Mujer: ¡despierta!, ¡te están robando la felicidad! (I)
Aclaraciones previas
Lo que se dirá más adelante, lo afirmaremos sobre todo por las jóvenes, para que ellas tomen conciencia de su misión en la familia, la Iglesia y la sociedad de hoy. Y ‘por’ ellas, ‘con’ ellas y ‘en’ ellas, también para los chicos. El día que tengamos mujeres de verdad, tendremos novias y novios de verdad y esposos de verdad.
Serán palabras, no groseras, pero sí duras e incisivas; palabras que les golpeen el corazón y les hagan reflexionar. Lo que diremos directa o indirectamente está fundamentado en la Palabra de Dios que, recibida con valentía y sinceridad, siempre establece un contraste entre lo que pensamos y deberíamos pensar, y entre lo que somos y tendríamos que ser; y que, además, de light no tiene una letra1.
Nada queremos decir de las mujeres que quizá viven situaciones matrimoniales conflictivas, porque cada caso es distinto y toda generalización es injusta. Para ellas toda comprensión y caridad (aunque bueno es recordar que ‘comprender’ no es lo mismo que ‘dar la razón’).