6 mayo, 2024

Opinión

"La justicia de Oropel"

Es imposible, aunque uno tenga la mejor de las voluntades de hacerlo, hablar de cosas buenas
de este gobierno, claro está, saldrán los adláteres al poder y dirán que tenemos muy buenas
carreteras, que se han mejorado y construido nuevas infraestructuras de salud y educación, y
así algunas cosas más por el estilo, obras tangibles, que sería necio desmerecerlas, sin embargo
de lo anterior, de que me sirve una excelente carretera, si su contorno sigue sin equipamiento,
y las poblaciones a su alrededor siguen abandonadas y sin servicios, o de que me sirven lujosos
centros médicos o educativos, si no tengo personal capacitado para que lo administren, peor aún
técnicos especializados para operar su implementación.

Recuerdo que en algunas ocasiones el Mashi Mayor, dijo que las obras de Guayaquil, eran
simplemente de “oropel”, lo que en buen romance sería expresar, que lo realizado por nuestros
dos últimos Alcaldes, es una pura y simple ficción, digo yo, “oropel”, sanear el Municipio de
gente que cobraba sueldos, sin siquiera vivir en el país, reconstruir el Palacio Municipal, que
antes de agosto de 1992, era una verdadera cueva de ratas y rateros, levantar el autoestima
del guayaquileño, que estaba tan venida a menos, por décadas de nefastas administraciones,
dotar de infraestructura vial a la ciudad que prácticamente estaba en ruinas, dotar de una red de
mercados física e higiénicamente adecuados, obras de “oropel”.

El Guayaquil de ayer y de hoy

Guayaquil

Acabamos de pasar otro 9 de Octubre, diferente con la historia del 1820, esto es hace 192 años de historia, vivida por muchos, de los cuales algunos no fueron o no son Guayaquileños de nacimiento, pero que si quieren al Guayaquil de sus sueños y de sus amores, como yo quiero y he demostrado en el transcurso de mis años vividos, que he respetado y he querido a Guayaquil.

La revisión de la historia, nos revela las diferentes etapas de la vida de este Guayaquil valiente y progresista, que jamás ha sentido temor al presente y que ha forjado permanentemente su futuro.

Supo superar sus tragedias de incendios y terremotos, enterrando las cenizas y creando nuevas perspectivas e ilusiones.

En absoluto

Henry Thoreau dice textualmente en uno de sus escritos, DEL DEBER DE LA
DESOBEDIENCIA CIVIL, “De todo corazón acepto el lema de que “el mejor gobierno es

el que gobierna menos”, y me gustaría que fuera honrado con más diligencia y sistema.
En la práctica significa asimismo, lo cual también creo: “que el mejor gobierno es el que
no gobierna en absoluto”; y cuando los hombres estén preparados para él, ese y no otro
será el que tendrán. El Gobierno es, a lo más, una conveniencia; aunque la mayoría de
ellos suelen ser inútiles, y alguna vez, todos sin excepción, inconvenientes.”

Este criterio me resulta claro y me agrada, así que no perderé el tiempo hablando de
política, más de lo necesario, y como ya lo dijo el mismo Dios, hace algunos años, dad al
César lo que es del César. A los políticos, la política.

Aprender a desaprender

Cuando alguien habla de aprender significa, en referencia a la mayoría, que
está recibiendo información sobre algo útil para su interacción social. Para
los diccionarios, sin embargo, suficiente es con “recibir el conocimiento de
una cosa”. En opinión general, aprender es aumentar saberes. ¿El sentido
de comprensión de un aprendizaje es, entonces, de facto, acumulativo?.
Hay quienes piensan, incluso, teniendo en cuenta el estatus por su proceso
formativo, que el aprender es ilustrarse, en detalle, de cada asunto, cada
vez más. ¿Hay que sobrepasar, por lo tanto, lo aprendido ayer como parte
del proceso de tener más sapiencia mañana…?

¿Hasta dónde lo antes indicado responde, afirmativamente, a una realidad
socio formativa cierta? Es necesario entender, antes que nada, que el
aprendizaje, que tiene que ver con un sin número de mensajes no siempre
bien estructurados, sufre un proceso de filtración sicológica, por lo común
en tiempos diferidos. Todo usuario receptor, de acuerdo a las circunstancias
mediáticas, demora en asimilar los contenidos, en tanto perjudique o no
a su identidad, de acuerdo al grado de contradicción o aprobación de sus
valores…En esto consiste, y es válida, la “disonancia cognoscitiva” del teórico
de la comunicación León Festinger.

La displicencia

Vivimos un clima de abuso y temor. En cualquier noticia respecto al gobierno o quién lo preside, recibimos una andanada de prepotencia y abuso de poder. Vemos esto como un hecho común y la indolencia es nuestra respuesta frente a esta opresión.
Nos hemos convertido en oprimidos cuya displicencia es la no respuesta a este anti fenómeno gubernamental y no reaccionamos frente a la injuria proveniente del poder.

Yo soy la prueba de este abuso. En la actualidad tengo en mí contra setenta y cuatro juicios que han sido instaurados en este periodo de gobierno.Cuatrocientos cincuenta y siete millones de dólares es el monto de mis demandas.

Recuerdo con sonrisa cuando la gente y la opinión internacional se escandalizaban por que diario el universo que es una empresa grande y muy sólida, podría quebrar si tuviera que pagar los cuarenta millones de dólares por la demanda de Correa.

Red Delictiva

Un estudio publicado en un medio de comunicación escrito, reveló que en Ecuador, más del 51% de los usuarios de
las famosas “Redes Sociales” comparten información personal y privada en
estos espacios cibernéticos, a los cuales cualquier persona puede acceder.

Mas allá de lo que esto significa en razón del tiempo perdido, en el cual los
estudios flaquean y los que trabajan disminuyen la productividad de las
empresas (públicas y privadas), está el tema de la infracción, pues, aunque a
muchos en razón de su oficio, les guste compartir su vida privada con extraños,
no todas las personas que aparecen en las redes sociales han autorizado
dichas publicaciones.

La mayor obra de este Gobierno: La siembra y cosecha del terror

¡Yo no le temo!

Frase que evidencia un ser aterrado. Ofrece dos alternativas: Ceder ante el susto por estrategia; o encontrar más amenaza en dejar de usar la fuerza que lleva al heroísmo.

Afirmar la verdad resultante de una investigación; advertir que el calor y humo es señal de fuego; manifestar tu propia convicción sobre un hecho: ¡Te convierte en corrupto! Sin embargo, la tergiversación del espíritu de una Ley o su desmedida aplicación es santidad.

El mismo presidente Correa indicó que había anomalías en el caso Cofiec; empero, luego afirma: “En el caso Cofiec, no tienen nada. Si Pedro Delgado ha cometido alguna deshonestidad, que vayan y le ponga un juicio”, dijo Rafael Correa, al referirse a la prensa que él llama corrupta por las publicaciones del caso Duzac.
Fue más allá el mandatario. “Habrá elecciones y ustedes podrán decidir. Yo soy una persona de principios, están que presionan para que renuncie Pedro Delgado. ¡Destituirlo! ¿Por qué? Por el escándalo que hace una prensa tremendamente corrupta”.

Somos un pueblo egoísta y cobarde…

Desde que somos pequeños nos enseñan que el bien común es prioritario sobre el bienestar individual.

Los principios de la religión católica, que alberga la mayoría de creyentes en nuestro país, nos inculca amar al prójimo más que a uno mismo.

Incluso el mayor ejemplo de esta forma de pensar, es el sacrificio del hijo de dios, que entregó su vida a cambio de redimir los pecados de la humanidad.

Desde pequeños nos hacen estudiar de memoria a los héroes de la patria.

Nos inculcan a raja tabla los principios cívicos y nos hacen rememorar las gestas heroicas de nuestra historia.

El silencio es elocuente

Muchas veces son los buenos, los voceros del mal, y con su actuación, en vez de hacer bien, hacen mal. Cuando se quiere ser juez, el orgullo y la vanidad hacen presa de uno, y uno hace, en forma idiota, el papel de difusor del mal, al crear en una persona ajena al problema, la curiosidad sobre el tema.

He visto con pena cómo amigos muy queridos se dejan engañar por perversos que largan mentiras, abusando de la libertad de expresión que brindan el Internet y las cadenas sociales y telefónicas, y que inventan patrañas como el de la película “El Cuerpo de Cristo”, que no ha existido, ni ha sido jamás ni siquiera imaginada, a menos que sea por la mente torcida del autor de esa cadena.

¿Ahora que vendrá?

Hay que reconocer que el gobierno del Socialismo del Siglo XXI tiene entre sus estrategias mantener al país pendiente de acontecimientos que pasan a ser insignificantes frente al manejo económico y a la libertad con la que se gastan los recursos sin rendición de cuentas. No hay en la historia del Ecuador un Gobierno que haya manejado la cantidad de dinero como el actual.

Interminable es la lista de hechos que han sido noticia con grandes titulares y que posteriormente han caído en un olvido amnésico. En las últimas semanas la cortina de humo estuvo dada por el asilo otorgado al señor Assange, luego de que estuviéramos a punto de declararle la guerra a Inglaterra. Igual estallo el escándalo de las firmas falsetas supuestamente descubiertas por el Consejo Nacional Electoral; la atención de los politiqueros se centro en evitar la desaparición de sus movimientos políticos. La prensa ha continuado siendo el blanco de calificativos que van desde la corruptela hasta el enriquecimiento.

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