Colegio fiscal 

En el año 2018 tuve la oportunidad de realizar algunas actividades en un colegio fiscal. Debido a que yo cursé la secundaria con un pénsum adaptado por el ministerio de educación. Entonces mis exámenes de grado, para poder llegar a ser bachiller de la República, los hice en un colegio fiscal que el ministerio me asignó.

Me di cuenta de muchísimas cosas que, en serio,  preocupan. Los profesores estaban literalmente haciendo otra cosa menos enseñar; ya que los estudiantes de todas las edades estaban mezclados en la misma aula, todo era un caos. Los estudiantes parecían que estuvieran adentro de una lata de atún. Tenían un patio en pésimas condiciones;  los baños era una cosa súper fea, parecía que estabas en una cárcel no en un colegio.

Los estudiantes salían y entraban. Los pupitres parecían esos muebles que literalmente se están cayendo. Me da mucha pena ya que esos son los jóvenes de ahora que serán  la generación del mañana.  Parece que las autoridades no están haciendo nada para cambiar eso.

Personas viviendo  la calle, niños vendiendo chupetes, caramelos y de todo lo que puedan.  Cada vez que salgo me doy cuenta de  esto y  me da mucha pena ver niños en la calle pidiendo caridad o “trabajando”, en lugar de estar estudiando o protegidos en sus casas. Y no sabemos si estos niños van a sus casas y los papás les pegan o les hacen daño porque no llevan dinero.  Existen leyes  sobre eso pero nadie hace nada.

Veo un niño de 5 años, de 12 años, de 16, etc., limpiando espejos de carros, con el riesgo de ser atropellados,  es decir niños nacidos para  tener una vida muy fea. Me da ganas de darle dinero al niño pero yo sé que, en la mayoría de los casos,  el papá no lo va a usar para cosas buenas, va a usarlo para el alcohol, drogas o para cosas que no son buenas, no para ayudar al niño

Me duele  mucho el  corazón ver eso porque hay gente mala que puede coger a un niño de la calle, secuestrarlo y  no sabe qué puede pasar con él. Me preguntó algo: ¿un día voy a ver las calles de mi lindo país sin gente tirada en el piso, abajo de un puente pidiendo limosna para vivir?  

“Los niños de la calle” deberían tener una mejor vida.  Pero estos chicos no tienen una escuela, un colegio o una universidad, alguna institución que los ayude y en serio les enseñe qué es la vida o les enseñe cosas para que sean mejores. Así evitar que se conviertan en delincuentes que van a ser parte de pandillas o van a parar a la cárcel, porque no los ayudamos cuando eran niños.

En los colegios públicos, sobre todo los de los pueblos o áreas rurales no hay canchas de fútbol o de básquet.  No hay alguien que vaya a los colegios públicos y lo haga bonitos, acogedores. Un  lugar a donde un niño pueda ir y sentarse a estudiar y ser un humano. Instituciones que ayuden a los papás para que los hijos no estén en las calles pidiendo limosna  o limpiando parabrisas de un carro.

Yo quiero ver un Ecuador muy bonito y pròspero para todos. Espero que el Presidente que va a venir más adelante se preocupe por esto, para que la juventud del  Ecuador ya no esté en las calles. Para que los niños hagan lo que les toca según su edad, si tienen que estar jugando con las muñecas, leyendo, o pensando otra cosa menos: “ hoy tengo que ir a  trabajar a las calles, limpiando carros o pidiendo limosna a un señor tocándole  la ventana de su auto”. Con el miedo de que en cualquier momento el señor del auto coja una pistola y lo mate porque se asusta. 

También pensemos, qué podemos hacer nosotros y no esperar a que venga un Presidente y mejore nuestro país. Nosotros mismos como ciudadanos podemos hacer algo para mejorar la situación, para que  nuestro país sea un país de amor y de paz, no esperar que alguien venga y nos alegre la vida, alegre la vida de la sociedad o de los niños del futuro. 

Gracias por su atención a mi artículo, este es mi punto de vista, nada más.