28 abril, 2024

Menos esfuerzo, más oportunidades

En innumerables ocasiones, he sido testigo de comentarios similares al muy famoso «el pobre es pobre porque quiere». Antes de adentrarnos en discusiones, debo aclarar que no provengo de una clase favorecida; al contrario, pertenezco a los arrabales y reflexiono desde esa realidad. Mi objetivo principal es desmitificar este tipo de afirmaciones que muchos sostienen. Reconozco que la expresión citada tiene cierta veracidad, aunque está impregnada de un clasismo latente.

Cuando abordamos la pobreza, o como me gusta llamarla, la carencia intelectual, surgen una serie de factores que solemos atribuir a características ajenas a nosotros mismos. No es sorprendente que aquellos menos productivos o eficientes opten por las quejas constantes, utilizando slogans que representan sus emociones más profundas.

Sin embargo, permítanme aclarar: no me identifico como defensor del imperialismo o del capitalismo en su forma más amplia. Es innegable que muchos problemas que enfrenta una sociedad provienen de su estructura política, pero no debemos descartar que también se deben a su estructura social. Como dijo García Lorca, «la gente necesita más libros que pan», lo cual nos insta a asumir un rol activo en el aprendizaje. No me refiero a instituciones públicas o privadas, sino al ancestral deseo de ser cultivado y teóricamente amplio, incluso sin certificaciones (que, en la práctica, para alguien como yo, son meros sellos de aprobación, tal como lo expresó Marx).

Estoy de acuerdo en que la pobreza universal está influenciada por ambas fuerzas poderosas: el poder y la constante soberanía de los pueblos.

Debemos quejarnos menos y leer más. Debemos juzgar menos y creer más. «El que busca encuentra aunque le escondan». Me sorprende que la gente no esté dispuesta a invertir unos pocos dólares en una magnífica obra teatral o una enciclopedia, pero sí lo esté en alcohol o en un espectáculo nocturno vergonzoso. Lo que expongo aquí es una demanda. La mayoría define el éxito basándose en excesos, lo cual, en su pureza real, no conduce a ser EXITOSO.



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