historia, debemos reconocer que sí se han logrado avances importantes en relación a la forma como actuaba el ser humano en siglos anteriores.

Pensemos en la condena y muerte de Cristo. Fue juzgado y condenado injustamente. Se lo azota, se lo escupe, se lo insulta y se lo veja, se lo corona con espinas, se lo golpea y luego, sin ropa, se lo clava contra un madero en forma inmisericorde.

Sólo pensar en esa forma de tratar a un criminal, por más culpable que sea hace que sintamos escalofríos, peor aún cuando el mismo Juez declara que no encuentra en Él culpa alguna. La forma como se trataba a los esclavos en la antigüedad, a quienes se encadenaba a los remos así la nave se hunda y se los azotaba para que remen. El circo romano, echar a los esclavos o presos a los leones o a otros animales para divertir al pueblo, es más que un crimen, una aberración criminal. La vida de un hombre en esa época, sólo tenía valor si el hombre era alguien para los que convivían con él, porque aunque hubiera sido noble en su tierra, si era capturado, pasaba a ser esclavo y a ser tratado en la misma forma. La crueldad humana siguió.

Los Sufridores

Nuestro país está jodido porque está repleto de ellos. En todas las instancias. En todas las familias. En todos los grupos, gremios y movimientos sociales hay un sufridor al acecho… Ahí están, son causa y motivo de la destrucción de hogares. Del odio y desentendimiento en los barrios. Del mal ambiente en las empresas. De la separación de los grupos de amigos. En general, del estancamiento de los países. Porque el sufridor es el sinónimo patético del peor grado del acomplejado: el que sólo mira lo malo.

Para el sufridor, que es por esencia murmurador, todo el mundo es marihuanero, drogadicto, pandillero, puta, maricón o ladrón. Nunca nadie tiene buenas intenciones. Todos tienen un objetivo escondido y se satisface y solaza “descubriéndolo”. Es más, le dedica tiempo a eso. Mide cada palabra, cada gesto, cada tartamudeo en su afán de demostrar que quienes lo rodean son tontos y quieren hacer o hacen mal. No hace ni deja hacer. Sufre por eso. Pero, sorprendentemente, sufre además porque los demás también hacen.

La dicotomía del Camaleón

Ante las declaraciones del presidente Rafael Correa de que los vendedores informales son verdaderos héroes cotidianos, surge la polémica: ¿Debería permitírseles trabajar libremente?

El 24 de mayo del 2008, dijo: “los informales tienen derecho a trabajar.” Rafael Correa declaró ese sábado que los comerciantes informales “tienen derecho a trabajar”, ya que, según él, son “héroes capaces de crear una empresa de la nada”.

El Gobierno, añadió Correa durante su cadena radial, no está dispuesto a permitir que los municipios traten como criminales a los comerciantes informales y que la policía municipal les requise su mercadería.

Atropellos contra la opinión pública

“¡La pluma!, ese poderoso instrumento de los hombres insignificantes”. – Lord Byron –

De lo más común es que quien ha alcanzado fama o poder, corra el riesgo de verla disminuir, ya que quien ostenta el poder es generalmente impopular; en nuestro país este gobierno no sólo que guarda sino más bien crea las apariencias, lo que poco a poco ha ido acabando con la prensa y la opinión pública libre y ha ido a la vez formando la suya propia. Y es que hoy más que nunca: “Ser libre, es estar informado” (George Menager).

Y lo más grave es que el Gobierno, para tratar de no perder popularidad, utiliza los dineros de todos los ecuatorianos, más que para educación o salud, para hacerse propaganda y en una campaña totalmente personal. Por eso es que este país sigue desarrollando una pobreza abrumadora, “…una masa trémula de atormentados, hambrientos, desposeídos y aturdidos seres humanos que se encuentran ante las ruinas de sus ciudades y de sus casas y escudriñan los oscuros horizontes, temiendo un nuevo peligro, tiranía y terror” (Winston Churchill); y sigue por otro lado arruinando la paz por la lucha de clases que generan esas campañas del actual gobierno, con lo que prácticamente va destruyendo las perspectivas de toda esperanza. Y por falta de poder opinar libremente escuchamos el sombrío silencio de la desesperación. De ahí el chiste regado ahora de que le preguntan a alguien ¿cómo está? y dice “no me puedo quejar”, “ah, ¿tan bien estás?”, “No. No me puedo quejar porque me meten preso”. Eso no podemos permitir jamás que exista. Este debe ser siempre un país libre con ciudadanos libres.

Fin a la calma

En una entrega anterior indicaba que el país gozaba de unos días de CALMA con motivo del receso de los Asambleistas así como por la ausencia del Presidente Correa en goce de vacaciones en Bélgica. Si bien el Círculo íntimo continuaba el mangoneo del país en la parte Administrativa, la ausencia temporal de quienes integran los dos Poderes del Estado, increíblemente hacían que exista un sosiego y una ansiada paz.

El retorno anticipado de los Asambleistas para conformar las 13 Comisiones que tienen la Función Legislativa, volvió a caldear los ánimos y se dio paso a las componendas y amarretes que ya son una costumbre que decían superadas en el Gobierno de la Revolución Ciudadana. Las ambiciones por captar las Presidencias o Vicepresidencias de las Comisiones, superó ampliamente las disciplinas partidistas creando rencillas en el interior del mismo PAÍS y sus aliados.

La defensa de la honra

Los seres humanos tienen valores o principios.Estos son extrínsecos e intrínsecos. Extrínsecos son los materiales, finitos y cuantificables. La fama, el dinero y el poder son ejemplo de ellos. Una persona millonaria, puede perder todo y volverse pobre. Si jamás recupera lo perdido es porque carece de los valores intrínsecos y nunca podrá superar su caída.

Solo aquellos que tengan sólidos valores intrínsecos, podrán seguir adelante y recuperarse de los obstáculos que debe enfrentar en la vida.

Perseverancia, perdón, generosidad, humildad, bondad, valor y capacidad de lucha son algunos de ellos.

Los valores intrínsecos son los más importantes.Son los principios que cada persona lleva dentro de sí. Son la fuerza interior que hacen a los seres humanos vivir bajo códigos morales. Son características de las inteligencias superiores que se traen genéticamente y se acrecientan con el aprendizaje. Son espirituales e incuantificables. Constituyen la manera como el individuo se percibe a sí mismo y como es reconocido por la sociedad.

La megalomanía

Hay un dicho común, que creo que todos lo hemos escuchado alguna vez que habla sobre el creerse más de lo que se es, que dice que el mejor negocio que se puede realizar en el mundo, es comprar un argentino en lo que realmente vale y venderlo inmediatamente en lo que él cree que vale. Este dicho no es contra los argentinos, que en su gran mayoría no son así, se refiere a la autovaloración exagerada del individuo, que ocurre en muchos y se proyecta más allá de lo imaginable o de lo lógico.

Esta forma de delirio de grandeza parece estarse extendiendo en forma alarmante en un país pequeño como es el nuestro. Estamos llegando al otro extremo indeseado de la campana, y todo extremo es malo. Ahora toda persona que se siente o cree ser ofendida por otro, se cree con derecho a demandar por millones de dólares en un país en el que muy pocos habitantes llegan a tener esa cantidad de dinero. Nos dejamos deslumbrar por los sueldos de los deportistas, de los artistas y de la gente de farándula para hablar de demandas por valores tan absurdos como los que se pide.

La cultura de la falta de cultura

“Tan sólo por la educación puede el hombre llegar a ser hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él” – Immanuel Kant –

La falta de cultura está amarrada con la falta de educación. Decimos que nuestra gente no está lo suficientemente preparada. Alguien me comentaba que en Bogotá, uno se trepa a un bus y se topa con que más de la mitad de los pasajeros están leyendo un libro. No periódicos con mujeres desnudas y muertos, ni volantes pseudoreligiosas de esas que se reparten por doquier. Esa es una de las razones por las cuales sobran imbéciles y sinvergüenzas en este país. Recordemos a Albert Camus “El hombre no es totalmente culpable puesto que no ha empezado la historia; ni tampoco totalmente inocente puesto que la continúa”.

Es raro, pero en Guayaquil, por algún motivo, a la gente no le gusta leer. Cuando pregunto el por qué siempre me dicen que es cuestión de “cultura”. Claro que quienes me dicen eso son parte de la cultura de la falta de cultura y desconocen u olvidan que más o menos hasta pasada la mitad del siglo XX, Guayaquil era la principal fuente de obras literarias del país; no por gusto a uno de los más importantes colectivos literarios se lo llamó “Grupo de Guayaquil”.

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