19 abril, 2024

¿Aún tenemos Tercera Vía?

Las historia política nos habla que la tercera vía nace de las postrimerías de la segunda guerra mundial, donde la tendencias de izquierda y derecha o comunismo y capitalismo, como quisiéramos determinarlas, confluyen en una corriente doctrinaria que retoma el fin social de la democracia de la izquierda y se mimetiza con el desarrollo y progreso de las tendencias derechistas del mundo convulsionado que quedó como resultado de la irrupción brutal  del nacismo hitleriano entre los 39 al 45 del siglo próximo pasado.

La tercera vía como comúnmente la conocemos actualmente, es una posición diferente a las tradicionales, es decir, no sólo blanco y negro, bueno o malo, izquierda o derecha y en Guayaquil específicamente, Barcelona o Emelec, sino una línea alternativa en la cual nos enriqueceríamos con lo más importante de las tradicionales variables dicotómicas como el sí y el no.

En nuestro país se apostó por una supuesta tercera vía en el 2006, cuando la mayoría de ecuatorianos se decantó por una tendencia progresista que ofrecía desarrollo social, bienestar y combatir frontalmente a la corrupción, sin embargo esa década lo único que nos dejó, es una Constitución violada, la cual se la ofreció como la mejor de la historia republicana del país y que duraría al menos 400 años, así como obras de “oropel”, que tanto ellos denostaban y un sin número de esos funcionarios desde el más alto, prófugos de la justicia, sindicados o encarcelados y que misteriosamente están saliendo poco a poco durante estos tiempos de convulsión en los cuales sólo estamos preocupados por la seguridad de nuestro seres queridos.

Actualmente el momento político del país nos lleva a una nueva encrucijada y creo que nos pone a pensar en una posible tercera vía, pero cual sería o debería ser, esa es la gran incógnita que me planteo, porque si volvemos a la dicotomía Lasso bueno, Lasso malo o peor aún Lasso Presidente o Lasso destituido, seguiremos en el camino facilista del “que si no hacen lo que quiero yo para mi conveniencia, te boto”.

Esa posición intransigente que han tomado ciertos sectores políticos muy importantes de muestro Ecuador, sólo ahondará más los problemas sociales y será el empujón necesario para que el País se vaya por el despeñadero y el único perjudicado, como siempre, será el compatriota de a pie, porque los grupos emergentes de poder no dejarán de hacer sus transacciones con quien venga a tratar de gobernar lo actualmente ingobernable.

Dice un buen chiste popular, “pregúntale a un político cuanto es dos mas dos y te responderá cuanto quieres que sea, tres o cinco”; no dejemos en manos de los que no suman nuestro futuro y el de nuestra querida Patria, dos más dos, siempre serán cuatro, pero sacar al malo no siempre nos traerá al bueno y en eso ya tenemos varias magras experiencias.

Busquemos nuevas alternativas, sentémonos fuera de fanatismos políticos ni intenciones personalistas y lleguemos a un punto medio de convergencia por el bien del País, considero que todavía estamos a tiempo de lograrlo si ponemos responsabilidad y entereza, no esperemos que se nos cierre la aún posible Tercera Vía.

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