26 abril, 2024

La Consulta y la institucionalidad

CONSULTA POPULAR

Reiteradamente he sostenido que la única manera de lograr una patria grande y prospera es respetando la ley. El respeto a la Ley, que es la máxima manifestación del compromiso adquirido en el contrato social, debe de ser irrestricto, y no me refiero al conductor que incumple la ley de transito o al contraventor que bota basura a la calle en contra de la ordenanza de Aseo dictada por el municipio. Me refiero a la totalidad del entono. Esos infractores lo son porque sienten que es posible el irrespeto, porque hay seguridad de impunidad.

Nadie está por encima de la ley, ni hay fin supremo superior a la ley. No se justifica de modo alguno el quebrantamiento de ella, y más bien cuando dicho quebrantamiento se origina en las más altas esferas del poder administrativo, se debe volver perentorio el castigo o sanción para quien lo hace, considerando incluso la posibilidad de que dicho incumplimiento sea el resultado de una acción directa de los mas insignes funcionarios del estado, para quienes debe pesar con mas fuerza la sanción por incumplimiento de la ley.

La constitución de Montecristi, que es la que tenemos vigente y aplicándose, es mala de modo general. Pero es lo que tenemos. No me complace decirlo pero debemos de aplicarla tal cual, porque pese a que se utilizaron mecanismos ilícitos unos y lícitos otros sostenidos en acciones no éticas, terminó siendo aprobada por el pueblo ecuatoriano, eso la legitima, no la hace buena, ni perfecta, pero la legitima, por lo tanto, sus postulados deberán respetarse y tenerse como la máxima expresión de orden constituido.

El convivir social ha hecho que la forma de dimensionar el alcance de los deberes y obligaciones de los ciudadanos sea la ley, cuando no se respetan dichos límites de la ley nos vamos a encontrar con el principio de la anarquía, con el principio del quebrantamiento del orden, de la expectativa de respeto al derecho en todas sus formas.

Tratándose de normativa constitucional, es vital el pronunciamiento de la Corte Constitucional, este es el caso en el que los miembros de esa corte deberán jugarse su papel en la historia, de ellos depende. No corresponde que juegue o prime el interés político conceptual, ni el interés de conveniencia política, sino únicamente el principal interés que es la preservación de la estructura jurídica, porque cada paso que se va dando con transgresión a la norma, es uno más que nos acerca a la desinstitucionalización.

El interés primario del gobernante en cualquiera de sus niveles debe ser o estar encaminado al cumplimiento irrestricto de la ley, porque su incumplimiento lleva al despeñadero político, en el que no hay regreso ni opción de arreglo. El momento que el país sigue por ese camino, la siguiente parada es el fondo del barranco. Esto es volver otra vez a tratar de empezar sin opción de avanzar, manteniéndonos en la situación de ser un país llevado a niveles supremos del desorden legal, de gente inculta e inmadura políticamente hablando, lo que dirá mucho en torno a la incultura de nuestro pueblo.

El evidente dogmatismo político exhibido desde los más altos niveles del gobierno, generando enfrentamientos y odio entre ecuatorianos, revanchismo, nos está liquidando, sus autores no se dan cuenta del mal que están causando. El odio- antagonismo dogmatico empujado desde hace algunos años atrás, que no es autoría de este gobierno se inicia con Abdala Bucaram cuando afirmo que votar por él, equivalía a rayar el Mercedes de un rico. Se creó la idea de que cualquier forma de comodidad era riqueza quitada a los pobres. Nunca se elogio el trabajo esforzado y los sacrificios traducidos en dobles jornadas y largas horas de estudio, que generaron el trabajo y el dinero para obtener esa comodidad.

En este momento de vital trascendencia para el país, lo que más se debe cuidar es el cumplimiento de la ley. No vale ningún avance político si no está apegado a la ley. Estoy de acuerdo que el consejo de la judicatura no ha cumplido la ambiciosa misión impuesta, pero no es por hombres sino por sistema. Se los quiere reemplazar para seguir usando el sistema, esto es, literalmente meter mano en la justicia, o sea nombrar jueces dóciles, así como lo hiciera el dueño del país en su momento y los manejaban desde el centro de la ciudad, al punto que los mejores litigantes fueron un ingeniero y un economista.

Hay que reformar la corte, no todos son buenos, ni todos son malos. Pero ahí esta el camino dado por la misma constitución, que es el que se debe de cumplir, que es engorroso, enredado, tal vez, pero es el camino legal, es el camino constitucional. No nos olvidemos que no se puede legislar en contra de la constitución, no podemos retraer el sistema con eliminación de los derechos de la ciudadanía, la corte tiene que nombrarse en ese método y la reforma que no es reforma sino cambio de sistema no es valedera legalmente.

El gobierno pasaría a la historia si logra no meterse en la justicia. El intentar entrar en ella hace pensar que tienen cosas que esconder, ¿sino para que se querría controlar a quienes tienen que juzgarlos mañana?

Esperemos que la Corte Constitucional responda al momento histórico y sus miembros estén consientes de la importancia de su verticalidad e independencia, piensen que por más que les ofrezcan toda la inmunidad para dictaminar de alguna forma, el juicio de la historia no acepta dichas inmunidades.

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  1. «porque toda obra escondida,será llevada a juicio…en cuanto a descubrir si es buena o es mala..» Eclesiastés cap.12 versículo final.

    lo curioso es que todo vuelve a repetirse…tal parece que estuviera sentado observando nuevamente la misma película de hace veinte o veinticinco años atrás.

    Siguiente parada de esta historia:»al fondo del barranco». Firmado.

  2. Lo único que debe preguntarse es:
    ¿Debe irse Correa sí o no?
    Respuesta rotunda de los guayaquileños.
    Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.
    Mayra

  3. Pena perdida. Lindo discurso. Lleno de humanismo y plagado de buenas intenciones, pero discurso en fin.

    El tren de la institucionalidad ya está descarrilado desde hace tiempo. Estamos yendo como yeguas desbocadas, dándonos los unos contra otros. Desde el mismísimo día en que nos metieron gato por liebre con ese florilegio de 444 artículos ridículos llenos de barbaridades, era de esperarse que algo que nació chueco, como esa falsa constitución, haya sido creado para ser pisoteado. El mal ya está hecho.

    ¿Qué hacer?

    Antes que nada promover el NO.

    Y luego lo que Ud. expresa:

    Rogarle a los dioses del Olimpo apoltronados en la Corte Constitucional, que se acuerden de que también son ecuatorianos, y que es su deber impedir por todos los medios legales posibles, que se lleve a efecto esa monstruosidad que es la reelección ilícita del autócrata Rafael Correa, porque es de eso que trata la nueva jugarreta ideada por la bola de avivatos que fungen de turíferos del paciente mental Rafael Correa.

    En la plancha que contiene las pseudo 10 preguntas – que de todas no hacemos una – lo que se pretende es legitimizar el despotismo; aprovechándose del atraso intelectual del pueblo, que a falta de pan se divierte con el circo; sin darse cuenta que son ellos los protagonistas, que por estar aplaudiendo en primera fila, serán los primeros a ser devorados por los leones.

  4. De un problema real que es la inseguridad de la ciudadania, se ha pasado a un laberinto politiquero con el sello de la zapada. Lo que los ecuatorianos claman es que se actue con mano dura contra los delincuentes (tanto de origen nacional como extranjero).
    Todo este auge del sicariato y de los asaltos a la banca, negocios, extorsion, comenzo ya hace cuatro anos cuando la recien llegada rovolucion ciudadana o como se llame, acaparo el poder, abrio las fronteras, comenzo a empadronar a los refugiados como que si regalaba colaciones. Alli llegaron los expertos del crimen que siempre han sido los colombianos. Por otro lado, Correa se paseo por las carceles con el discurso de liberar a todo preso sin sentencia. Salieron a las calles del Ecuador cientos de maleantes, con mas entrenamiento, aprendido en estos centros de graduacion mal llamadas carceles. Luego el mismo Correa comenzo a lavarles el cerebro a los pobres inculcandoles a vivir del bono de la miseria, y a que la culpa de su pobreza la tienen los pelucones.
    Que mas bacalao se necesita para esta fanesca creacion de esta revolucion.
    Y ni corto, siguiendo las ensenanzas de su mentor Chavez, se aprobecha de toda esta su propia creacion, para, como buen hipocrita que es, llamar a otra consulta.
    Como si un pais se gobierna a punta de consultas. Claro, como no ha querido hacer que la asamblea le de una ley habilitante al mejor estilo venezolano, se esconde en su porqueria de consulta.
    Que tal si se dedica a trabajar de una vez por todas?

  5. Antes de empezar cabe recalcar que mi crítica no va a ser política, sino netamente teórica. Se nota en su artículo una influencia bastante fuerte de lo que algunos Iusteoricos han denominado ?positivismo ideológico?. Esta es una corriente que no ha sido defendida explícitamente por ningún jurista reconocido , pero podemos constatar su influencia implícita en los libros de dogmatica civil y penal. Autores como Martin Farrell han establecido que los juristas que se encuentran imbuidos por dicha corriente defienden dos tesis: (i) Se puede analizar a las normas jurídicas sin retomar consideraciones morales ni políticas; y (ii) Siempre es obligatorio obedecer al derecho. Usted está sosteniendo una tesis moral bastante conservador y repugnante ( sin ánimos de ofender) esto es, ?Siempre, y antes cualquier circunstancia, se debe de obedecer a la ley?. Es decir, que si la ley dijera que cierto grupo social debe de ser discriminado, usted obedecería esa disposición sin ningún tipo de cuestionamiento moral por el mero hecho de que así lo establece la ley. Por otro lado usted manifiesta que la Corte Constitucional no debe juzgar en base a un ?interés político conceptual, ni el interés de conveniencia política.? Esta es una tesis propia de un positivista ideológico. Creer que los jueces solamente deben de aplicar lo que dice la ley, ser la boca de la ley, sin tomar en cuenta consideraciones políticas y morales es una tesis que fue defendida en el siglo XIX. Esta tesis ha sido superada hace mucho tiempo por la Teoría del Derecho Contemporánea, no hay ni un solo autor que la sostenga. Ya desde Kelsen, con su Teoría Pura del Derecho, se manifiesta que la interpretación de las normas da una enorme discrecionalidad a los jueces para resolver en base a sus consideraciones políticas y morales. Así que es un error creer que los jueces nunca resuelven en base a sus intereses y convicciones políticas, porque de hecho podemos constatar que es así . No existe un único criterio interpretativo que los jueces puedan usar al momento de interpretar una norma y no existe ninguna norma que los obligue a utilizar un solo criterio interpretativo. Esto trae como consecuencia que los jueces puedan escoger entre una amplia gama de teorías interpretativas contemporáneas para resolver sus casos, y mucha de las veces la elección de una u otro lleva a resoluciones contradictorias.

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