28 abril, 2024

Supersticiones

En alguna medida todos somos más o menos supersticiosos, la palabra surge para definir aquello que supervive después de haber perdido su vigencia, pero que arrastramos culturalmente.

Una superstición es una creencia irracional que atribuye una explicación mágica a ciertos  hechos sin ninguna prueba o evidencia científica, especialmente si se relacionan con la mala o buena suerte.

Por conveniencia cultural, el término superstición  nunca se relaciona con las creencias, ritos y dogmas en la fe religiosa que uno profesa, pero si a los  cultos del prójimo, cuyas prácticas y rituales contrarios a nuestras  convicciones las consideramos aberrantes.

Existe una relación directa entre superstición e ignorancia, se dice que las personas fanáticas son más propensas a ser supersticiosas que los escépticos. 

La superstición tiene vigencia colectiva social, ilusiona o ensombrece el futuro, atisba la muerte, más nos perturba y no nos da paz, en imágenes adoptan por lo general dos formas, las de amuletos, que son aquellos artilugios que sirven para protegernos frente a un problema, o la de talismanes a los que atribuimos alguna virtud sobrenatural, ambos sirven para atraer la buena suerte o para asegurar la protección de su dueño. La reliquia, que es presencia materializada de algo sagrado, no es ni amuleto ni talismán.

Como zurdo que soy, me molesta que el lado izquierdo siempre haya estado relacionado con las malas predicciones. Ya en la antigua Roma cuando se observaba el vuelo de las aves como vaticinio de cosas buenas o malas, cuando estas llegaban por la izquierda siempre simbolizaba un mal augurio. 

Si derrama sal tiene que echar un poco de sal por el lado izquierdo encima del hombre  porque de ese lado está el diablo, tampoco debe levantarse con el pie izquierdo. 

Aquí una lista proporcionada por amigos supersticiosos; cruzar los dedos; tocar madera; pasar debajo de una escalera; abrir un paraguas en un sitio cerrado; el novio no puede ver a la novia antes de la boda; dejar la cartera en el suelo;no pisar las rayas de las baldosas; las doce uvas en año nuevo; romper un espejo; la herradura de la buena suerte; un gato negro; el mal de ojo; el billete de dos dólares. La mala noticia es que desde que vivimos en casas de cemento, nadie habla de los espíritus, pues solo la madera los delataba.

Casi todos los deportistas son supersticiosos, Serena William tenía que botear la bola de tenis cinco veces el primer saque y tres el segundo; el color amarillo está prohibido en el teatro se relaciona con la mala suerte porque se cree falsamente que Moliere murió en un escenario vestido de amarillo interpretando su famosa obra “El enfermo imaginario”

Un estudio publicado por el sociólogo Neneto Avenzar, señala que la comunidad científica a la que lamentablemente él pertenece, considera como flagelos supersticiosos: la adivinación; astrología; cartomancía; curanderismo; Feng Shui; magia; precognición; tarot; reiki y hasta el quince de octubre, creer en las bondades de la yerba Luisa.

 ¡Yo no soy supersticioso, porque me trae mala suerte!

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2 comentarios

  1. Muy buen articulo!!! en realidad yo tampoco soy supersticioso….. me encanta pasar por debajo de las escaleras, los gatos negros son simplemente eso negros… jaja

    bendiciones a todos creo es los mas tangible que hay……

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