29 abril, 2024

¿Pagamos para destruirnos?

Rústica y elementalmente se podría responder por las varias y múltiples actuaciones de algunos funcionarios públicos, , dado que no llegan a fomentar y cimentar la “reconstrucción institucional” sino a aumentar su destrucción al ser utilizados mediante gestiones administrativas de aprendices, de discapacitados hacia el porvenir de un país con cerca de diecisiete millones de ecuatorianos, donde existen mil necesidades en alimentos, medicinas, educación, infraestructuras cuidadoras del ambiente y más. No nos permiten arribar a puerto logrando bienestar y progreso en cumplimiento de las leyes, de la fundamentación de lo que debe ser, tiene que ser, un país y no girar en torno a lograr beneficios antijurídicos e inmorales hacia un partido, a un individuo que, precisamente, ha dañado tanto la conciencia cívica nacional. 

Se dice que la capacidad intelectual está disminuyendo, que el razonamiento humanístico se ha minimizado y estamos dando pasos hacia la resolución de los más delicadas y múltiples necesidades a través de “máquinas con inteligencia artificial” pretendiendo solucionarlos. Pregunto ¿Es posible “humanizar” a una máquina? ¿Es posible alcanzar convivencia pacífica donde las necesidades sociales sean resultas por aquellas? Lo dudo, aunque parece posible dado el grado de inconsecuencias que se vive y soportamos diariamente, al menos en nuestro entorno nacional lo confirmarían.

No titubeo en el principal pilar de la sociedad: La familia, en muchos casos padres o guiadores enseñan a hijos y pupilos metas carentes de principios éticos y valores morales teniendo como único fin el enriquecimiento ilegal, ilegítimo, con atropellamiento hacia los demás, agravándose cuando la segunda columna, la instrucción, muchos son los educadores alejados de los mismos. Obvio imaginar y concretar un país en derrumbe. Ese comportamiento lo observamos cada vez y cuando por quienes asumen “importantes” funciones en el ejercicio de la gobernanza política, jurídica, económica, ambiental.

Un individuo viviendo en el ambiente descrito ¿Cuál será el resultado en el cumplimiento de su labor política-administrativa? Totalmente destructiva, nociva para lograr algo del afianzamiento republicano- democrático.  ¿Podemos exigirle acatamiento para las organizaciones, pilares del convivir pacífico nacional, a una persona que no entiende lo qué significa el respeto hacia la institucionalidad nacional?

La respuesta es obvia, trágica: pagamos para que nos destruyan… 

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Más razones por el NO

Es importante recordar que la Constitución no debe ni puede tener ningún punto que vaya en contra de sus ciudadanos. Basta un punto en contra, para que tengamos la obligación moral de votar ¡NO!

  1. Votaré ¡NO!, porque soy cristiano y no puedo aceptar que se asesine sin misericordia a los más débiles, a los no nacidos.
  2. Votaré ¡NO!, porque se quiere eliminar las autonomías que permiten el desarrollo de las diferentes regiones del país, y volver al centralismo destructor y absorbente. Autonomías = Subsidiaridad.

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