27 abril, 2024

¿Quién ordenó la muerte de Villavicencio?

A poco tiempo  del crimen y nada en concreto sobre el culpable del suceso…Pero, eso sí, se han movilizado por todo el país, muchos, muchos policías, militares, detectives para dar con su autoría. Sin embargo, nada, nada que aclare la situación. ¿Para qué, entonces, tanta bobería uniformada? ¿ O es que hay  mucha incapa cidad de gestión o todo es solo pantalla de encubrimiento?  

En rueda de prensa,  sin chance a preguntas, las autoridades han mostrado a “sospechosos” calificados de extranjeros, de los que uno, arrestado herido, fue liquidado en las oficinas de flagrancia. ¿Por qué sucedió así, sabiendo que  podía servir de informante del brutal asesinato? Silencio…Nadie lo sabe… ¿Tampoco el gobierno? ¿O es que había necesidad de que así ocurra? 

¿No es que todo da a entender que el crimen contra Villavicencio fue preparado con mucha anticipación para liquidarlo? Por desgracia Villavicencio actuaba como si viviera en una sociedad  ajena a maniobras tan miserables… Las amenazas continuas contra su vida no parecían  tan significativas para detenerlo en sus denuncias. Al menos así lo creía. Más aun cuando casi toda la sociedad quería parar al crimen organizado, y proyectar  una comunidad social estable. Algo que al gobierno de Lasso, en espera de irse en pocos meses, no le  importaba en absoluto.

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Son unas bellas palabras, son unos hermosos deseos para lo que resta de este mes, y para el transcurso del nuevo año, pero no saben ustedes que difícil se hace decirlo, y cuan pesado se convierte el transcribirlo; difícil, porque lo que se vivió en el 2009, (al menos para mí), espero que no se repita en el 2010, pesado, porque lo que avizoro en un futuro inmediato para Guayaquil, y quienes queremos esta libérrima ciudad, es un ambiente de conflictos entre gobierno local y centralismo, que en definitiva será lo que nos mantenga en el cauce del progreso, pero que no deja de ser una pugna, (a mi criterio indispensable), en la cual, los perjudicados de siempre, serán los más desposeídos.

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