28 abril, 2024

Lo que significa el BICENTENARIO para el presente y futuro de la educación ecuatoriana

Después de acceder a información específica y nueva, asociarla a lo ya aprendido en el largo recorrer de la vida y de relacionar todo con la idea de fortalecer el compromiso que como educador tengo para con mis estudiantes –independientemente que los eduque o no en un aula- tengo algunos argumentos claros que me permiten rescatar la importancia del hecho para el presente y futuro de las nuevas generaciones de ecuatorianos…

Partir del contexto histórico desde el cual se desarrollaron las primeras escaramuzas independentistas parece lo correcto.

  • Una España colapsada y en una crisis sin precedentes a propósito de una aparente disputa por el trono entre padre e hijo con la participación de quien dominaba el mundo… Napoleón Bonaparte, es un proceso digno de tomar en cuenta.
  • La generación de nobles y de criollos que buscaban cumplir con un atisbo de “conciencia socio-política” que rescate la dignidad de todos en el nuevo Mundo y no la de unos pocos, se regaba como “pólvora” y creo los impelía a “hacer algo”
  • El “germen” libertario no apareció en un sitio determinado. El pensamiento filosófico propio de la época en una Europa cuyos pensadores hablaban ya de libertad, de pensamiento y de razonamiento, llegó con ánimo a lo que hoy llamamos Sudamérica y “contaminó” a muchos que iniciaron lo que en la historia del mundo ha ocurrido siempre… “juntarse por una causa justa”, qué más que la libertad individual, la libertad social buscaba el derecho a lograr una identidad propia como pueblo. Un “destete” diríamos si lo analogamos con el proceso que sigue un individuo para convertirse en adulto en su relación con padres y madres..

¿Fue realmente el primer grito de la independencia en Quito?

Este es quizás el punto más neurálgico del debate, pues quienes lo manejan, toman en cuenta tan sólo la variable “ubicación en el tiempo del hecho con respecto a los otros ocurridos”. Fue el primero del que se conoció y por tanto el nombre…, sin embargo, hay muchas más consideraciones o aspectos a tomar en cuenta:

  1. Si tomo en cuenta el propósito, independientemente de que algunos de los complotados pudieron tener agendas ocultas y personales, lo cierto es que el propósito era desligarse del tutelaje y asumir que habíamos crecido lo suficiente como para manejarnos solos. Así el propósito noble no hace sino confirmar una tendencia autonómica casi natural que todo ser humano desarrolla y ha desarrollado a través de la historia. ¿Quién lo hizo primero?. Me parece irrelevante, pues esto tiene una multiplicidad de explicaciones e interpretaciones que nos desvían del tema central que es el mensaje libertario y lo que ello significa.
  2. El mensaje de unión, sacrificio por una causa, búsqueda de libertad, dignidad en la tarea, trabajo en equipo, solidaridad social, amor a la tierra que lo cobija, respeto por la vida, coherencia en el mensaje, defensa de lo que se considera correcto, audacia, arrojo y valentía, son valores constantes en esa “primera vez” ocurrida en Quito. No necesariamente se tiene que ser primeros en la llegada, pero indiscutiblemente se tiene que contar con un sustento argumentado y claro que solidifique el punto de vista libertario de la época, pues esto sincrónica y holísticamente parecía ocurrir en diversos confines de la América morena.

Las nuevas generaciones de ecuatorianos, testigos expectantes durante su vida, corta y larga, de los “mensajes” culturales que sus mayores les enviamos, deben recibir aquellos que robustezcan su patriotismo y no su patrioterismo. Ver la historia desde su contexto, encontrar los hechos desde la investigación científica y prolija, debatir con argumentos lógicos y coherentes, proponer puntos de vista que en definitiva van a recoger lo de fondo de la gesta histórica, no sólo la forma, quién lo hizo primero, eran o no fieles a Fernando, se llevaban bien o no, en definitiva el “condumio”, aquello que nos deje lecciones profundas y trascendentes acerca de lo que hombres y mujeres del pasado hicieron con propósitos claros, nobles y trascendentes.

¿Valores para la formación de nuestros chicos’

  1. Búsqueda incesante de la verdad
  2. Autonomía vital
  3. Trabajo en equipo
  4. Solidaridad
  5. Humildad
  6. Capacidad para tomar decisiones
  7. Productividad
  8. Aprendizaje permanente
  9. Perseverancia
  10. Esfuerzo
  11. Compromiso disciplinado con fines nobles
  12. Amor al prójimo

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Por muy importante que se crean las personas o muy malas que estas sean y peor aún por muy significativo el cargo que tuvieren, deben actuar con ciertos valores universales mas allá de cualquier circunstancia.

Uno de estos principios es la lealtad.

Esta virtud afectiva existencial, implica tener una actitud irrenunciable de gratitud hacia las personas que nos quieren o a cualquier circunstancia que contribuyere a formarnos en lo que somos.

No hay comentarios

  1. Querido amigo:

    En realidad, has puesto el dedo en la llaga, y eso me alegra. Yo, como profesor de Sociales en secundaria (además de Metodología para primeros niveles de universidad), trato de transmitir a mis alumnos más los valores que las fechas y las geografías; los resultados y las ganancias más que bizantinos debates… eso sí, no hay que olvidar los orígenes y los esfuerzos, pues son los antecedentes que debemos tomar en cuenta para nuestros futuros proyectos y consecuentes éxitos.

    Te cuento que estás en la misma línea del debate y la discusión que se dieron en los congresos de Historia mundiales (insisto: mundiales) que se llevaron a cabo en Quito en julio y agosto por el Bicentenario.

    En ellos, a pesar de tener como eje central el 10 de agosto de 1810, no se analizaron fechas ni geografías, sino más bien circunstancias desencadenantes y consecuencias. Investigadores de distintas ramas de las llamadas ciencias humanas (ciencias en cuanto a métodos de investigación, más que nada): economistas, antropólogos, sociólogos, historiadores, psicológos, politólogos… incluso arqueólogos y ecologistas, junto a médicos y otros tipos de profesionales, discurrieron en torno a los porqués y a los para qué de cada circunstancia.

    Por si acaso, el documento que TODOS conocían de antemano era el Acta de la Junta Soberana del 10 de Agosto, y TODOS estaban conscientes del argumento fidelista que ella consta: declarar fidelidad a Fernando VII y rechazar al invasor Bonaparte. Repito: TODOS lo sabían, pero NADIE lo cuestiono por cuanto se lo considera parte de la estrategia independentista.

    Igual argumento tiene el acta del Grito de Dolores, con la cual se desencadenó la indenpendencia de México… Eran OTRAS circunstancias, eran OTRAS épocas.

    Los especialistas (estudiosos) que participaron eran de los más distintos países: Sudáfrica, Alemania, México, España, Colombia, Italia, Perú, Francia, Congo, Japón, Argentina, China, Chile, Estados Unidos, Bolivia, Zimbabwe, etcétera… Todos tenían como antecendente lo que te cuento: el fidelismo como estrategia; tanto así que el tema ni se topó, mucho menos cuestionó.

    Unos ponentes nariñenses explicaron las razones por las que Pasto y Popayán, realistas por excelencia (y su élita social, hasta hoy), rechazaron el movimiento quiteño, y expusieron muy buenas razones por las que a ellos les beneficiaba seguir dependiendo de la Corona. Pero jamás negaron, ni siquiera propusieron, que el del 10 de Agosto sea considerado Primer Grito.

    Los bolivianos explicaron los movimientos de La Paz y Chuquisaca, pero resaltaron que estos no tuvieron la resonancia del de Quito. OJO: los mismísimos bolivianos. Ellos saben que su independencia comenzó días antes que el 10 de agosto de 1810, pero también saben que aquella se consolidó gracias a la «luz» de este.

    Ah, varios de los participantes (españoles, colombianos y centroamericanos) se referían a Quito no como la ciudad, sino como la circunscripción que incluía Cuenca, Guayaquil, Loja y las demás ciudades de la Presidencia de Quito.

    Yo soy ambateño, y los historiadores ambateños reconocemos que nuestra independencia local comenzó a finales de agosto de 1809, gracias al grito de Quito.

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