29 abril, 2024

De la Hominización a la Humanización…

Para que del proceso de hominización pueda revelarse la especie homo pasaron, al
parecer, muchos, muchos años… Aunque para los sabios que apuestan, científicamente,
a su reflexión numerológica, estos años suman mucho más que unos cuantos miles.
¿Cientos de miles? Hay quienes hablan de algunos millones. Los más conservadores
registran, con la certeza típica del conocimiento oficial, entre 2 a 3 millones el tiempo
suficiente y necesario para que el antecesor del humano, erguido en sus dos pies, pueda
gesticular, libre y hábilmente, sus dos manos… Pero en lo que toca al mundo actual, en la
línea genética sapiens, apenas cuentan, para los paleontólogos, 40.000 años… Discutible
o no esta explicación casi mágica del saber, para los historiólogos, de semejante parcela
temporal, apenas, quizás, menos del 50% tiene que ver con el existir del escenario
de las sociedades semejantes a las que hoy están en vigencia. ¿Puede comprenderse,
entonces, en este punto, en un contexto general de cambios y transformaciones, que al
concluir el acto de ponerse de pie, lograr un aumento cerebral significativo, conseguir
alimentarse y protegerse mediante organización grupal, la hominización daba paso, con
mucha definición, a la vivencia de la actual humanidad?

¿Es este paso, sin embargo, sinónimo de humanización? Hay quienes creen ( entre ellos
algunos antropólogos y cientistas sociales) que al aparecer el homo con capacidad de
hacer herramientas y manipularlas con variada destreza (homo habilis u homo faber), la
humanización ya hace presencia. Posición, eso sí, demasiado simplista y, por qué no, muy
mecanicista que margina al hombre de su proyecto social, a través del cual está obligado a
encontrar su identidad y diferenciarse del zoo
. Realizar artefactos y manejarlos permite
al ser humano sólo sobrevivir dentro del instinto de la biología de la especie, pese a los
altos niveles de conocimiento que pueda obtener. Hasta puede comprenderse algo así
como una proto humanización. Pero la humanización conlleva otras esencialidades…
¿O no? Para Edgar Morin, por ejemplo, “no es sólo el hombre el que no puede ser
reducido a términos biológicos, es la propia biología la que no puede verse reducida al
biologismo”. La sociedad, como fuente clave de las relaciones humanas define, en la
praxis, la potencialidad en cuanto a capacidad de existir de cada humano… Capacidad
de existir en función de la conciencia respecto a las responsabilidades asignadas o
voluntariamente asumidas
. Tal evento es susceptible de resultar, por supuesto, en una
apertura continua de libertades. Libertades, que para desgracia y hasta el momento, solo
han sido un cruce de confrontación y contradicciones.

¿Confrontación? ¿Contradicciones? Sociales. Políticas. Económicas. Culturales. Todo
jalonado por un camino y hacia un destino: la ambición por el poder y la solución de su
cuestionamiento en la guerra. El acumulado de muertos por las guerras son millones y
millones. Algunos datos sueltos nos llaman seriamente a la reflexión… La primera guerra
mundial significó cerca de 30 millones, cantidad que se duplica en la segunda guerra
mundial. Pero la historia de la humanidad nos cuenta, antes de estos momentos, que las
guerras de Julio César en las Galias, por ejemplo, que le otorgaron el poder supremo en
Roma, costó a los perdedores cerca de 1 millón de personas sacrificadas y otro millón de
prisioneros convertidos en esclavos… Para Napoleón lograr adueñarse, políticamente. de
Europa tuvo que optar por la liquidación de más de 4 millones de gentes… Claro, un poco
menos que las cruzadas que, en pleno Medioevo, lograron 1 millón más… La guerra civil
para consolidar la URSS, entre 1917 y 1922, contabilizó para unos 10 millones de muertos
y para otros, casi llega a los 20 millones… ¿Muestra más o menos suficiente?

Como que el humano inició su trayectoria desde la violencia y con el tiempo, en el
transcurso de su desarrollo, ha logrado formas de perfección… En armas. En estrategias.
En destrucción. La humanización, en cambio, viene atrasando su llegada. Un san Francisco
por aquí, una madre Teresa por allá son únicamente referentes… Eso de reconocer
en mi las faltas del otro, o aceptar de que soy yo y cobra sentido mi vida en tanto
la vivencia de los otros, aun no es recurrencia de la vida diaria…
Sí. Casi todas las
constituciones recuerdan en su articulado la necesidad de velar por los derechos humanos.
También por los derechos sociales. Pero, ni las religiones ni los valores laicos han servido
de mucho… La humanidad, en todos los modelos de las sociedades que existieron y
existen, siguen dando la razón a Hobbes: “El hombre es lobo para el hombre”. “¡Qué
difícil es avanzar a voluntad del ritmo interior—advierte Saint.Exupéry—, cuando hay
que luchar contra la inercia del mundo material!”. ¿Es que este ser llamado humano,
del cual incluso, y con mucho orgullo, nos sentimos parte subsiste aun en un proceso
transitorio, en que no alcanza a tomar conciencia de su humanización? ¿O esto de la
humanización no pasa de una trasnoche idealista o quizás un penitente romanticismo
surealista?

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¿Doble discurso?

Hay aparentemente un doble discurso del Gobierno en materia de Salud. Por un lado el compromiso con los más necesitados, atendidos diligentemente en su atención primaria en los centros de salud y los puestos de atención primaria, con derivación inmediata y gratuita a centros hospitalarios más complejos para asegurar la recuperación de la salud de todos los ecuatorianos, y los esfuerzos por asegurar una buena educación para la preparación adecuada de los futuros profesionales del país, hacen ver que este Gobierno busca un avance muy significativo en devolver la salud y el bienestar a su pueblo. Mis felicitaciones para el Gobierno por este importante avance y por su acertada designación de las autoridades de salud.

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