26 abril, 2024

La reconstrucción de nuestra identidad

Dentro de los parámetros de la permanente reconstrucción identitaria que cada uno de los habitantes de esta “aldea global” llevamos a cabo a lo largo de cada una de nuestras vidas, se teje la historia de los pueblos y del mundo. Por ello es importante un análisis profundo y un conocimiento de nuestras raíces, así en plural, porque si hay algo probado a lo largo de historias de pequeños grupos humanos o de pueblos-naciones, es la gran movilidad y mezcla de individuos de distintas extracciones sociales, costumbres, idiomas e ideologías.

El Siglo XXI nos llegó con la caducidad de modelos sociales anteriores, por lo que nos urge ser creativos y re-pensar la proyección de un nuevo orden social que, queramos o no, debe comenzar por el profundo conocimiento de nuestras tradiciones, disciplinas y teorías que permitan una reestructuración sin una ruptura que no se nos corresponde, sino desde un cambio dado a partir de nuestra cultura, es decir, desde nuestra propia idiosincrasia y/o valores, desde nuestras costumbres y modos de vida, individuales y sociales, que incluya a cada ser humano dentro de su propia comunidad, siendo conscientes de la pluralidad de pensamiento, costumbres y tradiciones que enriquecen la oferta país de nuestra patria ecuatoriana.

La literatura nos salva

En los tiempos que corren hay una suerte de brisa fresca en talentos jóvenes que con verdadera madurez abordan los insondables misterios del ser humano y enriquecen el panorama de la literatura ecuatoriana. Es el caso de Mariasol Pons, novel escritora que en el 2013 nos presentara su primera novela: “LA CHICA”, la que me gustaría compartirla con ustedes.

Mariasol demuestra una amplia investigación sobre el tema del narcotráfico, del que nos ofrece amplias miradas dentro de su denuncia. Un tema real dentro del mundo contemporáneo que cada vez toma más cuerpo dentro de nuestra propia sociedad: el consumo de estupefacientes aunado al narcotráfico, al narcolavado y a la narcoguerrilla. Nos describe la mirada del consumidor, del productor/narcotraficante, enfoques ideológicos dentro de una sociedad de consumo, a la que critica, pero también al propio narcotráfico que no se puede justificar bajo ningún aspecto, por ideológico que sea. Es la veta moralista de la novela narrada con pasión, aceleradamente como el mundo que hoy vivimos. Por ello podemos afirmar sin temor a equivocarnos que Mariasol se constituye, a partir de hoy, en una testigo de su tiempo.

“Barajando los años bajo la frescura del verde limón”

El advenimiento de cada nuevo año nos da la oportunidad de reflexionar
y plantearnos caminos a seguir, con ilusión y nuevos bríos. Observar
nuestra realidad circundante para reubicarnos y tomar posiciones dentro
de ésta.

Este 2013 se me ocurre un año venturoso, donde no podemos evitar
seguir construyendo nuestra historia, no cualquiera sino ‘la nuestra’,
donde las instituciones juegan un papel muy delicado por su importancia
y responsabilidad social, y donde también la ciudadanía participa
activamente en este proceso, cada vez más.

Para la consolidación de una conciencia histórica es importante tener en
cuenta que “las recetas de la cultura no son coyunturales ni sirven sólo a
una raza o un pueblo; la herencia cultural arma a los hombres frente a las
condiciones de su existencia, vengan ellos de donde vengan1.

“Jugando a la pájara pinta, sentadita en un verde limón”

Los tiempos de crisis son momentos bienaventurados en el devenir de
nuestras pequeñas historias particulares que se enmarcan en la Historia
social de los pueblos. Nos ponen a pensar creativamente para solucionar
problemas inmediatos, a reflexionar sobre lo aprendido y lo aprehendido,
sobre la realidad concreta de lo vivido y planificar lo por vivir; es en estos
tiempos cuando evaluamos sistemas de vida para permitirnos insertarnos
dentro de ellos o hacerlos a un lado porque perdieron su razón de ser, su
utilidad.

Por eso, desde nuestra trinchera tenemos la oportunidad de hacer
planteamientos que pueden aportar a nuestra comunidad para alcanzar
el buen vivir al que los ciudadan@s aspiramos, porque cada vida es el
componente básico del ejercicio social, como parte de un mancomunado
de seres humanos que buscan su sentido dentro del fluir de su Historia
social.

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