Política

Guayaquil, Mayo 7 del 2010 JC-P- 164-2010 Señor Economista Rafael Correa Delgado Presidente de la República Quito. Le he solicitado por cuatro ocasiones que me reciba en su oficina. La primera 30/3, […]

La Nueva Junta Cívica de Guayaquil, ha venido observando con mucha preocupación la manera tan sospechosa como se ha venido construyendo la “Ley de Recursos Hídricos” por parte de la Asamblea Nacional. […]

En la Asamblea existen varios proyectos de leyes enviados por el Ejecutivo que están causando polémica y rechazo de los sectores productivos, indígenas, estudiantiles y en general por la ciudadanía. Es el caso de la Ley Mordaza que tienden a controlar la Libertad de Expresión; la Ley de Aguas que busca ejercer control sobre este recurso; la Ley de Servicio Público cuyo impacto afectará a los Gobiernos seccionales en la homologación de los salarios, etc.

La presión que se ejerce desde Carondelet ha llevado como consecuencia que la Asamblea HAGA AGUA, es decir que se presenten momentos de zozobra, no solo como indiqué en la parte de los proyectos de Leyes, sino como los que se dieron en el Juicio Político al Fiscal Pesantez en donde se observo una marcada división entre los Asambleístas de Gobierno que desemboco en la renuncia de quien presidía la Comisión de Fiscalización, Betty Amores y el distanciamiento de otros.

Casi sé de memoria de tanto, leer y releer, rayar y subrayar, etc., el discurso del Señor Presidente Correa al recibir el Premio de la Universidad Urbana Champaign, Illinois de E.E. U.U- publicado en el diario El Universo en abril 16 del presente, pág. 7.

Primero sentí vergüenza de que lo haya aceptado de una Institución del País al que él insulta con el más ofensivo vocabulario sectario.

Y es que no podía creer, hasta cuánto se puede inclinar la cerviz por un premio.

“Lo que admiro mucho del mundo anglosajón es su pragmatismo y sentido de responsabilidad. Si aquí se comete un error se realiza el análisis correspondiente, se aplican las sanciones del caso y, sobre todo, se toman correctivos para que no vuelva a ocurrir el evento…”

Es normal y comprensible que todos quienes vemos en este régimen de Rafael Correa y en su personalísima revolución ciudadana, bolivariana y todo lo que se le viene en gana, que nos solidaricemos con Emilio Palacios en este sonado caso del juicio por injurias calumniosas que Camilo Samán está llevando en contra del columnista del influyente diario El Universo. La sentencia está asfixiada dentro de un contexto político y esto nos aleja del correcto análisis que el caso amerita de acuerdo a las normas jurídicas vigentes en cualquier país del primer mundo, e incluso en nuestra legislación tradicional ecuatoriana.

Lastimosamente nos hemos tenido que encasillar por simpatías políticas. No se ha hecho una lectura correcta sobre lo medular: ¿hay o no ofensas graves que justifiquen la sentencia en contra del periodista? Y si las hay. No por el significado de la palabra “matón”, sino que con ese pegajoso titular, se adentra en un contexto que se desvela con claridad en los párrafos finales, cuando se afirma “si hipócritamente adoptamos una postura neutral, las mafias van a seguir de largo, y entonces Camilo el matón y la familia Correa tendrán camino libre para seguir disponiendo de los millones de la CFN. Vas por una calle y te insultan. Luego te escupen. Y por último te patean y amenazan a tu familia. Puedes estar seguro de que el siguiente paso será darte un tiro. Dentro de este concepto directamente expresado la palabra matón tiene un sentido distinto: asociación ilícita, mafias, ladrones y potenciales asesinos.

Cada día se desnaturalizan más los elementos y los auténticos males se logran encapuchar. La escabrosidad que estamos viviendo nos lleva a una angustia paralizante. Hay cosas concretas: El Índice de percepción de nuestra corrupción, ante el mundo se acentúa. La corrupción política es el mal uso del poder gubernamental para conseguir una ventaja ilegítima.

“The Heritage Foundation”, Memo de Web, Publicado el 26 de abril 2005 por Stephen Johnson, indica que “el problema Nº 1 de Ecuador durante la última década, se ha basado en que los políticos ecuatorianos se han destacado por no respetar los preceptos fundamentales”.

Durante sus campañas, demagógicas, se muestran buenos y reformistas… hasta cuando son elegidos. Pero de pronto, se convierten en criaturas símbolo de una clase política cada vez más corrupta. Su conducta se vuelve personalista, se endiosan, y a las reformas que todos desean, y por las que votaron, se les agregan ingredientes que las vuelven letales en lugar de curativas: Concentración de poder; centralización; adoctrinamiento de ilusiones nefastas y agregan cosas inmorales – peculado, injusticia, violación de la palabra o contratos- que las catalogamos: ¡Corrupción!

Haber enjuiciado a Emilio Palacio por haber dicho un par de verdades que ocurren actualmente en el país me parece un poco ilógico, por el hecho de ser un civil no con tanto poder como el presidente Rafael Correa, condenar a un periodista a la pena máxima al usar unas palabras con doble sentido para que la sociedad ecuatoriana “pilas” razone un poco de las realidades del país por medio de una lectura entre líneas y de una redacción un poco “sutil” de Palacio.

Seguramente desde que Camilo Samán formó parte de la “Revolución Ciudadana”, sus niveles de poder aumentaron al tener apoyo del hombro de Rafael Correa.

Guayaquil, abril 16 del 2010 JC-P- 154-2010 Señor Economista Rafael Correa Delgado Presidente de la República Quito. Le he solicitado con todo el respeto que su cargo se merece; me reciba en […]