Esta declaración la hacía, en 1919, un joven, pero agudo observador de la vida nacional. En 1948, más maduro, la volvió a presentar, observando que a pesar de que la respuesta sencilla para ambos momentos, que era “hacer Patria respetable y respetada”, no se había cumplido. El Ecuador de los años 1920 y 1940 tenía dos preocupaciones principales: La economía y la guerra; sin embargo, los varios gobiernos sucesivos, democráticos o autoritarios, nunca formularon un ideal o ideales nacionales por los cuales el país se uniera como uno y todos empujáramos para lograrlos.
En el a.D. 2025 seguimos igual, sin ideales nacionales claramente planteados ni con una ruta trazada para alcanzarlos.
El gobierno de Daniel Noboa Azin, que se posesionará el 24 de mayo, debería partir estableciendo los ideales nacionales para los próximos cuatro años y las rutas para lograrlos. Sabemos que no es ni será fácil definir los ideales comunes de los ecuatorianos, pero Noboa parece tener una conexión especial para con casi la mayoría de los habitantes. Y si bien no es una clara mayoría, ideales nobles y bien planteados serán beneficiosos para todos, aún los opositores acérrimos en un país fracturado por la mitad.
Con ideales nacionales bien establecidos, todos tendremos un norte al que apuntar y nos unirá el camino que tendremos que recorrer para llegar a los ideales comunes. Nada hay más poderoso que la fuerza de un pueblo unido por un fin de bien común. Un pueblo con un claro fin solo necesita un líder.
Por ejemplo, un ideal puede ser el establecer un plan de cuatro años para crear e implementar el currículum académico que incorpore la cívica, la urbanidad, la ética, la moral, la convivencia armónica, la economía personal y doméstica, las ciencias, las artes, los oficios y la adecuada preparación para los niveles superiores de educación, todo adecuado para la edad de los educandos, y poder decir, después de cuatro años que hemos sentado las bases para que los ecuatorianos del futuro puedan enfrentar los retos sociales, laborales y de emprendimientos que nos traerá el porvenir.
Esperemos que el gobierno entrante tenga la sabiduría de establecer claramente los ideales nacionales y que los sepa encaminar para su propio éxito y el bien de la nación.
No quisiéramos llegar al 2029 y decir, otra vez, como tantas anteriores: En el Ecuador vamos como el cangrejo.
Absolutamente de acuerdo con Eduardo. Los jóvenes se van desilusionados con su país. Sus miras del futuro no están en la nación donde nacieron sino en el exterior, por falta de propósito e ideales nacionales. Debemos volver a inculcar patriotismo en nuestros jóvenes y eso se hace en los hogares y en las escuelas. Felicitaciones, Eduardo.