27 abril, 2024

Demos más de nosotros mismos y exijamos más de los gobernantes

El mundo de hoy es bastante hostil y empeñado a eliminar la esperanza y someternos a la media noche del sinsentido. La media noche es el momento más oscuro. Sin embargo el fuego interno de nuestras lámparas tiene que arder, para dar luz y calor a nuestras luchas pequeñas, que se resisten a desparecer tragadas por las tempestades que enfrentamos día a día. No podemos darnos el lujo que nuestras lámparas apaguen jamás, y tenemos que estar vigilantes a cualquier pensamiento de cometer maldad o de caer en algún estado o pensamiento negativo. Yo le tengo algún tipo de antipatía a las actitudes negativas.

Debemos trabajar incluso hasta agotarnos de ser necesario para no ser gravosos ni cargosos con los demás. Y al decir los demás también me refiero al facilismo de querer ayuda, que en realidad no necesitamos, mendigando en las calles o, con más clase al estado por medio de algún tipo de privilegio.

San Pablo decía “El que no quiera trabajar, que no coma”. Y más bien el que trabaja honestamente comerá del fruto de su trabajo, será dichoso, y le irá bien.

Pero hay una muchedumbre perteneciente a grupos de poder que son sepulcros blanqueados: por fuera parecen hermosos, pero por dentro ¡están llenos de de corrupción y podredumbre!

Tenemos que volver a poner en el centro la dignidad de la persona. Eso está por encima de toda ley: va mucho más allá de un asunto de obediencia; se trata de un asunto ético, en que la discusión central está en el lugar que ocupa ser humano. Porque nos hemos llenado de instituciones que a nombre de los intereses del pueblo resultan que le van quitando bienestar a este. Por eso debemos levantarnos y clamar por la paz, la justicia y la solidaridad, en un mundo donde abundan, irónicamente, y se ahoga entre la complejidad de las leyes creadas para esto mismo. ¡Ya no sirven! ¡Achiquemos el tamaño del estado!

Rick Shuman nos enseña que “La mayor amenaza a nuestro bienestar es la ausencia de claridad moral y de propósito” Nuestra palabra debe ser siempre sincera y todas nuestras acciones leales y en pos del bien común. Debemos estar preparados y activos acumulando resultados de la experiencia y el compromiso. Otros vivirán en la necedad, pasiva y desinteresada. ¡Pero nosotros no!

Aunque estemos concientes de las palabras de Einstein “Los grandes espíritus siempre han encontrado una violenta oposición de parte de mentes mediocres.” Debemos hacer el bien de manera activa, renovada, con compromisos reales, pequeños pero reales, en los que el fuego no se apaga a pasar del cansancio las tempestades ni la oscuridad. Teniendo siempre presente que toda la oscuridad del mundo no puede apagar la luz de una vela por más pequeña que esta sea.

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  1. CREO QUE SI DIÉRAMOS TAN SOLO UN 25% MÁS DE LO QUE HACEMOS EL PAIS ENTERO FUERA MILLÓN VESES MEJOR Y SI APORTÁSEMOS TRIBUTARIAMENTE EN IGUAL PORCENTAJE EL ECUADOR SERÍA MÁS RICO.

    HAGÁMOSLO, NO NOS CUESTA NADA HACERLO.

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