27 abril, 2024

Los consejos

“…Cualquiera tiempo pasado fue mejor.”

Jorge Manrique

Fuera de nuestro nunca bien ponderado Prócer de la Independencia, poeta eximio, hombre público brillante y orador de extraordinarias cualidades, Don José Joaquín de Olmedo y Maruri, han habido varios grandes poetas y autores que han llenado miles de páginas de consejos, de escritos edificantes, destacando la moral ya sea en la forma de fábulas o cuentos, versos, y varias otras expresiones artísticas, los que sirvieron, en esa ya lejana época cuando la gente que aspiraba llegar a ser algo por esfuerzo propio, pudiera enriquecer sus mentes con lecturas morales, o con escritos y poemas románticos, caballerescos, espirituales, reflexivos, así como ahora buscan desesperadamente las noticias del Extra, las novelas escabrosas y tantos otros escritos basura que no dejan nada positivo para el alma (hay, por supuesto muchas obras extraordinarias, de verdadero valor, pero cada vez es más difícil escoger lo que vale la pena y lo que no vale la pena ser leído).

Quiero hoy presentar a un venezolano del siglo XIX: Elías Calixto Pompa Lozano, hijo de un científico investigador de las propiedades curativas de las plantas, que publicó el libro de Medicamentos indígenas y era muy conocido por sus investigaciones.

Elías Calixto nació un 14 de Octubre de 1836 ó 1837. Sus padres fueron Gerónimo Pompa (Prócer de la guerra de independencia) y Gerónima Lozano. Comerciante de profesión, poeta y dramaturgo de vocación, y político de afición, lo que le valió cárceles y exilios. Entre sus obras teatrales, destacan Violante y chascos de amor, o El corazón en la cara. De formación autodidacta, logró ser diputado de la Asamblea Legislativa por el Distrito Caucagua. Colaboró con los periódicos “El Federalista”, “El Porvenir”, “Diario de Avisos”, “El siglo”, “El Independiente” y “El Fonógrafo”. Durante el gobierno de Antonio Guzmán Blanco, tuvo que salir exiliado a Estados Unidos. Escribió algunas veces bajo el pseudónimo de K-Listo.

Entre sus más hermosos sonetos de formación, que en la época de escuela nos enseñaban a los que nos tocó estudiarla por la primera mitad del siglo XX, cuando aún se consideraban materias importante la moral y la cívica tan venidas a menos en estos tiempos, están los tres que voy a presentar ahora: “Estudia”, “Trabaja” y “Descansa”.

ESTUDIA
Elías Calixto Pompa

Es puerta de la luz un libro abierto;
entra por ella niño, y de seguro
que para ti serán en lo futuro
Dios más visible, su poder más cierto.

El ignorante vive en el desierto
donde es el agua poca, el aire impuro,
un grano le detiene, el pie inseguro;
camina tropezando, ¡vive muerto!

En ese, de tu edad abril florido
recibe el corazón las impresiones
como la cera el toque de las manos.

Estudia, y no serás cuando crecido
ni el juguete vulgar de las pasiones,
ni el esclavo servil de los tiranos.

TRABAJA
Elías Calixto Pompa

Trabaja, joven, sin cesar trabaja;
la frente honrada que en sudor se moja,
jamás ante otra frente se sonroja
ni se rinde servil a quien la ultraja.

Tarde la nieve de los años cuaja
sobre quien lejos la indolencia arroja;
su cuerpo al roble, por lo fuerte, enoja;
su alma, del mundo al lodazal, no baja.

El pan que da el trabajo es más sabroso
que la escondida miel que con empeño
liba la abeja en el rosal frondoso.

Si comes de ese pan serás tu dueño,
mas si del ocio ruedas al abismo,
¡todos serlo podrán, menos tú mismo!

DESCANSA
Elías Calixto Pompa

Ya es blanca tu cabeza, pobre anciano:
tu cuerpo, cual la espiga al torbellino,
se dobla y rinde fácil; ya es tu mano
el amigo bordón del peregrino.

Maneja sin compás, y el aire sano
es a tu enfermo corazón mezquino…
deja la alforja, ve, descansa ufano
en la sombreada orilla del camino;

Descansa, sí; mas como el sol se acuesta,
viajero como tú, sobre el ocaso,
y al rastro que le sigue un rayo presta;

abre así con amor tus labios viejos,
y alumbra al joven que te sigue el paso
con la bendita luz de tus consejos.

El sabor de lo perdido me hace recordar aquí y ahora a un gran visionario brasileño, Ruy Barbosa de Oliveira, que nació en Salvador de Bahía el 5 de noviembre de 1849, Importante escritor, Jurista, y político brasileño, Diputado, Senador, Ministro de Finanzas e Impuestos, que fue conocido como “El Águila de la Haya”, por su participación distinguida en la Conferencia de la Haya de 1907. Él fue uno de los principales gestores de la abolición de la esclavitud en Brasil y un defensor intransigente de las libertades civiles. La Esclavitud en Brasil fue finalmente abolida por la Lei aurea (Ley Dorada) en 1888. Parte del legado de Barbosa a la historia, es su autorización, como ministro de finanzas en 1890, de la destrucción de la mayoría de los archivos gubernamentales relacionados con la esclavitud. Hombre de preclara visión es muy recordada su frase que desde esa época ya vaticinaba la nuestra: «De tanto ver triunfar nulidades, de tanto ver prosperar la deshonra, de tanto ver crecer la injusticia, de tanto ver agigantarse los poderes en las manos de los malos, el hombre llega a desanimarse de la virtud, a reírse de la honra, a tener vergüenza de ser honesto…»

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Rafael de León, al menos por su poesía, tenía una fijación por los ojos verdes. Por eso no quiero dejar pasar, al hablar de él y de su poesía, este romance de los ojos verdes, que vale la pena recordar.

Romance de los ojos verdes
Rafael de León

-¿De dónde vienes tan tarde,
dime, di, de dónde vienes?
–¡Vengo de ver unos ojos
verdes, como el trigo verde!

El sueño juega y se esconde
en la plaza de mi frente…
caballo por las ojeras
de unos ojos en relieve.

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