4 mayo, 2024

Nuevas Oportunidades

En el 2022 me metí en un curso donde enseñan hacer piezas de cerámica, me pareció tan fantástica esa práctica que me clavé en ella. Cuando me obsesiono con las cosas, me obsesiono… Bueno, reconozco que hacer cerámica es super relajante, pero sobre todo tiene este poder de enseñarnos a disfrutar de vivir más lento y de comprender que, aunque queramos controlar todo, a veces nos toca soltar. 

No puedo dejar de mencionar que la profesora es increíble y que mis compañeras también. De hecho, llegue hacer amigas muy especiales. Me compré los instrumentos, hacía cerámica hasta en la casa y tengo un montón de cosistas hechas por mí. Cada vez que tengo una reunión, no pierdo tiempo y las saco. Normalmente me halagan por mi trabajo. Eso me encanta. Sobre todo, porque hacer cerámica me dio mucha seguridad, me hizo reafirmar que soy capaz de hacer todo lo que me proponga y que cada día puedo explotar mi creatividad. 

A comienzos del 2023 me dio Long COVID y me duró bastantito el chiste. Los días con el virus casi ni lo sentí, pero los efectos secundarios fueron espantosos, incluso teniendo 3 vacunas puestas. Se me cayó el pelo, tuve una tos espantosa que no me dejaba dormir, no podía respirar bien, me picaba el cuerpo… una mierda. Por este motivo tuve que parar esta linda actividad porque me lo recomendó el médico y al mismo tiempo noté que no me terminaba de curar. Fui a mil doctores porque ninguno me sanaba, hasta que finalmente me dijeron que he desarrollado un montón de alergias, entre esas, al polvillo de la cerámica, que antes no tenía. 

Entré en una especie de negación, porque no quería aceptar que la alergia me estaba obligando a dejar algo que me encantaba. Tenía que dejar ese lugar, a esa comunidad que me había brindado tanto. Y luego recordé que de pequeña me había pasado algo similar cuando pintaba con óleo, ya que me dio una enfermedad llamada Purpura y me prohibieron estar cerca de olores fuertes.  

Me molesta mucho que se me prohíban las cosas, porque amo la libertad. La imposición me saca de quicio, la rechazo normalmente. Sin embargo, en muchas batallas no existe un contrincante y solo toca rendirnos. Cuando finalmente me rendí, todo fue más fácil. Cerré un ciclo de manera amable. Aprendí tanto y eso lo llevo conmigo, al igual que el cariño por mi profe y amigas, eso nadie me lo puede quitar. 

Como buena intensa, he remplazado la cerámica con la lectura, aunque esta siempre ha estado presente en mi vida. Nunca he leído tanto como este noviembre en mi vida, y eso me pone super contenta. Ahora uso un Kindle, que lo llevo casi a todos lados. Estoy de viaje sin mi esposo e hijo, entonces he tenido mucho más tiempo para disfrutar de la lectura. He saboreado cada palabra y letra, me he reído, he llorado con ahogo. He comprendido a personajes y me he visto reflejada en ellos. He dejado de ver tele y podría decir que estoy durmiendo mejor. Me he visto envuelta en las lecturas, en las novelas, en los cuentos que han llegado a acompañarme y que no quiero soltarlos.

Para un roto siempre va a haber un descocido, para un descosido siempre va haber una aguja, para la aguja siempre estarán las manos del tejedor. La vida está cargada de nuevas oportunidades. Qué bonito es permitimos vivirlas.



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