28 abril, 2024

Cuaresma para Jóvenes

CUARESMA SIGNIFICA TEOLOGICAMENTE HABLANDO: CAMINO HACIA LA PASCUA. Pero, ¿qué es pascua? He allí nuestro problema. Si no vemos gente convencida de su fe será difícil penetrar en la aventura de tratar de conocer lo que no tenemos experiencia sensible. ¿Saben? No me siento bien hablando así. Por ello pido perdón a los peritos del saber, teólogos les llaman, estudiosos o dedicados, para expresar lo que en este momento deseo transmitir a la juventud que pueda leer estas líneas y si las leen un adulto, favor compartir con un joven que hoy más que nunca necesita testigos de lo sagrado que no se asustan de los críticos de la religión, y no me refiero a Freud, Nietzsche o Marx, sino de aquellos que nos preguntan si creemos lo que hablamos y si amamos lo que confesamos.

Cada domingo, los que suelen ir a misa decimos  “Creo en Dios Padre… y en Jesucristo su Hijo, que padeció y resucitó al tercer día”. Ese es el centro de nuestra fe y lo que menos predicamos, vivimos y compartimos. Las prédicas se llenan de belleza literaria un miércoles de ceniza, un viernes santo, en un vía crucis, en el sermón de las siete palabras. Pero llega la vigilia pascual y no llegamos a la mitad de la Iglesia, y los sermones suelen ser tan angelicales como ingenuos, los más preparados los hacen esperanzadores, pero utópicos, idealista.

Al comenzar a escribir estas líneas acudí al profeta Oseas, aproximadamente 800 siglos antes de Cristo, sin embargo sus palabras pueden ser escritas por un Shakespeare, como un Rubén Darío, un Arturo Borja, Ernesto Noboa y Caamaño o un Medardo Angel Silva, entre otros. Pero no. Fueron escritas por un profeta menos del Antiguo Testamento quien expresó su experiencia de Dios como un eterno amante que anhela unirse con su novia, su pueblo, el hombre/mujer que lo rechaza, pero para ello busca como buen conquistador el lugar y el momento apropiado “La llevaré al desierto y le hablaré al corazón”.

Y el mejor lugar para expresar el amor es el desierto, en donde se prueba lo que somos y de lo que podemos valer, poco o mucho, dependiendo si encuentro auxilio en un oasis, camello, o si me las sé valer por mi mismo para mostrar mis verdaderas intenciones, un amor real que sabe de pruebas y dificultades y que acepta la realidad del pecado y del horror de la historia, como de las incoherencias humanas. Como alguien dijo: amar es aceptarte como eres y seguir amándote, después de conocer tus debilidades. El desierto amigo es el espacio más vacío donde las palabras sobran y las verdades se imponen. Desierto cotidiano que uno puede vivir en medio de la ciudad y de sus rutinas. Es el lugar donde estás solo tú y Dios. El desierto es el lugar de las preguntas, de la búsqueda de profundidad.

Y el mejor momento para probar el amor y manifestar lo que somos es el AHORA, no el futuro ideal que no llega, ni el pasado que ya no es. Es en el ahora donde tengo la oportunidad de vivir la vida construyendo lo que anhelo, lo que me hace más humano, en donde me encuentro conmigo mismo y con el otro que me interpela y me hace ser. La eternidad es mi meta, pero solo la percibo viviendo el presente. Un amor verdadero no puede morir. Mueren ilusiones, ideas e ídolos que construí, pero lo que es, es verdadero ahora. Eso es lo que importa. Es allí donde se juega el todo de mi vida.

Por eso cuaresma me anticipa ya mi futuro, la transfiguración de mi vida en Jesús, si lo sé ver y oír ahora: “Este es mi hijo amado, escúchalo”. (Mc 9:7). Por ello, cuaresma que se vive en cuarenta días, pueden ser cuarenta años. Es toda una historia que actualiza una experiencia del pasado, la historia de amor de Dios con su pueblo, como anticipa el tiempo que viene, tiempo de gozo, fiesta y alegría (la pascua), pero es en el minuto que vivo donde experimento la totalidad de mi existencia, en las decisiones cotidianas donde se juega mi futuro. No a las drogas, sexo barato, alcohol y demás enemigos de mi crecimiento serán la mejor forma de expresar el ayuno, la oración y la limosna signos de un amor que exige sacrificio, fidelidad y entrega. Al estilo de Jesús. ¿Buscas de verdad a Dios, la felicidad y el amor? ¿Cómo lo buscas?

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