26 abril, 2024

Opinión

Silbatina en "Mi bemol mayor"

Mientras se realizan los “sui generis” conteos para conocer los resultados de las elecciones del domingo próximo pasado, haremos un paréntesis en el sainete de democracia en que vivimos para comentar sucintamente acerca del memorable abucheo que produjeron las insensatas palabras del novel gobernador de nuestra vilmente fragmentada provincia en la noche de la reinauguración del teatro del Centro Cívico.

Es de dominio público que a la revolución ciudadana la tenemos metida hasta en nuestras más horribles pesadillas, por lo que no resultó nada extraño que al ingresar a la sala de conciertos nos encontráramos con 2 inapropiadas “gigantografías” que mencionaban, al estilo nazi, logros del gobierno – Heil Hitler – y que hacían presentir lo que vendría más adelante.

¡Por fin: se acabaron las elecciones!

Sin retractarme de que todo el proceso llevado a cabo por el des gobierno ha sido írrito y que las autoridades competentes han sido escogidas entre agnados y cognados del régimen, muy bien pagados, y si alguno quedó por ahí… lo asustaron tanto que no puede ir al baño sólo por la noche.

Ídem, con los medios de comunicación y los informadores; los “requisaron” o les aplicaron la Ley del “primero que pestañea marcha”, mientras los encandilaban con la fuerte luz que provenía de la cortes sugerencia de dejarlos sin negocio.

La victoria de Correa

No soy persona que llora sobre lo acontecido.

Correa ganó.

Analicemos cómo llegó a este triunfo.

Antes que nada; no me explico hasta ahora como para descalificar mi candidatura a la Vicepresidencia de la República, el Consejo electoral revisó y descartó ciento ochenta mil firmas en treinta y cinco minutos y hoy, cuatro días después de las elecciones solo han podido escrutar el cinco por ciento de las actas.

Correa triunfó por varios factores…

La aventura que nos espera

Formidable aventura la que nos tocará vivir. El sufragio terminó y la libertad y la democracia se debilitarán hasta el extremo de que hay quienes prevén su desaparición del escenario político. Es sintomático: mientras más hable el Gobierno de las libertades individuales y colectivas, más peligra la democracia .

Porque los autócratas nunca dejarán de hablar de una democracia que les es propia, personal, ortopédica, gracias al servicio doméstico de políticos a quienes les queda grande ese apelativo . Y no aludo tan sólo a alzamanos en asambleas y congresillos. Hablo también de quienes , obcecados por su ambición , decidieron aspirar a una primera magistratura que siempre se supo les era esquiva. No habría sido ético afirmar esto luego de conocerse el resultado electoral, pero lo he expresado antes, reiteradamente, mientras era oportuno hacerlo y había la esperanza de una rectificación que diera paso a un milagro democrático .

La prensa en el camino

Muchos periodistas le hicieron al autócrata el canto de las sirenas, seduciendo al electorado a su autodestrucción. Muchos han recapacitado y tratan desesperadamente de rectificar su craso error, sin admitir que lo cometieron y el daño que le hicieron al país. Para algunos ya es muy tarde, para otros aún hay tiempo de rectificar.

Como el camino que seguimos es el de Cuba, tomemos a esa nación como ejemplo paralelo al nuestro.

Ahora usted puede oír la misma Misa que celebró el Padre Pío

1.     
El Papa Benedicto XVI  pidió en el motu proprio  Summorum
Pontificum,
07.07.07,[1]  a toda la Jerarquía, por ende, también a
nosotros, los párrocos, que diéramos a nuestros feligreses la posibilidad de oír
la Misa Tridentina (MT), o, como la gente dice, la Misa en latín[2].
Siguiendo el llamado papal, accediendo la solicitud de muchos fieles y
secundando el buen ejemplo que nos han dado otros párrocos de distintos lugares
del mundo, por ejemplo, de Santa Teresita del Niño Jesús, de Entre Ríos, la
celebraremos por primera vez en nuestro templo de Urdesa, el domingo, 19 de
abril, a las 8 de la mañana. La MT fue codificada en 1570 por San Pío V poco
después del Concilio de Trento
(1545-1563). San Pío V no creó una nueva Misa, sino que
unificó toda la liturgia existente: de tal forma que la liturgia permaneciera
sin mutación por los siglos.

La vocación y los votos sacerdotales

La palabra vocación se deriva del latín “vocare”, que quiere decir “llamar”, o sea que la vocación es un llamado interno que eventualmente motiva al hombre a dedicar su vida a tal o cual actividad.

Todos tenemos una vocación que nos atrae hacia determinado campo de la actividad humana en la que queremos desenvolvernos ya sea como, médicos, ingenieros, abogados, agricultores, carpinteros, sacerdotes, etc.

“Competencias” en educación

De un tiempo a esta parte la ciudad se ha vuelto un terreno propicio para el desarrollo de cursos y seminarios acerca del tema “competencias en educación”.

Muchos de esos eventos nos dejan a los asistentes con amargas experiencias pues vamos alentados por aprender algo más y nos encontramos con teóricos que no dejan de repetir aquello que los textos señalan acerca del tema y que ya lo conocemos. La propia palabra “competencia” tiene múltiples acepciones, por supuesto, aunque en educación la utilizamos como…

Carlos Vera

Sin duda el nivel de periodismo que ejerce Carlos Vera no es fácil igualarlo. Hiperactivo, informado, con una velocidad mental inverosímil, capta la atención de admiradores y adversarios por encima de lo que cualquier otro periodista lo hace usando ese medio poderoso cual es el la televisión. Trabajó los últimos años en un canal muy organizado, así como lo ha hecho antes en otros medios ya intervenidos por el Estado. Su trayectoria y grado de reconocimiento es incuestionable.

¿Por qué ganó Correa?

1. Porque controla para sí y su proyecto político todo el aparataje estatal. Como es obvio, controla el Poder Ejecutivo, dominando también el Legislativo y apretando a los órganos legales de Justicia, sea la ordinaria, la electoral o la constitucional. Responden a él dada la ubicación de amigos bien acomodados en las sillas donde se toman las decisiones de esos organismos. Fernando Cordero, Patricio Pazmiño, Omar Simón, José Vicente Troya… La lista es larga y sus miembros son eficaces. Le han allanado el camino.

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