El ingrato que mordió la mano que le dio de comer.
Por muy importante que se crean las personas o muy malas que estas sean y peor aún por muy significativo el cargo que tuvieren, deben actuar con ciertos valores universales mas allá de cualquier circunstancia.
Uno de estos principios es la lealtad.
Esta virtud afectiva existencial, implica tener una actitud irrenunciable de gratitud hacia las personas que nos quieren o a cualquier circunstancia que contribuyere a formarnos en lo que somos.