29 abril, 2024

Un regalo diferente

SE TRATABA DEL CUMPLEAÑOS DE UNA BUENA AMIGA DE MI ESPOSA. QUE SE CELEBRÓ EN SU CASA ((sólo mujeres), con un almuerzo. Al término de la reunión, la cumpleañera le entregó a mi esposa una manzana (de esas verdes agridulce, muy sabrosa), le dijo: llévasela a Pincho.

La única vez que recuerdo que una mujer le brindara una manzana a su compañero, nuestro padre Adán, fue Eva. Era el fruto prohibido, del que jamás podrían comer, pero Adán la probó y fueron arrojados del Paraíso Terrenal.

Esta amiga de mi esposa y mía también, se convirtió, sin querer, en la segunda Eva, pero ya no del Paraíso Terrenal, sino de otro, del “Paraíso Perdido” del escritor Inglés Miltón, (si no me equivoco), del único lugar posible para vivir, nosotros los humanos, nuestra Tierra.

No la he llamado a agradecerle aún este regalito diferente. Es la primera vez que alguien me obsequia un regalo como éste (una manzana), me imagino que pensó en el día del Padre, que se celebró dos días después de su cumpleaños.

En la época infantil de mis hijos, muchos niños les llevaban una manzana de regalo a sus “tías”, que se sentían muy felices, pero la costumbre del regalito, se perdió con los años. En la actualidad los niños/as de esa edad, les llevan un dibujo colereado por ellos mismos, de esa forma ellos les expresan su cariño y ellas se sienten muy felices. Hasta hace algunos años les guardaba a mis hijos esas “pinturas”, de estos pequeños “Picazos”, de esos días.

“Tías” realmente maravillosas que les enseñan y los cuidan, con mucha responsabilidad. Lo he comprobado por cuanto, de vez en cuando, retiro a mis nietos de su preescolar y escuela y aprovecho para conversar con ellos sus aprendizajes y nuevas experiencias, en sus estudios iniciales. Es una tarea, que generalmente no me niego, aún cuando me descuadran mis tareas del día a día, pero me encanta.

Son esas cosas de la vida, cosas que pasan, para lo cual un canal televisivo, les ha dedicado un programa mañanero, al igual que las radios, que escucho en la mañana, mientras me traslado a mi lugar de encuentro con mis amigos y/o con mis lecturas matutinas, de las que generalmente me inspiran para mis escritos de rutina.

Recibir un regalito, de una persona que te aprecia, es siempre grato. De seguro la llamaré para agradecérselo, pero sinceramente no se por donde empezar, pero lo haré en estos días.

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