11 mayo, 2024

Religión

Joven, ¿Cómo forjas tu imagen? Adviento 2012 (1)

La imagen que uno tiene de sí mismo es clave para caminar en la vida con dignidad y con sentido. Pero, ¿cómo se forma nuestra imagen? Son muchos los elementos que tenemos para ello: oír lo que dicen de nosotros, ver los modelos en la sociedad y los referentes más cercanos, buscar el ideal en el estudio atento de nuestra historia y cultura, este último, suele ser el más descuidado o el más manipulado por intereses ideológicos: ¿Alfaro? ¿García Moreno? ¿Simón Bolívar? ¿Manuela Saenz? Entre muchos otros, nos guste o no son referentes para unos o para otros. Querido Joven, ¿cómo te formas la imagen del ser humano que deseas ser? Esta visión te ayudará a levantarte con optimismo y esperanza, como también si es errónea te desviará del centro de la vida, del ideal posible y mejor, por algo existe el narcicismo y el hedonismo, como imágenes deformadas del ser humano, sin descuidarse que existe las lights, relativistas, aventureras, superhéroes, entre tantas otras que podemos describir.

Los textos bíblicos de este tiempo de adviento, para quienes tenemos fe, nos darán pautas para vivir la vida sabiendo esperar y fomentando la esperanza. En los inicios del cristianismo Adviento, significa advenimiento, se refería a la aparición del Señor al final de los tiempos. Cuando la Iglesia fijó la fiesta de Navidad y Epifanía se relacionó con la venida de Jesús en la encarnación. Estas dos venidas, la histórica por medio de María, en la Navidad, y la escatológica al final de los tiempos, en la Parusía, se consideran una sola espera desdoblada en dos etapas, por lo tanto lo que define al ser religioso, su imagen de varón o de mujer, que mide su temple y la calidad de su fe, es la espera y la esperanza.

Carta a una chica enamorada: Dios y Su Sistema Audiovisual 3D HD

Querida chica enamorada:

Voy a intentar decirte verdades. Lejos de mí juzgar o condenar a ninguna divorciada o madre
soltera. Vaya para ellas ante todo, mi sacerdotal cariño, mi respeto y mi oración. Pero en mi intento
de escribirte claro, no tengo más remedio que referirme a ellas; así tú podrás aprender a través del
sufrimiento de otros seres humanos, de modo que, si obras correctamente, habrás logrado que las
lágrimas que brotaron de otros ojos sirvan de colirio para los tuyos…

Hace algún tiempo dije estas mismas cosas en una reunión de las madres de las Mensajeras de
la Vida, con las cuales hago apostolado. Cuando abrimos un diálogo, la madre de una de mis
chicas dijo que ella estaba divorciada y vuelta a casar y que no consideraba que en su vida había
habido fallo alguno. Educadamente le pregunté: “Señora, a usted le gustaría que su hija repitiera su
historia”. Me dijo rotundamente: – “¡De ningún modo, Padre!”…

Los derechos de Dios

Juan Pablo II, en una de sus oraciones, dice “Los hechos han demostrado la ceguera de las ideologias quehan querido poner al hombre como alternativa de Dios, la criatura por el Creador. Es justo y obligador afirmar y defender los “Derechos del Hombre”, pero antes, es preciso reconocer y respetar los “Derechos de Dios”.

Para su proaxis, ante todo es necesario, obedecer lo que dice nuestra conciencia personal, creada y puesta por Dios en cada ser humeano para que escuchemos su voz, según las circunstancias que vivimos, para hacer el bien y evitar el mal. En función de la religión que se profese, puede haber alguna diferencias. Para los cristianos las guías dirimentes no pueden se otras que los mensajes del Evangelio, de la Biblia y de la Tradición viva de la Inglesia. Esta voz de la conciencia debe ser cumplica por toda persona tal cual fuere su posición en la sociedad, ya sea de simple ciudadano o de autoridad y poder que ostente.

Un solo Dios

“Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso” dice el inicio del Credo, la declaración más importante del católico y posiblemente, de todos los cristianos. La pongo así, al comienzo de este artículo, porque tuve la suerte de nacer en un hogar de profundas raíces católicas. Si miramos las otras religiones, veremos exactamente lo mismo. Todos los que creemos en un ser supremo, que somos la mayoría, creemos que hay un solo ser superior, que nos creó y nos quiere para Él. Todas las religiones buscan lo mismo, adoran a un solo Dios (las religiones monoteístas) y por respeto y amor a ese Dios, respetamos a los otros seres vivientes, lo que nos lleva a vivir en paz con los demás. No creo que nadie de los que creen en un Dios, pueda aceptar que alguien se burle de su Dios, pues Dios es el centro de su vida.

Me asusta la idea de que alguien pueda tener una actitud que no sea la de respeto al Dios de las otras personas, por esto, me preocupa mucho lo que ha pasado con esta película de un judío norteamericano, en la que se ridiculiza a Mahoma.

Señor, ¿Dónde esta hoy tu poder?

Me hago esta pregunta, Señor, cuando veo en el mundo tantas situaciones
que no son como Tú quieres porque Tú eres Justo y eres Amor.

Pero, ¿es que ciertas personas, con la libertad y dones especiales dados
por Tí, pero mal usados, aunque a veces sin darse cuenta, han logrado más
poder que Tú en la Tierra?

Me refiero a aquellas personas que con gran poder político, financiero,
tecnológico o de comunicación, ahogan la libertad dada por Tí y propagan
ese mal que enferma la vida sana de la mente y el cuerpo, a veces hasta
matarla, pretendiendo cambiar las leyes naturales establecidas por Ti, Dios
Creador.

El Reino está en Nosotros

Cuando el Jesús bíblico anunciara hace tantos y tantos años “mi reino no es de este mundo”, diferenciando su posición de la condición humana del diario vivir, la interpretación de que su referencia era en torno a un lugar extraterrestre, fue, desde entonces, la trinchera de batalla de los adeptos recalcitrantes. Pero el reino ajeno a este mundo jamás estuvo fuera de aquí. Todo lo contrario. Fue más bien un reivindicar la tierra como un suceso real de residencia cierta. Al margen del desencanto del amor humano, al margen de las insanas vanidades sociales…Simplemente la asunción responsable de una identidad pertinente…

Es posible que, tal cual quiera una abrumadora mayoría, lo excelso de la vida está fuera de nosotros. Sin embargo el saberse dueño de sí mismo implica una riqueza sobrecogedora. El “conócete a ti mismo” (antes de decidir qué quieres ser) grabado en el frontis del templo de Apolo, en Delfos, hace más de 2.500 años, detuvo a muchos en su entrada. Pues que a todo aquel que pretendía conocer los misterios de la vida, aclaraba con mucha seriedad que sin advertir “quién eres”, no comprenderías jamás ninguna respuesta, por válida que fueren las preguntas… ¿Cómo, por ejemplo, sin conciencia de nosotros mismos, podríamos detectar la identidad que nos promueve a saber…? ¿A saber qué? ¿Por qué debemos lograr un objetivo? ¿Por qué debemos pensar en una búsqueda y encuentro propios? ¿Por qué tenemos que resistir a lo que nos limita? ¿Por qué demandamos libertad? Mejor dicho, cada vez más libertad! Es que en nosotros está la única razón de ser… De nosotros parte la contingencia de convocarnos a través del diálogo con los otros, y en este encuentro abastecernos de solidaridad, clave en la vigilia de la vivencia humana.

El Mall de Dios

El viejo Akiba era sumamente pobre. Su casa teína una chimenea. Una noche tuvo un sueño: En un país muy lejano existía un castillo y el castillo tenía un puente, bajo el puente había un tesoro escon-dido; un tesoro tan fabuloso que si él lo poseyera resolvería todos los problemas de su vida. Apenas despertó, se puso en camino hacia ese desconocido país. Al cabo de unos días encontró el castillo con el puente de sus sueños. En un descuido del guardia, Akiba es metió bajo el puente y se puso a cavar, buscando su anhelado tesoro.

Estaba enfrascado en tu excavación y, de pronto, oyó un fuerte grito: – ¡Eh, tú, viejo! ¿qué haces allí, qué buscas? Akiba no tuvo más remedio que contarle al guardia su sueño. Cuando el guardia oyó el relato, echó una estridente carcajada, y dijo: ¡Qué ingenuo! ¿Tú crees en los sueños? Yo soy más realista que tú. Yo no creo en los sueños. Esta misma noche he soñado que en un lejano país hay un tal Akiba, que tiene una chimenea en su casa, bajo la cual hay escondido un tesoro. Y, aquí estoy en mi trabajo diario. Yo no vivo de sueños, sino de mi trabajo.

Akiba oyó el relato del guardia lleno de asombro: el desconocido Akiba del sueño era él… Inmedia-tamente, a toda prisa volvió a su casa… Allí, justo bajo el chimenea, encontró un fabuloso entierro de monedas de oro y joyas preciosas.

El apego

Para algunos, la actitud de la Virgen en el camino al Calvario, podría parecer la de una persona cuyo cariño no era muy grande, porque no se habla en ningún momento de una mujer que ataca a los guardias, les tira piedras, o llora inconsolablemente a gritos. Ella iba junto con la multitud callada, llorando y sufriendo en silencio, viendo el injusto sufrimiento de su Hijo. Ella es el ejemplo vivo del desapego. Aún cuando su amor por Jesús era más grande que cualquier otro, ella sufre en silencio, ni siquiera cuando se acerca a Él profiere gritos o maldiciones. Su desapego es enorme, pues sabe, como sabemos, que hay otra vida, una vida eterna, una vida donde el amor nos perfecciona, donde no hay sufrimiento y el amor puro es la felicidad completa.

La única causa del sufrimiento es el apego, ese bichito egoísta que nos hace creer dueños de lo que tenemos. Es increíble que el ser humano por el apego llega incluso a matar, ya sea por poseer algo o por conservarlo. Los celos, ese sentimiento que nuestro egoísmo nos hace confundir con el amor, son un ejemplo: nos hace crueles con la persona a la que decimos amar. Recuerdo un viejo refrán chino: Si amas en verdad algo, déjalo en libertad. Si vuelve a ti, será tuyo para siempre. Si no vuelve a ti es que nunca fue tuyo.

La Semana Santa explicada con claridad

Homilía del Domingo de Ramos

 

Domingo de Ramos

 

1.     
Para entender los sentimientos de Jesús en este
día
recordemos que durante
tres años, Él ha llevado a cabo innumerables milagros con los que ha remediado
las carencias materiales de las gentes. Su popularidad es inmensa. Los líderes
religiosos lo odian, no por Sus extrañas ideas; no. El problema entre ellos y
Jesús no es ‘cerebral’, sino ‘visceral’: le tienen rabia porque Él les ha
desenmascarado ante el pueblo por sus indecencias y vilezas, y le envidian por
Su popularidad: la masa sigue y admira a Jesús. Por otra parte, en tiempos de
Jesús, Palestina está sometida al poder de Roma.[1] En el pueblo hay verdadera
sed de independencia económico-político-social. La multitud ve en Jesús al líder
capaz de liberar a Israel del imperialismo colonizador de Roma. Jesús entra en
Jerusalén y el populacho, muy ‘arribista’, lo aclama como al político que viene
y que, seguro, ganará las elecciones. A pesar de los vítores, Jesús se siente
completamente solo, porque sabe perfectamente bien que toda esa gente que le
aclama el Domingo de Ramos, que, además, se había beneficiado de sus milagros, ingratamente,
le dará la espalda, se volverá contra Él y pedirá a gritos su muerte el Viernes
Santo: Mientras estaba en Jerusalén por
las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que
hacía; pero Jesús no se confiaba con ellos, porque los conocía a todos y no
necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque Él sabía lo que hay
dentro de cada hombre
.[2]

Nuestra Iglesia

“Creo en la Iglesia que es Una, Santa, Católica y Apostólica…”

Parece que cada uno se cree dueño de la verdad. Hay ciertos grupos que buscan escandalizar y destacan la mala actuación de unos pocos sacerdotes (hay mucho menos escándalos entre los Sacerdotes Católicos que entre los pastores de otras religiones por la obligación del celibato que les enseña a dominarse), otros que cuestionan la forma de obrar de otras congregaciones católicas y hasta se llega a discutir ciertos nombramientos de autoridades eclesiales. Esto lleva a que incluso nuestro Presidente crea que debe dilucidar quién va a dirigir tal o cual parroquia o región.

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