La aventura que nos espera

Formidable aventura la que nos tocará vivir. El sufragio terminó y la libertad y la democracia se debilitarán hasta el extremo de que hay quienes prevén su desaparición del escenario político. Es sintomático: mientras más hable el Gobierno de las libertades individuales y colectivas, más peligra la democracia .

Porque los autócratas nunca dejarán de hablar de una democracia que les es propia, personal, ortopédica, gracias al servicio doméstico de políticos a quienes les queda grande ese apelativo . Y no aludo tan sólo a alzamanos en asambleas y congresillos. Hablo también de quienes , obcecados por su ambición , decidieron aspirar a una primera magistratura que siempre se supo les era esquiva. No habría sido ético afirmar esto luego de conocerse el resultado electoral, pero lo he expresado antes, reiteradamente, mientras era oportuno hacerlo y había la esperanza de una rectificación que diera paso a un milagro democrático .

Pero la tozudez prevaleció y hasta dio lugar a suspicacias que es preferible descartarlas, porque hundirían a su presunto autor por debajo de la escala zoológica que el mundo político tiene establecida. Seguimos, pues, con los vicios que el electorado rechazó, permitiéndole al Gobierno violentar leyes , mostrar su vocación contraventora y abusar del proceso electoral. Nos preguntamos si el abuso prosigue con los escrutinios.

Fue también una cuestión de imagen , que coloca al tema electoral en el mercadeo político y en el que los candidatos resultan ser simples mercancías en competencia. Alvaro Noboa lucía como abuelo de Correa : anciano, casi obeso, pasado de moda, sin elocuencia. Lucio Gutiérrez, arrastrando el peso de haber sido expulsado del poder y sin abandonar un balbuceante discurso que el mismo Correa se encargó de imitar, ridiculizándolo. ¿Qué joven o adolescente podría votar por uno de ellos ? Correa tuvo ( y tiene ) todo de lo que aquellos carecen : juventud , vigor y locuacidad para escupir sus discursos obsoletos y disociadores , pletóricos de hipocresía, malgastando dineros del Estado para exacerbar pasiones y rencores de quienes están “ jodidos”, ofreciéndoles – con éxito seguro – que en su gobierno TODOS estaremos “jodidos”.De los otros candidatos, sin menosprecio alguno, ni hablar.

El resultado fue previsible y será también el último triunfo de Correa. Hoy ha ganado en el conteo y enarbola un porcentaje que mañosamente ignora los votos en blanco y nulos de ciudadanos que acudieron a las urnas y no votaron por él, más las abstenciones que hicieron caso omiso a su atosigante llamado.

¡No hay tal 51% del electorado nacional ! ¿De qué victoria inédita se habla ? El rostro de su próxima derrota ya mostró sus orejas. Sus seguidores disminuyeron ostensiblemente , pese a la debilidad de sus rivales. De allí que será formidable la aventura que comenzamos a vivir , dentro de una democracia cuyos enemigos no son quienes la oprimen desde el poder , con Correa a la cabeza, sino quienes la ensucian , desde todos sus ángulos y niveles . La mugre del pasado se ha fundido con la mugre del presente y se inaugurará un nuevo período presidencial con claros visos de corrupción circundante que debieran alarmar al mismo Correa.

La Justicia acaba de liberar a quienes dormían sobre colchones de dinero y se atragantaban con cheques de coimadores. Vergonzoso. Pero Correa se recrea embistiendo contra lo que él califica de prensa corrupta, tema obsesivo que alude a lo que más le mortifica : la libertad de expresión. Correa quiere prescindir de las verdades que le molestan y está sistemáticamente acallando las que emiten sus críticos. Le importa un rábano desconocer que la libertad de expresión, si finalmente algo significa, es el derecho de decirle al gobierno lo que éste no quiere oír. Así, todo intento de objetividad periodística resulta ser pasquín o pocilga, bajo su autoritaria óptica.

El fantasma de la corrupción , cada vez más corpóreo , sólo podría ser denunciado y combatido en el bastión democrático que nos queda : la Asamblea Nacional . Ésta deberá también revisar las políticas redistributivas que el gobierno ejecuta con fondos públicos que pudieron racionalizarse, sembrando desarrollo en vez de arrojar dádivas y fomentar la pereza . Hoy, ya sin dinero , la redistribución marxista no perderá su encanto intelectual ni emotivo, pero el fracaso sobrevendrá. Porque la Historia ha demostrado que es solo charlatanería. Y los charlatanes mienten.

La Asamblea operará con una mayoría relativa que obligará al Gobierno a negociar con el MPD, dueño de la UNE y responsable de la mala educación ecuatoriana. Nos imaginamos lo que será la nueva Ley de Educación bajo la sombra de la UNE. Mas, ¡ bienvenida la crisis moral que se avecina! : nos dará el rasero para una selección darwiniana de nuestra especie política, donde los más aptos, los más fuertes y los más honestos descollarán en su lucha por redimir a la Democracia. Se las verán con la autocracia dominante y sufrirán las defecciones de quienes plegarán al más fuerte del momento. Pero finalmente saborearán el premio a su integridad. Y posiblemente la Democracia sobreviva.