Hay mucho de que reflexionar sobre el exceso de velocidad, pero algún célebre cerebro (será de ver si no pensó, o lo hizo demasiado bien honrando ese viejo aforismo?: “Crea dificultades y vende facilidades”), fijó un castigo desmedido de tres días de encarcelamiento.
Ahora, según la pinta, tendrás que cotizar mínimo quinientos “de los verdes” para que no lo consideren un insulto. Claro que en este país de “gente del Siglo XXI: muy honesta, de mente ‘muy´ pensante, y corazones tan tiernos”, jamás podría darse… ¿no es verdad?
Un violador o asesino, en muchos casos, son liberados en un mili segundo; sin embargo, un conductor, que iba, presumible, a mayor velocidad de la debida; automáticamente es tratado como un paria.