26 abril, 2024

Miseria Política y Miseria Social

Hay muchas maneras de observar, vivir o proyectar la miseria humana… Pero la miseria
social y la miseria política son, quizás, las que más han confrontado la paciencia,
promovido la impotencia, generado multiplicidad de aberraciones. Ambas tienen como
esencialidad una condición humana deteriorada y en un proceso de tugurización
espiritual interminable. Sin embargo poseen una identidad individual que las diferencia a
cada una. A ver si comprendemos bien este fenómeno de las relaciones socio culturales…

  • Que una sociedad esté integrada, mayoritariamente, por una población con ingresos
    inferiores al costo de la canasta familiar, y subsista buena parte de ella por debajo de
    la línea de la indigencia, es miseria social. Es miseria política, en cambio, cuando los que
    ambicionan el poder sufragan las candidaturas comprando esta miseria social con bonos
    sinónimos de mendicidad, para obtener los votos…
  • Es miseria social la existencia de incapacitados, pero usarlos para propaganda para
    trepar en posición so pretexto de cubrir algo de esa incapacidad, con el auxilio de algún
    aparato terapéutico, es miseria política, rayana en lo canallesco…
  • Las colas interminables de gente enferma a las puertas de los hospitales, en donde no
    hay ni gasas esterilizadas, ni hilo para suturar, ni los fármacos que los mismos tratantes
    recetan es miseria social. La miseria política está en hacer creer a la ciudadanía que
    esto ha concluido con el Centro de Llamadas (call center), que le da cita a un enfermo
    terminal para 2 o 3 meses después, y con suerte. Claro, las colas, ahora, son virtuales.
    Miles de enfermos en espera de ser atendidos a través de un calendario cuyos días no
    transcurren… Esta cola no se ve. El sistema encubre con la miseria política la miseria
    social…
  • Cuando los nativos subsisten, en sus territorios de origen, sin escuelas o con educación
    de mala calidad, con sus hijos con alto nivel de desnutrición, las madres sin atención
    durante y después del embarazo y toda la comunidad bebiendo y lavándose en aguas
    contaminadas por el petróleo, indudable que hay miseria social. Sin embargo, y a
    sabiendas del daño irreparable, cuando los gobiernos de turno siguen proponiendo,
    como gran fuente económica del Estado, seguir explotando el petróleo, no hay duda
    que semejante acción no es más que una miseria política fuertemente bribona y
    desvergonzada…
  • Por cierto que cientos de miles de familias poseen algún espacio físico para
    sobrellevar la vida, al ritmo que el poder encumbrado lo ordene, aunque integradas por
    5 o 6 personas en uso de un promedio de 40 metros cuadrados. ¿Es o no una miseria
    social semejante existencia en reciclaje de tugurización? Definir esta falacia en términos
    de “solución viviendística”, e insistir en su bondad porque se ha cambiado la caña por
    cemento, no es otra cosa que miseria política…, que no soluciona la miseria social…
  • La humanidad ha vivido permanentemente en el miedo. Antes de la sociedad y ahora
    en ella. El temor ante los eventos de la naturaleza y su confrontación es parte del subsistir
    como especie. Que grave, eso sí, y en gran contradicción, que la sociedad que concretó
    para socorrerse la amenace de muerte todos los días, por lucha inútil entre individuos,
    grupos, familias. Más que miseria social como resultado. La miseria política aparece al
    hacerse unos cuantos con el poder económico, aprovechando el conflicto de intereses,
    mediante la explotación inhumana por la fuerza, casi siempre en función de las armas… O
    de la amenaza y el chantaje!

Ambas miserias proyectan una condición humana deteriorada. Sólo reflejo de
irracionalidad. Casi un retorno al grito instintivo de la especie. Algo así como un
monólogo en el abismo del zoo que aun cada quien lleva por dentro!

Artículos relacionados

Sobre el tránsito del Guayas

Guayaquil: Tránsito

Me parece acertado que se haya conformado un consorcio entre 21 de los 25 cantones de la provincia del Guayas para administrar el tráfico en dicha provincia. Es una buena manera de hacer autonomías para unir al Ecuador que tan separado se encuentra. Y el gobierno nacional y los seccionales están de acuerdo de que esto es lo adecuado.

Pero no nos llenemos de más entes burocráticos que nos cuestan dinero a todos. Si ya tenemos la Comisión de Transito del Guayas desde el año 1948 fundada por la idea de Guillermo Arosemena Coronel en la presidencia de la república de don Carlos Julio Arosemena Tola que sea este el vehículo para manejar el tránsito por parte de este consorcio para que no tengan que formar otra institución y que la CTG se quede con el gobierno ahí parqueada estorbando el tránsito y generando costos inútiles.

El fraude electoral

No creo que haya habido fraude electoral en Estados Unidos. Eso es asquerosidad común nuestra, de los países subdesarrollados. Aquí los muertos votan, hasta cinco veces en una elección, se va el […]

No hay comentarios

  1. Excelente artículo Dr. Arteaga. La miseria social está minimizada por el populismo del siglo XXI y la miseria política está aplacada por el temor a la lucha y la protesta de un pueblo. Mientras la injusticia y la reprersión policial y militar perduren, habrá miseria social y política para rato.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×