6 octubre, 2024

Si debo morir o matar por Guayaquil…!por supuesto que lo haré!

A causa de los últimos escritos, en mi correo he recibido miles de manifestaciones de diversa índole. El 99 % han sido de apoyo y un 1 % en contra. Los que no estaban de acuerdo, decían que cómo era posible que un profesional como yo al hablar de los informales, lo haga con tanta violencia y no desde el punto de vista objetivo. En cuanto a lo primero, debo decirles que el mismo Jesucristo votó a latigazos a los comerciantes informales que desordenadamente estaban haciendo un caos en su templo. Lo segundo es que frente a los sistemáticos ataques por parte del gobierno a nuestra ciudad, hay que responder en la misma forma en que responderíamos si en nuestra casa propia se atacara a un hermano nuestro.

En mi concepto, ser Guayaquileño es vivir y sentir de acuerdo a un código de valores.

Esta identidad es resultante de una transmisión cultural y genética de nuestros ancestros. No es comer ceviche y arroz con menestra. Es una posición ante la vida y una actitud frente a la muerte.

El Guayaquileño es un ser altivo y orgulloso de lo que tiene. Es celoso de su terruño y no permite que nadie se lo ofenda. Somos guerreros indómitos que no claudicamos frente a nada ni nadie. Nuestro carácter rebelde nos hace libres por el control que tenemos sobre nuestro destino. El Guayaquileño ama su tierra y está dispuesto a morir o matar por ella.

Nuestros antepasados fueron indoblegables y decidían con valentía el destino de la patria.

Los Guayacos somos espontáneos y no ocultamos nada. Decimos lo que sentimos y expresamos lo que pensamos.

Somos cariñosos y muy afectivos. La sonrisa es nuestro rostro de presentación y el abrazo unido a la expresión corporal del beso o la caricia, son parte de nuestra identidad. Tenemos la necesidad de comunicar todo lo que llevamos por dentro. Diáfanos y transparentes, le abrimos la puerta de nuestra casa a todo el que lo solicite. El porteño es callejero y amiguero por naturaleza. Nos gusta el aire libre y el conglomerado de gente. Conversamos, almorzamos o nos reunimos al rededor de una mesa con cualquier pretexto para virar unas bielas. Enamoradores y románticos, vivimos soñando con la mujer amada. A todo nivel y en cualquier edad las mujeres son la razón de nuestra existencia. El hombre de nuestro pueblo es rockolero y seductor que persigue el amor sufrido de una coqueta sonrisa hecha por la dueña de sus quincenas. Tiene la necesidad de formar grupos para poder expresarse. Es gritón y mal hablado. La gallada del barrio o los amigos de la esquina, son parte de una identidad grupal en la que se refugia para sacar sus sentimientos.

El Guayaquileño es alegre, bromista y tomador de pelo. Le gusta vacilar y chacharear constantemente. La informalidad es su sello de presentación y el atraso su sinónimo de puntualidad.

Es un deportista frustrado. El indoor, la pinta o cualquier deporte son suficientes causas para jugarse la vida en una tarde que termina entre amigos y bielas. Noveleros en extremo, toda cosa nueva se nos hace moda y vivimos cada día como si fuera nuestro único presente.

Queremos a nuestra ciudad y la defendemos con nuestra vida. Morimos o vivimos por ella sin someternos a nadie. No existe ser en el mundo que pueda imponer lo que queremos o como debemos vivir. Nuestro camino lo hacemos nosotros y somos libres por decisión propia.

Nuestro problema es que los Guayaquileños somos pocos.

Nuestra generosidad ha permitido que muchos que no nacieron aquí, vivan aquí, pero sin ser como nosotros.

Conciudadanos que disfrutan lo que Guayaquil les dio, pero sin que les importe lo que le pase a la ciudad, con tal de mantener lo que de ella consiguieron.

En nuestra generosa apertura para recibir a todos está nuestra mejor virtud y también nuestra mayor debilidad, ya que a nadie de los que generosamente cobijamos le importa nuestra ciudad como a nosotros.

Pese a todo, somos una raza indómita de celosos guerreros con la suerte de nuestra urbe, por lo que, si yo debo morir o matar por Guayaquil…!por supuesto que lo haré!

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No hay comentarios

  1. Estimado Dr. Palacios:

    Un caluroso saludo!

    Hasta la muerte es mejor que vivir subyugados por el marxismo. JAMAS!!! permitiremos que los comunistas nos impongan sus depravados designios. En este momento yo ya me considero un soldado de Guayaquil.

    Saludos,

    Francisco Fierro

  2. Sr. Palacios,

    Entendiendo su punto de vista aunque no lo comparta, me permito sugerirle, y porque mejor no, construir varios centros comerciales del ahorro como se ha hecho en Quito, para llevar ahí a todos estos comerciantes, (claro a quienes tengan al menos una pisca de razonmaiento), y una vez colocados, con un pago acordado, por supuesto, ya no tengan mas razón de reclamo y una vez mas triunfe sin violencia la buena labor que ha hecho su Alcalde con toda la gente que apoya esa nueva Guayaquil a la que todos podemos admirar ahora.

    Al principio muchos reclamaron de todos los trabajos de regeneración pero una vez que se les mostró entrando en razón y no pelea, pudieron disfrutar de todo ese beneficio que tienen hoy y que no pide fuerza ni violencia, ES Y PUNTO, Ahora ES la Perla del Pacífico, aún con conflictos y todo, le guste o no a quien sea.

    Le invito nuevamente a apoyar con mas fuerza planes de desarrollo en su ciudad (sin ser Guayaquileño, ni vivir allá), para cada vez mas gente pueda beneficiarse, … Así quien quedará para reclamar?, Nadie… 1 o 2 inconformes tal vez que no tendrán peso alguno.

    Puntualmente?, porque no desarrollar mas planes de la Junta de Beneficiencia en otras ciudades ya que la Lotería se vende en todo el País, o quizas, apoyar a otros Cementerios en otras ciudades, para que tengan un mejor servicio. Tal vez un programa de donación de órganos…Todo esto coordinando una cooperación con las otras Alcaldías afines claro a la Alcaldía de Guayaquil (y no necesariamente del mismo Partido, sino afines a un programa de Servicio hacia la gente), Como el Alcalde Moncayo de Quito, el Sr. Tituaña de Cotacachi, el Alcalde de Machala, de Cuenca, que se han destacado por su trabajo y otros de ciudades pequeñas pero con deseo sincero de ver mejor a su ciudad.

    No cree que esa sería una mejor manera?, Quien puede ahora negar el buen trabajo del Alcalde Nebot, y la nueva imagen de Guayaquil, nadie, y si eso se expande hacia otras localidades, no cree que obtendría todavía mas apoyo?, y sin necesidad de enfrentamientos sino con obras contundentes que nadie pueda objetar.

    Att.
    Alberto Rosales
    ralberto68@hotmail.com

  3. La descripciòn que en su artìculo muy acertadamente Ud. ha realizado doctor Palacios, respecto a la forma de ser del verdadero Guayaquileño, es sin duda alguna, motivo de elogio, las Autoridades Municipales, deben hacerlo suyo para divulgarlo en los medios de difusiòn colectiva, con el ànimo de levantar el amor de sus conciudadanos hacia su terruño, es igual ò lo mas semejante a nuestra idiosincrasia; en cuanto a la afirmaciòn suya, de «Morir o matar por Guayaquil», permìtame felicitarlo, personalmente me congratulo, porque considero, que ese es el sentimiento de la gran mayoria de nosotros SUS HIJOS, hablo por todos aquellos que nacimos, vivimos y seguramente moriremos en esta ciudad, de aquellos estudiantes resabiados de los años sesenta, que no callamos, que no nos amilanamos, que siempre hemos levantado nuestra voz de protesta ante la injusticia, de aquellos que estamos dispuestos a entregar nuestra vida por esta tierra y,ante lo cual, hoy en dìa recibimos a cambio, una andanada de insultos, represalias y amenazas de parte de las autoridades de Gobierno y sus partidarios de Alianza Paìs, encabezados por los garroteros-tira piedras del MPD, cuando con orgullo enarbolamos la bandera celeste y blanco de nuestra libèrrima ciudad, cuando reclamamos ante el atropello, por los vejàmenes hacia sus instituciones, sus hijos, sus mujeres, etc., de parte del aprendiz de tirano, Rafaèl Correa, quien con el descaro mas grande, hoy en dìa,ofendiendo a la ciudad de Guayaquil, una vez màs, utilizando los dineros del pueblo ecuatoriano, teniendo como fondo musical la emblemàtica canciòn «Guayaquileño madera de guerrero», realiza sus campañas televisivas para engañar al pueblo,al dar a conocer ciertas labores u obras que ha realizado en èsta ciudad de Guayaquil,»la misma que por desgracia lo vio nacer», cuyos verdaderos hijos, con justa razòn y con paciencia, como decian mis abuelos, «Nos sentaremos en el ZAGUÀN de nuestras casas y esperaremos ver pasar el cadaver de nuestro enemigo». VIVA GUAYAQUIL, AUTÒNOMO,

  4. Dr. Palacios: su articulo levanto bastante polvo y me convencio de que todo esto esta ocurriendo por nuestra omision. Ahora es la noche de las brujas pues el Aquelarre iniciado hace mas de 6 meses en Montecristi esta en su climax. Las brujas han demostrado que estan unidas y tienen a la mas avezada como portavoz (RCD). Entonces es hora de unirnos los humanos de todas partes, condicion y religion para enfrentar a las fuerzas del mal.
    Hago esta analogia como un grito desesperado por unir fuerzas. Usted diga el dia y la hora.

  5. Para Alberto Perez-Llona quien hizo un ridículo comentario al articulo «Comenzó la guerra civil en Guayaquil». Me imagino que ha de ser quien estuvo en Pacifictel formando parte de la partidocracia de Lucio Gutierrez (con lo que el también ya es un cadaver politico insepulto), y en donde tuvo una actuación de triste recordación por lo cual está siendo juzgado por el delito de peculado. No me extraña que un «personaje» de ese nivel, defienda a uno de los peores presidentes que ha tenido el Ecuador en toda su historia. Yo votaré NO en el reférndum. Abajo Rafael Correa carajo. Gabriel junio 19 del 2008

  6. Miguel,
    Yo no nací en Guayaquil, tampoco he vivido más de la mitad de mi vida. He ido de visita, al principio pensé quedarme, mejor dicho mi mamá pensó en quedarse en Guayaquil, pero por no sé qué nos regresamos a donde vivo ahora. He ido infinidades de veces al Guayas, tengo muchas amistades,como Ud. dice, el guayaquileño de entrega totalmente. Me hacen sentir en casa y así es recíproco cuando vienen a visitarme. He visto los cambios en la ciudad, a la gente se le ve limpia, alegre. Hasta el taxista le canta a uno un pasillo si se lo pide. Ud. dice que los guayaquileños son pocos, pero los guayaquileños de verdad tienen el corazón para la bicolor celeste y blanca.

    Como le dije, yo no he nacido ahí,pero soy de ahì. Mi corazòn, mi alma, están en el ambiente.

    Me apena que diga de que a nadie de las personas que Uds. cobijan generosamente, les importe la bella ciudad, desde sus antiguas casas de madera añejada hasta su Malecòn 2000, y los nuevos proyectos por hacer.

    No dejen que el payasito los borre del mapa, no dejen que Guayaquil pase a ser un recuerdo, no dejen, por favor NO DEJEN

  7. Dr. Buenas tardes y saludos, primero permítame indicarle que mi primer comentario a un artículo suyo, nunca fue publicado, y esto me hace pensar que usted está sólamente publicando los comentarios que le conviene, entonces ese 99% de aceptación según usted es una farsa y no una realidad; no sea a estas alturas de su vida y edad una persona ególatra y desleal consigo mismo.

    Sobre los informales, pienso que mejor que un CASINO, en ese espacio del Malecón se pudo haber construído un proyecto para legalizar a más comerciantes ( los informales hubieren tenido la oportunidad de obtener por lo menos su matrícula de comercio o que el Municipio le haya facilitado la gestión para ocupar espacios municipales y desarrollar su comercio).

    Sobre ser GUAYAQUILEÑO, es ser de cepa, es decir, de raíz, y yo no creo que deba morir o matar para serlo, usted sigue provocando a los guayaquileños a situaciones que no merecemos, el desorden, el caos jamás deben imperar, para eso tenemos leyes, principios y que yo entienda a nosotros no nos está tocando nadie, porque ese día vamos a reaccionar de manera exigente y fuerte; ¡QUE GUERRA CIVIL, NI NADA¡ dejémosnos de boberías, nosotros los guayaquileños estamos listos para TIRAR PIEDRAS Y APRETAR EL GATILLO PERO CON NUESTRO PENSAMIENTO ALTIVO Y SOBERANO Y NO CON MANOS SUCIAS Y TENTADORAS DEL CAOS.

    Saludos una vez más, en espera de que los Guayaquileños no soñemos con sus directrices mal afinadas.

    Luis Ycaza Columbus.

  8. soy ambateño y tengo la suerte que desde los 17 años de edad hace ya 20 ,vivo en Guayaquil y tengo el orgullo de tener hijos y esposa Guayacos,solo los serranos que hemos vivido en medios de los guayaquileños sabemos la grandeza de esta gente huencavilca y al ser yo serrano me da pena y asco que un guayaquileño de nacimiento como Correa odie y desprecie a su ciudad ,yo me pregunto donde estubo correa cuando el PRE se llevo en peso el municipio y sus dineros y hacian de Guayaquil un muladar inmundo lleno de basura y ratas ¿DONDE ? estudiando economia …..pero que poco aprendio.

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