28 abril, 2024

Cuba

Durante seis décadas han engañado a los ciudadanos de ese país, haciéndoles creer, que las reformas introducidas por la revolución castrista, los transportarían a un paraíso de leche y miel, con todo tipo de bendiciones y prosperidad. Como sus recetas y planificación centralizada no les ha funcionado y cuando su fracaso se tornaba evidente, proclamaban escudándose y culpando en tono solemne, al embargo comercial impuesto por Estados Unidos, lo cual siempre ha sido sólo una excusa más y nunca la verdadera razón.

Mientras, han emigrado millones y aún lo siguen haciendo por miles, especialmente los más jóvenes, arriesgando su vida, dejando todo atrás. Nadie soporta la escasez de productos, de alimentos, de medicamentos, de insumos y ahora hasta de combustibles y transportes. Pero sobre todo, por la falta de libertad, oportunidades y de un mejor futuro. En estos 64 años, sólo las clases dominantes, la burocracia y fuerzas de represión, fueron los únicos quienes se aprovecharon. Hoy, ni siquiera ellos, no hay electricidad, alimentos y menos combustibles, nadie escapa de pasarlo realmente mal.

Es un país fracasado, un Estado fallido, a punto de sucumbir. Cualquier momento puede ocurrir un estallido social, una nueva revolución, ojalá una de verdad; al revés de la anterior, que libere, que  restablezca libertades. Elecciones libres, una economía abierta, sin restricciones o precios políticos. Libertades para elegir, producir y restablecer un libre mercado, de oportunidades y realizaciones.

Hay que hacerlo todo de nuevo, reconstruir, restaurar, recuperar el tiempo perdido y lo mucho que se ha echado a perder. Con la ventaja que todo será nuevo, moderno, eficiente, que los cubanos están ansiosos por trabajar y recuperar su hermoso país. Tienen la ventaja de estar situados a menos de cien kilómetros de los Estados Unidos de América. Un ferry en pocas horas, puede transportar cada día, miles de turistas desde Key West, Miami o Fort Lauderdale.

Estados Unidos debería adelantarse, eliminar todas las limitaciones y restricciones. Terminar el embargo, sin exigir indemnizaciones ni compensaciones. Permitir que todos sus ciudadanos puedan viajar, invertir en ese país vecino. Abrir el cauce para que los cubanos que quieran ayudar a recuperar su antiguo país, lo puedan hacer sin temor o recelo alguno. Sólo con la llegada de sus capitales, nuevas tecnologías y firme decisión de invertir, de ayudar a reconstruir, será suficiente para el surgimiento de una nueva Cuba, de un nuevo país.

Los cubanos deberán aprender de los errores del pasado, no dejar que el país vuelva a ser preso de las mafias o de la droga, menos de ideologías extremas que los vuelvan a aniquilar. Ser un país que favorezca la industria, la agricultura, el turismo, pero sin corrupción y los males que caracterizaron las épocas previas a la Revolución. Sobrevivieron largos años por la ayuda e intervención soviética, que se esmeraba en probar las bondades de su sistema.  Luego fueron favorecidos por los subsidios y generosidad venezolana.

Hoy no tienen a quien recurrir, ni otra alternativa, deberán resolver sus problemas por sus propios medios. Comenzar con devolverles la libertad a los cubanos y determinar ellos mismos qué hacer, cómo lograr y alcanzar un nuevo destino.

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1 comentario

  1. No hay peor ciego que el que no quiere ver. No quieren ver por miedo, unos; por complejos, otros y por adoctrinamiento, muchos, que lo han logrado los comunistas como los rusos con el perro Pavlov. Dominan su mente, su voluntad y su conciencia como si no fueran seres humanos. Y quieren apropiarse del planeta, infiltrándose en las iglesias, en la prensa, en las escuelas, colegios y universidades; en la política y ahora tienen la droga para poseer a la humanidad.

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