26 abril, 2024

El gobierno de los caretukos

Este gobierno nos obliga a vivir una avalancha de denuncias debidamente fundamentadas, que evidencian los gravísimos actos de corrupción a todo nivel que se dan entre su gente. Los mismos son un tsunami de latrocinios que han logrado el acelerado enriquecimiento ilícito de las manos sucias y bolsillos ardientes.

Alrededor de la cúpula, los ministerios o desde los pequeños cargos, se roba descaradamente abusando del autoritarismo imperante como arma para depredar al estado.

El falso heroísmo de Correa

Cada vez que veo a Correa en la televisión me pregunto: ¿Que hace metido en pleito ajeno y por qué no está trabajando para nosotros en lugar de perder su tiempo tratando de solucionar problemas de otros?

Los ecuatorianos no le pagamos el sueldo para que se la pase viajando y buscando arreglos a los líos de otros países y peor si en estos, el principio de la libre determinación de sus propios pueblos exige que nadie intervenga.

Este falso heroísmo solo camufla la intensión de figuretear para estar en la mira de la atención internacional.

Para su desmedida vanidad, el Ecuador ya resulta chico y ahora su hipertrofiado ego necesita el reconocimiento universal para así calmar sus ansias de querer ser como Bolívar, autoproclamándose el paladín de la democracia latinoamericana.

Cortina cómplice

Este desgobierno y la cabeza que lidera nuestro rumbo indefinido, nos tienen acostumbrados a que cada vez que se les descubre un acto de corrupción, el propio mandatario sale a dar la cara y con unos cuantos gritos y algunas órdenes impartidas de tipo transitorias, todo queda en nada y con esa cortina cómplice propiciada desde arriba, la robolución ciudadana se ha convertido en uno de los más corruptos ejercicios del poder.

La receta es bastante simple: Al escándalo denunciado le sigue una rueda de prensa, luego en la misma se habla de las manos limpias y los corazones ardientes. Luego el líder respalda incondicionalmente al acusado y ordena a los subalternos para que investiguen sabiendo que por su condición de dependencia, jamás lo harán.

La libertad de expresión

No puede ser la consecuencia de un benevolente permiso gubernamental. Es un derecho irrenunciable de todo ser humano que vive en democracia. Constituye un privilegio adquirido gracias a la lucha de generaciones cuyo precio fue la sangre, sudor y lágrimas derramadas por los librepensadores que nos la legaron.

Los ecuatorianos debemos cuidar que este patrimonio sea preservado íntegramente.

Para ello tenemos que defender este derecho al costo que sea y contra cualquiera que pretenda conculcarlo.

El perfil psicológico del tirano

Es un individuo de pensamiento acelerado.

Las ideas le fluyen en forma incontrolable hasta llegar a la fuga de las mismas. Dice cosas inconvenientes por que no las razona. Su pensar es expresado mediante una verborrea imparable. Muchas veces incoherente, actúa contrario a lo que piensa y aquello que dice es lo primero que le pasa por su mente. No sabe callar ni respetar el pensamiento ajeno.

El contenido de su juicio es aparentemente lógico, aunque mantiene rasgos paranoideos evidentes. Tiene una suspicacia excesiva. Constantemente vive bajo la sensación de que le quieren hacer un complot o se siente maltratado. Su pensamiento está lleno de ideas de daño, perjuicio y persecución. Tiene una obsesión fanática que nubla su juicio lógico. Es obsesivo y suspicaz en extremo, sin llegar a confiar jamás en nadie. Si aparenta que lo hace, solo lo hace por conveniencia y mientras le sirva quien supuestamente confía, para posteriormente desecharlo y luego odiarlo.

¿Chiro o pelucón?

En términos de mi especialidad un ser humano es coherente cuando actúa de acuerdo a lo que piensa. Muy pocas personas pueden llegar a este grado de autenticidad y transparencia. Muchos dicen ser de una manera, pero viven de otra forma. Cuando nadie los ve, son todo lo contrario a lo que dicen.

En la coherencia radica la universalidad y su vigencia en el tiempo del hombre más coherente que ha tenido la humanidad: Cristo.

Fraudes electorales

Por todo el Ecuador es conocida la inmensa cantidad de denuncias sobre fraudes que se han dado en las provincias. En casi todas ellas hay indicios suficientes para señalar a ésta como la peor de todas las elecciones llevadas a cabo en nuestro país.

Al margen de las atrocidades que evidencian la superficie del problema, el fondo está dado por la injerencia del gobierno sobre una función electoral que no es independiente, sino dependiente de las necesidades de la dictadura central.

Los actuales miembros del consejo nacional electoral fueron puestos a dedo por el ejecutivo. Los actuales miembros del tribunal de lo contencioso electoral fueron puestos a dedo por el ejecutivo. Los actuales miembros del consejo constitucional fueron puestos a dedo por el ejecutivo.

¿No hay varones en el Ecuador?

Personas contrarias a lo que escribo manifiestan su inconformidad diciendo que soy un insultador de Correa.

Normalmente soy una persona positiva y optimista. Ni siquiera digo malas palabras frente a las mujeres y no soy conocido como belicoso.

Ofrendaría mi vida por lo que creo y pienso que el patrimonio más valioso del ser humano está en su honra.

Hago este preámbulo por que quisiera ver a cualquiera de las personas que tan ciegamente defienden las patanadas de Correa, como a la hora de ser atacados por cualquiera, ojala pudieran responder con tanta mesura y reflexión como la que exigen.

El estadista acomplejado

Después del fraude y el triunfo de Correa; todo el Ecuador esperaba que por fin el muchacho de Chávez madure y se pusiera a gobernar para todos los ecuatorianos.

Cualquier estadista hubiera proclamado una concertación nacional.

Mucho peor en circunstancias donde la mitad de los ecuatorianos no votaron por Correa o lo hicieron en su contra.

Sin embargo el beligerante cromosómico sigue destilando veneno contra aquellos que odia irracionalmente.

La repugnancia que le tiene a los pelucones o a aquellos que según el lo son, no es generalizada. Es una tirria enfermiza focalizada hacia la ciudad de Guayaquil y a dos de sus barrios.

La victoria de Correa

No soy persona que llora sobre lo acontecido.

Correa ganó.

Analicemos cómo llegó a este triunfo.

Antes que nada; no me explico hasta ahora como para descalificar mi candidatura a la Vicepresidencia de la República, el Consejo electoral revisó y descartó ciento ochenta mil firmas en treinta y cinco minutos y hoy, cuatro días después de las elecciones solo han podido escrutar el cinco por ciento de las actas.

Correa triunfó por varios factores…

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