Derecho penal del enemigo (I) - Desde mi Trinchera
Opinión Sociedad

Derecho penal del enemigo (I)

Derecho Penal del Enemigo, aquella línea del Derecho Penal cuyo desarrollo doctrinario mas completo y actual se lo debemos al jurista alemán Gunther Jakobs y que en resumidas palabras plantea un Estado de Excepción por sobre el concepto tradicional y rígido del Estado de Derecho y una clara distinción entre los ciudadanos de bien y aquellos que por sus intenciones contrarias a la ley y bienestar de los demás miembros de la sociedad. Para nosotros los abogados menores de 40 años, este sistema que se basa en hacer prevalecer la ley por sobre las meras formalidades y subjetividades para las que se ha prestado el sistema garantista, nos fue presentado en las aulas de clase como un tema tabú y “ malo “ ya que en Latinoamérica mas que en otras partes del mundo, tenemos sobredosis de una malinterpretación casi generalizada de lo que realmente son los Derechos Humanos.

 Los Derechos Humanos que hoy en día vemos y vivimos en nuestro sistema legislativo Constitucional tuvieron su origen artificial en la era post Segunda Guerra Mundial ( Diciembre 1948) y su principal fin era proteger a los ciudadanos del abuso de poder por parte del Estado ( precisamente el Estado que inspiró esta iniciativa fue la Alemania Nazi), plagada de aberraciones y abusos.

El Derecho Penal del Enemigo no desconoce estos Derechos Humanos, pero si concede menos privilegios a los criminales y cree que la ley solo sirve cuando se la aplica con todo rigor; naturalmente la severidad de las penas aumenta y las prisiones dejan de ser centros de “ rehabilitación” para cumplir el rol de centro de castigo y penitencia, algo que nos viene bastante bien en el Ecuador de hoy, ya que los centros penitenciarios son todo menos prisiones, son otro tipo de libertad y en el caso de la Penitenciaria del litoral, una fortaleza criminal impenetrable para la fuerza publica y el imperio de la ley.

El Ecuador vive la mayor crisis delincuencial de su historia y el modelo Garantista (Luigi Ferrajoli) que se encuentra estructurado en nuestra Constitución no parece responder a la amenaza criminal que cada día pierde mas límites y estribos. Está comprobado que el garantismo ha sido malinterpretado y abusado por abogados, jueces y demás operarios inescrupulosos de la justicia que dejan los derechos de la ciudadanía en segundo plano. 

Los abogados debemos despojarnos de la injustificable arrogancia intelectual de querer imponerle a la sociedad civil solo aquel modelo y estructura de pensamiento en la que creemos pero que en la practica no le sirve, debemos servir a la justicia y la sociedad siendo operadores y promotores de aquello que si sirva a la sociedad. La soberbia intelectual de muchos abogados activistas se ha convertido en un obstáculo para la sociedad en esta lucha contra la delincuencia en la cual estamos aun en desventaja, ya que los criminales no tienen los limites que como sociedad nos hemos impuesto y que son los mismos que nos impiden anticiparnos a ellos y enfrentarlos con igual contundencia. 

Esta  primera columna tiene como fin presentarles este tema tabú en el mundo jurídico, pero que considero puede ser el giro que necesitemos como país para responder a la altura de la amenaza criminal que nos tiene sitiados como sociedad. En mi próxima columna de opinión extenderé mi propuesta para ustedes en este espacio digital que me ha acogido con la misión de aportar al debate público y plantear soluciones prácticas en beneficio de nuestro amado Ecuador.

Acerca de

Abogado especialista en Derecho Civil y Constitucional Graduado en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, Master en Derecho Internacional y Diplomacia ( Universidad de Guayaquil ), Master en Ciencias Jurídicas ( Universitat Pompeu Fabra, Barcelona), Socio Fundador del Estudio Jurídico SEJURIS Docente Universtario de Derecho en la Universidad Tecnológica Ecotec

2 Comentarios

  1. MAXIMILIANO NARANJO

    Muy interesante!!

  2. Vicente López Bredy

    Excelente artículo y muy actual para los tiempos en que vivimos.

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