28 abril, 2024

¡Nos jo…xydamos!

Puede que esté confundida o quizás con alzhéimer, pero hace no mucho escuché decir con voz en cuello: «Prohibido olvidar, compatriotas. Nosotros los patriotas con el Ecuador en el centro del alma seguiremos luchando para no pagarle un solo centavo del pueblo ecuatoriano, a una transnacional abusiva que trató de estafar a nuestro país…».

Luego, como en todo, recular. El procurador general del Estado, con bombos y platillos, anuncia haber logrado una tremenda reducción en el laudo arbitral a favor de una multinacional, dejando el valor a pagar por el Ecuador en $ 1.061 millones más intereses.

Si bien es cierto que la referida compañía reclamó un total de $ 3.370 millones y que luego esta cifra fue rebajada a $ 1.061 millones más intereses, esta descomunal cifra no puede ser digna de celebración alguna. Sin ser economista me aventuro a decir, y para darles la real proporción, les cuento que esta corresponde al 15 % del déficit presupuestario del Estado para el año 2016, con esta cifra se podrían construir 265 escuelas del milenio, se pagarían 265.250 sueldos de profesores universitarios, se contrataría equipamiento y remodelación para 73 hospitales de primer orden, sería posible construir 53.000 viviendas de interés social y así otras obras de vital importancia para el Ecuador.

En qué país vivimos que se piensa que un arreglo como este es una victoria, ahora que atravesamos una de las peores crisis económicas. Parece que alguien ha perdido todo tipo de proporción y sensibilidad.

No son solo los astronómicos mil sesenta y un millones de dólares más intereses, sino el precedente jurisprudencial que se sienta, y que con certeza será utilizado en otros casos similares que el Ecuador tiene en tribunales arbitrales internacionales. En el argot popular sería les mostramos la quilla, quedando expuestos y vulnerables, situación que será aprovechada por cualquier otra contraparte.

Más allá de si el fallo fue justo o no, pues no me corresponde a mí juzgar cuando ya un tribunal internacional lo hizo, no creo que hemos ganado, más bien ¡nos jo…xydamos!

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El gobierno que nos merecemos.

La principal responsabilidad de todo gobierno es la paz social. Cuando la intervención del estado es democrática, debe garantizar la legítima facultad que tiene cada hombre para ejercer libremente sus derechos.

Nadie puede reclamar un derecho para sí mismo, sin reconocer ese mismo derecho para los demás. El deber es una necesidad moral; el derecho es un poder moral.

La libertad es el poder que tenemos para ejercer ese derecho, pero dando a los demás el mismo poder para ejercer su propio derecho. El mayor respeto de un gobernante hacia sus gobernados, es su convencimiento de que el hombre debe ser sagrado para el hombre.

2 comentarios

  1. Okey, ha juzgado la situación……ahorita todos somos director técnico….y si es de la oposición/derecha neoliberal mejor, ver todo lo malo es correcto, es estratégico, y nosotros borregos les creemos todo…(y los mandatarios anteriores fueron brillantes, todo lo hicieron bien) pero está bien, veo su posición y punto de vista, no podríamos esperar otro resultado de ecuanimidad, imparcialidad…..se lo he manifestado 3 ó 4 veces, usted es lo mejorcito de este semanario…….no me defraude……ahora dígame, díganos a los otros que no somos golpistas…. y que vemos lo malo y lo bueno, que hubiese hecho usted…..o si está hecho como lo hubiese manejado……le ruego hágalo!!!, tiene para lucirse….si no lo hace quedará igual que sus colegas columnistas…….escandalosos, amargados, resentidos, desesperados por regresar al viejo País para manejar la teta que se fue y ahí sí nos jodimos con 200 mil millones que se han festinado en 35 años la partidocracia, y todavía tenemos miles de problemas y deudas de esta herencia maldita.

  2. Al Cesar lo que Es del Cesar y Ud que,con la dureza del suspiro, le canta las verdades ( me atrevo a decir que por primera vez) a la dictadura y , le aseguro ,que me siento gratamente sorprendido. La felicito por dar en la diana y por hacerlo sin cambiar sus buenos modales de dama con clase. Un saludo.

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