28 abril, 2024

Leyenda Urbana

“Me dejaron de herencia mis padres, además de la luna y el sol, un vestido fajao de lunares y con él el mundo recorrí, muy poquita cosa, esa es la verdad,…”

Y así como lo dice la canción, ¿cuál herencia? A más de la luna y el sol…

Herencia significa mucho más que heredar dinero o empresas. Por ejemplo, herencia es el derecho de heredar que tiene una persona por ley o por testamento cualquier bien, lo que otra persona quiera dejarle. Puede ser  el perro Bobby, el loro Anacleto o la gata Sabrina.  Puede alguien heredar el peluche con el que jugó el abuelo cuando era un amigable niño o la espada con la cual  mató  a cien en la guerra contra el Perú, el mismo abuelo cuando era grande y “patriota”. Así, el término   herencia se refiere al conjunto de propiedades, dinero y otros bienes, así como derechos, que se recibe legalmente de una persona cuando esta muere. En ciertas ocasiones desagradables hasta se heredan las deudas…Herencia es un proceso mediante el cual se transmiten una serie de características de los padres a los hijos a través de los genes: el color de los ojos, de la piel, la forma de la sonrisa, el buen o mal carácter, la predisposición a  enfermedades, etc. Algunos quisieran, y deberían, solicitar un impuesto a la herencia por salir muy feos, o muy bajos, o poco inteligentes.

Herencia es la reunión de ideas o aspectos relevantes tanto de una circunstancia o una persona, tal como los recursos naturales son una herencia, entre lo más valioso, que se ha de dejar a los hijos.

Herencia es una gama de muchas cosas.

Es el tema top del momento, que habrá una próxima ley, temporalmente suspendida, para que nada pueda afectar los  tres días de paz que deberá tener el país, ante la ilustre visita del Santo Padre.  En todo caso, hay que analizar bien el punto de donde se surge tanto alboroto. Si bien es cierto que los abuelos y padres han trabajado duro para la herencia de sus hijos y nietos, también es cierto que a más de las cosas materiales, deberíamos preocuparnos por otro tipo de cosas que dejar.  Y esas si defenderlas con todo.

En el caso del cuidado del medio ambiente, por ejemplo, que hacemos al respecto de la herencia de los bienes naturales, ¿talar árboles? ¿Hay que talar árboles porque se necesita una explanada? ¿No son los árboles el pulmón del mundo? ¿Explotar las bio-reservas?

¿Practicamos y enseñamos el valor de la contemplación y el respeto a la naturaleza?

En el caso del cuidado de la familia y los bienes intangibles de la sociedad, (ni tan intangibles, porque el desastre social que vivimos es palpable)  ¿qué ejemplo damos los padres a los hijos, en una variedad de aspectos éticos y morales? ¿Cuánto hemos aprendido de nuestros errores? ¿A partir de qué punto en la vida decidimos empezar a ser mejores personas?

No es irrelevante reclamar aquello que por justicia nos pertenece. Más, es relevante detenerse a reflexionar…cuanto valor estamos dando a las cosas, al dinero, a que la empresa si o que la empresa no, a la inversión extranjera y un poco de temporalidades más.  Hay temas mayores  que reclamar, más allá de “la herencia” y que ameritan análisis más profundos.

Pongo a consideración algunos puntos:

¿Cuánto del Ecuador, conocemos los ecuatorianos? Los hijos de los que heredarán el país estudian o estudiaran en universidades extranjeras, ¿cómo van a pretender llegar aquí a gobernar un país al que apenas conocen? Ya sabemos los resultados… (Pueden ser los  de “a favor” o  los de “en contra”)

¿Cómo va la calidad de la educación en el país? Las oportunidades de ingreso a las universidades para las personas que salen de colegios fiscales…la auténtica inclusión social a una variedad de personas…el derecho a la salud, a la vida, a la familia. ¿Enseñamos la materia “responsabilidad” en las casas, colegios y universidades?

La reflexión es para todos, para los que están a favor y para los que están en contra…es lamentable lo que ocurre, tomándolo con ironía, parece que vivimos una historia rara, una especie de leyenda urbana: la del chupa cabras atracando con todo, saciando su sed con toda la sangre ajena, queriendo sacar hasta el último centavo guardado en la caja fuerte de la residencia… de la Barbie y el Ken.

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Si debo morir o matar por Guayaquil…!por supuesto que lo haré!

A causa de los últimos escritos, en mi correo he recibido miles de manifestaciones de diversa índole. El 99 % han sido de apoyo y un 1 % en contra. Los que no estaban de acuerdo, decían que cómo era posible que un profesional como yo al hablar de los informales, lo haga con tanta violencia y no desde el punto de vista objetivo. En cuanto a lo primero, debo decirles que el mismo Jesucristo votó a latigazos a los comerciantes informales que desordenadamente estaban haciendo un caos en su templo. Lo segundo es que frente a los sistemáticos ataques por parte del gobierno a nuestra ciudad, hay que responder en la misma forma en que responderíamos si en nuestra casa propia se atacara a un hermano nuestro.

En mi concepto, ser Guayaquileño es vivir y sentir de acuerdo a un código de valores…

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