10 mayo, 2025

Te esperaré en esa estrella

Cuando en mi hora final sea llamado y me toque partir…

Cuando deba abandonar esta vieja piel y comience nuevamente.

Entonces, estaré como dormido pero aún así pensando.

No tendré miedo y lo único que extrañaré será tu presencia.

Solo me llevaré tu recuerdo.

Tu vida ha sido la mía y con tu imagen empezará mi nuevo estado de conciencia.

Tomaduras de pelo

El gobierno está lleno de sinvergüenzas que nos quieren ver la cara de tontos.

Toda esta montada comedia sobre los diarios de Reyes y que fueron entregados a la fiscalía solo son una estrategia de comunicación perfectamente creada por los genios de la mercadotecnia. Estos individuos son especialistas en sondear lo que el pueblo necesita para vendérselo de la manera más conveniente y en beneficio de sus propios intereses.

Hay un plan llevado a cabo desde el primer día de gobierno, que tiene en el propio Correa su mayor obstáculo, porque continuamente por su desmedido afán de protagonismo, se sale del guión preestablecido y con su incontrolable verborrea mete la pata a cada rato.

Más claro no canta un gallo.

Santo Tomás de Aquino dijo: ver para creer.

El presidente y toda su maquinaria publicitaria gubernamental, han hecho todo lo posible para convencernos a los ecuatorianos de que nunca han recibido aportaciones provenientes de las FARC para financiar la campaña de Correa. De probarse este ilícito, Correa debe ser destituido de acuerdo al reglamento de las aportaciones en la campaña del Consejo Nacional Electoral.

Se ha especulado mucho sobre el tema, por lo que ahora solo voy a exponer los hechos tal como han sucedido, para que cada uno pueda juzgar y elaborar su propio veredicto respecto a un acontecimiento innegable que solo los ciegos y los sinvergüenzas no pueden ver.

Los culpables del fracaso de Correa

Desde el comienzo de la civilización, cada vez que el hombre ha fracasado a buscado culpables de su fracaso.

Los seres soberbios jamás aceptan sus errores y como justificación de su ineptitud, le echan la culpa a cualquiera por su propia incapacidad para lograr sus cometidos.

Psicológicamente hay cuatro clases de fracasados: El prepotente, el cobarde, el mentiroso y el incapaz.

Cada uno desde su innata condición expresada con matices diferentes, buscan culpables reales o imaginarios para justificar su propia nulidad.

El gobierno de los caretukos

Este gobierno nos obliga a vivir una avalancha de denuncias debidamente fundamentadas, que evidencian los gravísimos actos de corrupción a todo nivel que se dan entre su gente. Los mismos son un tsunami de latrocinios que han logrado el acelerado enriquecimiento ilícito de las manos sucias y bolsillos ardientes.

Alrededor de la cúpula, los ministerios o desde los pequeños cargos, se roba descaradamente abusando del autoritarismo imperante como arma para depredar al estado.

El falso heroísmo de Correa

Cada vez que veo a Correa en la televisión me pregunto: ¿Que hace metido en pleito ajeno y por qué no está trabajando para nosotros en lugar de perder su tiempo tratando de solucionar problemas de otros?

Los ecuatorianos no le pagamos el sueldo para que se la pase viajando y buscando arreglos a los líos de otros países y peor si en estos, el principio de la libre determinación de sus propios pueblos exige que nadie intervenga.

Este falso heroísmo solo camufla la intensión de figuretear para estar en la mira de la atención internacional.

Para su desmedida vanidad, el Ecuador ya resulta chico y ahora su hipertrofiado ego necesita el reconocimiento universal para así calmar sus ansias de querer ser como Bolívar, autoproclamándose el paladín de la democracia latinoamericana.

Cortina cómplice

Este desgobierno y la cabeza que lidera nuestro rumbo indefinido, nos tienen acostumbrados a que cada vez que se les descubre un acto de corrupción, el propio mandatario sale a dar la cara y con unos cuantos gritos y algunas órdenes impartidas de tipo transitorias, todo queda en nada y con esa cortina cómplice propiciada desde arriba, la robolución ciudadana se ha convertido en uno de los más corruptos ejercicios del poder.

La receta es bastante simple: Al escándalo denunciado le sigue una rueda de prensa, luego en la misma se habla de las manos limpias y los corazones ardientes. Luego el líder respalda incondicionalmente al acusado y ordena a los subalternos para que investiguen sabiendo que por su condición de dependencia, jamás lo harán.

La libertad de expresión

No puede ser la consecuencia de un benevolente permiso gubernamental. Es un derecho irrenunciable de todo ser humano que vive en democracia. Constituye un privilegio adquirido gracias a la lucha de generaciones cuyo precio fue la sangre, sudor y lágrimas derramadas por los librepensadores que nos la legaron.

Los ecuatorianos debemos cuidar que este patrimonio sea preservado íntegramente.

Para ello tenemos que defender este derecho al costo que sea y contra cualquiera que pretenda conculcarlo.

El perfil psicológico del tirano

Es un individuo de pensamiento acelerado.

Las ideas le fluyen en forma incontrolable hasta llegar a la fuga de las mismas. Dice cosas inconvenientes por que no las razona. Su pensar es expresado mediante una verborrea imparable. Muchas veces incoherente, actúa contrario a lo que piensa y aquello que dice es lo primero que le pasa por su mente. No sabe callar ni respetar el pensamiento ajeno.

El contenido de su juicio es aparentemente lógico, aunque mantiene rasgos paranoideos evidentes. Tiene una suspicacia excesiva. Constantemente vive bajo la sensación de que le quieren hacer un complot o se siente maltratado. Su pensamiento está lleno de ideas de daño, perjuicio y persecución. Tiene una obsesión fanática que nubla su juicio lógico. Es obsesivo y suspicaz en extremo, sin llegar a confiar jamás en nadie. Si aparenta que lo hace, solo lo hace por conveniencia y mientras le sirva quien supuestamente confía, para posteriormente desecharlo y luego odiarlo.

¿Chiro o pelucón?

En términos de mi especialidad un ser humano es coherente cuando actúa de acuerdo a lo que piensa. Muy pocas personas pueden llegar a este grado de autenticidad y transparencia. Muchos dicen ser de una manera, pero viven de otra forma. Cuando nadie los ve, son todo lo contrario a lo que dicen.

En la coherencia radica la universalidad y su vigencia en el tiempo del hombre más coherente que ha tenido la humanidad: Cristo.

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