2 noviembre, 2024

Hostilidad

Algo hostil, algo tenso. Aversión, oposición, discordia, antipatía.

Algo con lo que no se puede vivir, o con lo que no se debe vivir; con lo que vivir se vuelve un infierno.

La hostilidad debería ser abolida, porque no conduce a ningún sendero. Te deja paralizado, sin avanzar y carcomiendo rabia y malestar. Pura mierda.

¿Eres hostil? ¿Hay alguien hostil a tu lado? ¡Olvídalo! No a ti ni al otro, al comportamiento hostil. No le hagas caso. Es una gran tentación que no te dará satisfacción alguna.

Apoyaría con gusto a la Asamblea si llega a proponer algún día la ley en contra de la Hostilidad (oposición saludable). Se puede debatir con argumentos, sin llegar a la discordia enfermiza.

Se puede sostener la verdad sin ser hostil, sin llegar a ser un majadero insoportable.

Sostener la verdad es tarea del mundo entero, a fin de cuentas la verdad es aquella que nos hace felices, sin distinción de credo alguno. Incluye la no violencia (no hostilidad), el no robar (no abusar de los otros debido a la posición política, social o económica, en la que la persona se encuentra), la no posesión (fraudulenta con la extensión del significado de la palabra), el trabajo para todos (incluido aquí el trabajo para cuidar la parte física del cuerpo, un no rotundo a la holgazanería), la intrepidez (todos podemos plantearnos metas y sueños sin estar limitados, abrir negocios, importar y exportar lo que resulte sustentable y colaborar con el progreso de la familia, la sociedad y el país), el respeto a todos por igual, el control del paladar (no solo para comer sino además para hablar con moderación), la libertad (de acción, pensamiento, palabra y omisión), y para el que pueda (Oj Alá todos) el control de los sentidos (incluye aquí para unos el celibato para otros la sexualidad responsable, en sí el autocontrol; y sobre todos los sentidos, el esmerado cuidado de sí utilizar el sentido común).

Estas normas, si se quiere llamarlas así, que he citado en el párrafo anterior, son una especie de correspondencia actualizada y adaptada para el medio, de los once principios que observaba Gandhi y sus satyagrahis o sostenedores de la verdad, sus discípulos. Los votos de estos satyagrahis se realizaban en espíritu de humildad para formar parte del famoso movimiento de no-violencia, Satyagraha, fundado por Mohandas Gandhi.

Gandhi vivía y promovía ahimsa, renunciar a dañar a cualquier criatura viviente, en pensamiento o en acción.

Vivir conforme a la Ley o a la justicia natural, es un llamado que surge de lo más profundo del ser humano. Hay mucho ruido. Ruido social, ruido político, siempre estamos en campaña, no paramos de hablar. Bla, bla, bla, bla, bla, al infinito. Debe llegar el momento de hacer silencio, será la única manera.

Propongo a todos, antes de hablar a la audiencia, antes de escribir a los lectores, antes de conversar con los amigos, mantener unos segundos de silencio interior… ¿conviene lo que voy a decir? ¿Lo que voy a decir lo diré con respeto a todos y por lo tanto a mí también?, ¡ahimsa! …

Estoy convencida de que el silencio, la pausa antes de dar play, es un método eficaz para vivir en paz, para que cese la hostilidad, para ir edificando no un mundo nuevo, si un mundo mejor, ya que el que tenemos, pese a todo, aún es un mundo maravilloso.

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