28 abril, 2024

A un amigo enfermo

Acabo de enterarme de tu problema.

Como sabes, yo tuve cáncer de esófago con dos metástasis pulmonares hace más de 7 años y aquí estoy, tranquilo y aparentemente curado de mi cáncer. Sólo te escribo para decirte que no te desesperes, que todo en el mundo tiene solución y que sólo Dios sabe el día y la hora… Todos, en algún momento pasaremos por el duro trance de la muerte. Lo importante es, hasta que llegue ese momento, preocuparnos por hacer el bien a los que Dios pone a nuestro lado y en nuestro camino, y ¡amar!; y cuando llegue ese momento, estar preparados para ir a Él.

El cáncer o la enfermedad es un regalo que Dios nos proporciona para enseñarnos a ser humildes y a amar. El ser humano ha sido creado para amar y para servir. La Biblia lo dice claramente: “El que no vive para servir, no sirve para vivir.”

Ley de Tránsito

La verdadera causa de los mortales accidentes de tránsito que se dan a diario en el país, la conocemos todos y tiene un denominador común: IRRESPONSABILIDAD.

La irresponsabilidad se da por todos los medios: impericia, compadrazgos, amistad, coimas, permisividad, alcohol, etc., etc., y en todos los niveles: Chóferes, Empresas, Sindicatos, Autoridades, etc.

El Gobierno busca solución al problema y sanciona fuertemente. Eso no resulta, entonces las endurecen con penas de prisión y esperan que esto sí resulte.

Yo quiero advertir sobre algunos problemas que ocurren y que podrían ayudar a solucionar los problemas de accidentes de Tránsito.

A Margarita Debayle

Ya hemos hablado de Rubén Darío. Ahora quiero presentar una poesía de él que es un tierno cuento infantil, que vale la pena recordar.

Margarita Debayle Sacasa de Pallais, nació el 4 de julio de 1900 en León, Nicaragua. Fue hija del Dr. Louis Henri Debayle, conocido como “el Sabio Debayle”, un importante Médico nicaragüense que estudió en París, Francia, y regresó a Nicaragua con una máquina de Rayos X, que lo ayudó a dar diagnósticos certeros que le valieron su apodo. Su madre, Doña Casimira Sacasa Sacasa de Debayle fue hija del Presidente de Nicaragua en esa época, Roberto Sacasa y Sarría y hermana del posterior Presidente, Juan Bautista Sacasa y ligada por lazos familiares con la mayoría de las familias de rancia aristocracia de León, la segunda Ciudad más importante de Nicaragua.

El Doctor Debayle fue el Médico de cabecera de Rubén Darío y en 1906 fue invitado a la casa de verano de la familia Debayle Sacasa en la paradisíaca Isla del Cordón. Fue allí, en una tarde, cerca de la playa, que sentado en una roca, Darío escribió esta hermosa poesía a la entonces niña Margarita, quien le había pedido que le escribiera un cuento en verso.

La sexualidad y el Gobierno

Se está creando una brecha demasiado grande entre nuestro Gobierno y nuestra Iglesia. Creo que debemos buscar las coherencias, estudiar la situación y tratar de limar las diferencias, para salvar el problema que estamos afrontando. La Junta de Beneficencia de Guayaquil, ayuda la casa de la vida del Padre paulino Toral y los Dispensarios REDIMA del Arzobispado en Guayaquil, dando atención gratuita del parto en las mujeres que cumplen en sus centros sus 7 chequeos prenatales, tal como lo hace con las pacientes de su Consulta Externa. El problema que enfrenta el país es caótico. La apertura indiscriminada y muchas veces maliciosa de la información sexual, la degeneración de las costumbres, la apertura irresponsable a métodos anticonceptivos y abortivos, la promoción abierta del sexo, de la homosexualidad, de la promiscuidad, por medio de novelas, películas, series, propagandas, revistas, noticias, programas en vivo, bailes, ropa, etc., que las grandes empresas pagan con sus propagandas, están llevando al mundo y a nuestro país a una degradación moral de consecuencias alarmantes. De más de 500 mujeres que dan a luz cada semana en nuestra maternidad Sotomayor, más de 80 son menores de 14 anos, 150 menores de 18, al menos 7 tienen VIH y 50 enfermedades de trasmisión sexual.

El ser humano es imperfecto

Si el ser humano fuera perfecto, el mundo sería perfecto. Todos tenemos defectos, sentimientos, emociones y forma de ver las cosas que nos diferencian y nos hacen ver con diferente prisma, lo que ocurre en el mundo.

Uno de los grandes hombres del mundo fue Napoleón Bonaparte. Construyó un Imperio y fue considerado un genio de la guerra. Sin embargo, su ambición fue desmedida y no le importó, con tal de lograr sus objetivos, destruir o mandar a morir a sus compatriotas.

Bolívar, el libertador de nuestra parte de América, fue otro genio de la guerra. Aunque al final de su vida actuó con humildad, demostró su orgullo y prepotencia al escribir la Constitución de Bolivia, en la que describe al Presidente como vitalicio y a su función como puesto hereditario, y en su ataque a la Provincia libre de Guayaquil, a la que, en vez de agradecerle por las facilidades brindadas para poder lograr la liberación de Quito y por esa vía la de Pasto y la zona sur de Colombia, sojuzgo y la incorporó a la fuerza a su Gran Colombia.

Romance de los ojos verdes

Rafael de León, al menos por su poesía, tenía una fijación por los ojos verdes. Por eso no quiero dejar pasar, al hablar de él y de su poesía, este romance de los ojos verdes, que vale la pena recordar.

Romance de los ojos verdes
Rafael de León

-¿De dónde vienes tan tarde,
dime, di, de dónde vienes?
–¡Vengo de ver unos ojos
verdes, como el trigo verde!

El sueño juega y se esconde
en la plaza de mi frente…
caballo por las ojeras
de unos ojos en relieve.

¿Por qué somos malos?

Nosotros descendemos de Adán. Por los cruces de nuestros ancestros, tenemos sangre de Caín y sangre de Set y por lo tanto, sangre de Lamec y sangre de Enós. Es decir que hemos recibido por el lado bueno, el deseo de alabar a Dios que tuvo Enós, hijo de Set, tercer hijo de Adán, ya que Abel, el justo, no tuvo descendencia. Por el lado obscuro, tenemos sangre del envidioso Caín y del vengativo y polígamo Lamec, quien ya en la época del Génesis dijo que: “Si la venganza de Caín valía por siete, la de Lamec valdrá por setenta veces siete” (Gn 4:24). Estas sangres se mezclaron por varias generaciones ya que, “…los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran bellas, escogieron algunas como esposas y se las llevaron.” (Gn 6:2), hasta que Dios, viendo como la maldad del hombre crecía en la tierra, decidió acabar con su creación y decidió borrarla, aunque encontrando un hombre bueno como Noé, cambió su plan inicial y decidió salvar una pareja de cada especie creada, ordenándole subir al Arca estos animales y a sus hijos, esposa y nueras.

Romance de la viuda enamorada

Otro hermosísimo romance de Rafael de León, es esta historia del dolor que producen las habladurías, en el corazón de esta viuda enamorada.

Romance de la viuda enamorada

Rafael de León

Siempre pegada a tu muro
y al filo de tus almenas;
siempre rondando el castillo
de tu amor; siempre sedienta
de una sed mala y amarga
de desengaño y arena.

¿Por qué te querré yo tanto?
¿Por qué viniste a mi senda?
¿Quién hizo brillar tus ojos
en la noche de mi pena?
¿Qué lluvia de mal cariño
quiso convertirme en yedra,
que va creciendo y creciendo
pegada a tu primavera?

Romance de aquel hijo

Ya hemos hablado de Rafael de León, sin embargo, de sus hermosos poemas tengo aún algunos en el tintero, que considero tan hermosos, que vale la pena ser recordados. Uno de los que más me impacta es este romance de aquel hijo que no tuvimos. Rafael de León hace una descripción tan bella de ese hijo, que provoca un sentimiento de melancolía y dolor de haber perdido ese gran amor de la juventud. Revivamos ese amor de antaño.

Romance de aquel hijo

Rafael de León

Hubiera podido ser
hermoso como un jacinto,
con tus ojos y tu boca
y tu piel color de trigo,
pero con un corazón
grande y loco como el mío.

Medardo Ángel Silva

He dejado pasar más de un año de haber comenzado a publicar la poesía de la semana, para hablar de un poeta ecuatoriano, aparte de lo que publiqué de nuestro Prócer y verdadero genio de la libertad del Ecuador, nuestro Patriota, Don José Joaquín de Olmedo y Maruri.

Vamos ahora a hablar del poeta romántico, guayaquileño, que perteneció a la generación decapitada, que nació en Guayaquil el 8 de junio de 1898 y falleció prematura y trágicamente, el 10 de junio de 1919, dos días después de haber cumplido 21 años. Escritor, músico, poeta y compositor, es considerado el mayor representante del modernismo en la poesía ecuatoriana.

Quedó huérfano a muy temprana edad y su madre, con la pequeña pensión que recibía, construyó una casita en la Avenida del Cementerio. Entró a estudiar en la Escuela de la Filantrópica, cercana a su casa. Es factible que su fijación por la muerte pueda venir de su niñez viendo pasar los cortejos fúnebres frente a su casa. Le gustaba la música y solía practicar el piano en el Convento de San Agustín.

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