27 abril, 2024

Consecuencias de la pandemia…

Cuando recién comenzamos esta cuarentena, era muy difícil predecir los alcances de una invasión mundial de tipo viral.

Sin embargo de ello, mucho menos era predecible y ni siquiera se podía soñar en lo corrupta que era nuestra sociedad.

La corrupción nos ha hecho superar lo inimaginable, gracias a que la impunidad de la que gozamos en este reino criollo, permite a los ladrones hacer lo que les da la gana.

Mientras el pueblo se muere por falta de recursos médicos en los maltrechos y tercer mundistas hospitales, hay una caterva de criminales ladrones, que se roban el dinero designado para enfrentar esta pandemia mundial.

En el hospital del seguro, se han robado setenta y dos millones de dólares.

Acaban de encontrar que hubo un robo de siete millones en otro hospital y que decir de todo el dinero que ya no existe y se consiguió para la rehabilitación de Manabí, que nunca se ha dado.

La mayoría de los políticos pertenecen a una banda de ladrones que se organizan para robar  el dinero que le pertenece a los ecuatorianos.

Hacer un negociado en una época tan desgraciada como la que padecemos, es cometer la más perversa bajeza que un pervertido pueda realizar.

Estos ladrones están enquistados en la maquinaria del estado y trabajan en sociedad con seudo empresas contratistas, que solo son instrumentos legalmente constituidos para robar el escaso dinero que tenemos para la gente pobre.

Se necesita no tener madre, vergüenza y peor principios, para robarle a la gente que por no tener como curarse, se muere en las puertas de los hospitales.

Estos millonarios y perversos negociados, son posibles gracias a que la impunidad es la mayor tara de nuestra sociedad.

A estos ladrones se los debería fusilar.

No pueden tener perdón ni olvido, porque se han aprovechado del dolor ajeno para saquear al  estado que como siempre, se alimentan de la empresa privada y nuestros impuestos.

La culpa es nuestra por elegir a los mismos sinvergüenzas de siempre.

Vivimos en una sociedad tan corrupta, que permite a los pillos actuar cual gárgolas carroñeras, para depredar del dinero que pertenece a los pobres y con la impunidad social que les otorgamos, permite el robo inmisericorde a estas aves de rapiña. 

 

 

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Básicamente, nuestro Código de la Niñez y Adolescencia, cuya finalidad es la de garantizar a perpetuidad la protección integral de los niños y los adolescentes, considerándolos sujetos de alta vulnerabilidad; en función de aquellos, y de aquellos además en función de la familia, así como además se perpetúan en estos casos los deberes del Estado frente a la familia en función del interés superior del niño; aquello los convierte entonces, desde su concepción, en prioridad absoluta para todos los ecuatorianos.

Este breve, pero constitucional y legal análisis arriba descrito, de profundo sentido jurídico, de amplio contenido moral y de infranqueables barreras entre los criterios y los verdaderos principios, cuya universalidad y aplicación magnifican el respeto a esos derechos que finalmente desde la concepción radican en la inviolabilidad de su vida y su desarrollo integral, ¡QUE SON Y SERAN DERECHOS JAMAS VULNERABLES! , son pues además el mayor indicativo que nos obliga a privilegiar dichos preceptos.

Juan

La columna que me correspondía desarrollar para esta entrega he tenido que suspenderla. Las circunstancias sucedidas en el fin de semana pasado son de necesarísimo comentario debido a las consecuencias locales y […]

2 comentarios

  1. Exacto, elegimos los mismos sinvergüenzas y ladrones de siempre, ahora están haciendo fila para robar de nuevo con el nuevo gobierno

  2. Leo, y creo estar leyendo la dura y triste realidad de nosotros los peruanos, al igual tenemos enquistados en nuestros gobernantes y su entorno, a individuos sin escrúpulos que en estos momentos se aprovechan de la pandemia, para aflorar sus bajos instintos y lograr comercializar con la salud del pueblo a la que tiene todo derecho, y lo más deplorable, sin que nadie lo castigue a pesar de estar a la vista todas las atrocidades que día a día cometen. Sigamos denunciando los abusos, pues es la única manera de poder desterrar a esta lacra, que hoy se nos viste como son de cuerpo
    entero. Fuerza en su lucha, hermanos ecuatorianos por un vida digna.

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