27 abril, 2024

Feliz Navidad, y un venturoso 2010

Son unas bellas palabras, son unos hermosos deseos para lo que resta de este mes, y para el transcurso del nuevo año, pero no saben ustedes que difícil se hace decirlo, y cuan pesado se convierte el transcribirlo; difícil, porque lo que se vivió en el 2009, (al menos para mí), espero que no se repita en el 2010, pesado, porque lo que avizoro en un futuro inmediato para Guayaquil, y quienes queremos esta libérrima ciudad, es un ambiente de conflictos entre gobierno local y centralismo, que en definitiva será lo que nos mantenga en el cauce del progreso, pero que no deja de ser una pugna, (a mi criterio indispensable), en la cual, los perjudicados de siempre, serán los más desposeídos.

Espero de corazón, que las actitudes beligerantes de algunos, vayan cediendo terreno ante la cordura, que la hostilidad hacia una ciudad, la cual su único pecado es no someterse a intereses oscuros, lejanos a nuestros objetivos, cese, y que nuestras justas aspiraciones, en lugar de pretender ser pisoteadas por quienes detentan temporariamente el poder, sean por ellos mismos, y sin ningún interés tarimero de campaña, apoyadas.

Quizás pida mucho, quizás esa carga Papa Noel, el Viejito Pascuero, ni la Mamá de Tarzán, puedan concederla, pero como se dice, la esperanza es lo último que debemos perder y peor en tiempo de Navidad; créanmelo mis queridos lectores, considero que al menos eso, algunos, (yo diría muchos), nos lo merecemos y estamos trabajando a sol y sombra por dichos anhelos.

Aspiro que el próximo año, el Ecuador comience a reaccionar, aspiro y espero, que la delincuencia baje, que el empleo suba, que no tengamos que volver a escuchar torpezas como que el problema de robos en esta ciudad son puras percepciones, o que nos asaltan por pendejos, o que los apagones fueron producidos por accidentes vehiculares, o que entre parientes se despellejen porque había contratos de por medio y fueron descubiertos, o que por ser abiertamente homosexuales tenga más puntos para tal o cual cargo; espero que nos demos cuenta, que todo lo que ocurre es simplemente porque nosotros dejamos que suceda y no hacemos absolutamente nada por cambiarlo.

Estamos aún en tiempo de Pascua, es época de reconciliación con nosotros mismos y con los demás, es etapa de inventario de lo que hicimos o dejamos de hacer en el año que todavía tiene vigencia, en muchos casos saldremos en contra, pero al menos en lo que a mí respecta, aunque este año por ejemplo, fui asaltado por primera vez con mi esposa precisamente el día de nuestro aniversario número 13, tengo fe y esperanza en que los guayaquileños, y poco a poco, más y más ciudadanos de nuestro lindo Ecuador, juntaremos nuestras manos, y hombro a hombro, exigiremos lo que legalmente y por justicia nos corresponde, y lo haremos con una sola voz, que cada vez resonará más fuerte y que cada día retumbará más altiva, en los oídos de los que sólo escuchan lo que políticamente les conviene.

Mis estimados lectores, tengamos fe en el futuro, el próximo año, debe ser nuestro año, juntos, aunque seamos pocos, podemos hacer mucho si nos mantenemos unidos y organizados; ganas no nos faltan, deseos tampoco, y el horizonte o meta ya la tenemos proyectada; les deseo a todos ustedes de corazón, UNA FELIZ NAVIDAD, Y UN VENTUROSO 2010.

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