29 abril, 2024

Gradualismo apocalíptico

Los últimos 40 años se han desenvuelto dentro de grandes crisis políticas y económicas, pero ninguna como la que hoy maneja un descarrilado contingente económico bajo la sombra de un intelectualmente limitado mandatario, de escasa preparación y no apto para el trabajo. El país se encuentra quebrado y a la merced de imposiciones foráneas.

Sin crecimiento económico, el gasto corriente sigue en aumento mientras el Ejecutivo se debate entre la imperante necesidad de reducir impuestos para generar empleos y la ilusa política de aumentarlos en pos de mayores ingresos fiscales. El inexistente ahorro nacional contrasta con la nula recuperación de los valores saqueados en el sector público. La falta de seguridad jurídica redunda en que los criminales de cuello blanco sigan a sus anchas. El auge delincuencial está ligado a la falta de empleo, al vertiginoso crecimiento del narcotráfico y al creciente consumo de drogas que desbordan las capacidades de un Estado con recursos comprometidos. La Seguridad Social, atracada por dentro y por fuera, carece de medicinas y compite con un sistema de salud estatal que no abastece a una población que pasa hambre. La educación superior produce desempleados.

El Legislativo es el festín diezmador de una clase política desprestigiada. Las desguazadas Fuerzas Armadas se posicionan entre el cumplimiento del deber institucional y su limitadísima capacidad militar. Finalmente, no hay garantías de que el fraude electoral sea algo del pasado. Esta es la realidad en el prisma de las evidencias.

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Triunfó el 'No'

Contra todo pronóstico, en una consulta preñada de todo tipo de marrullerías, que a pesar de todas las maniobras para favorecer el triunfo del “Sí”, de las reglas acomodadas por el CNE, de la publicidad oficial, de las cadenas sabatinas y recorridos presidenciables, de las cadenas diarias obligadas, de los múltiples desplazamientos de ministros y funcionarios a lo largo del país, de la manipulación de los padrones, de los muertos resucitados, a pesar de todo, del amañado exit poll, el “No” triunfó en todo el país.

El rechazo fue general y mayoritario en todas las provincias, dado que los votos blancos y nulos deben sumarse al “No”. Un voto en blanco significa falta de entendimiento, desacuerdo, indiferencia, rechazo, abstención, el elector no se pronuncia, no se adhiere, con una intención de rechazo o falta de convicción a lo que se está consultando o pretendiéndole volver cómplice. Con mayor razón, si expresamente anula o se tacha el voto; en ese caso, el rechazo es mucho mayor, con más fuerza que votar que No. Por tanto si sumamos los votos No a los votos nulos y blancos, el “No” obtuvo 54% y el “Sí” apenas el 46%.

2 comentarios

  1. Y no se avizora un interés de la clase política de cambios constitucionales que permitan castigar a los que saquearon al país.

  2. Que lastima que tu escueta radiografia del Ecuador sea cierta
    Lo peor de tu analisis es que no vemos, a corto plazo, visos de solucion , menos aun cuando el panorama electoral es ,y no deberia ser, un refugio de buenas opciones.
    Solo queda decir !!!! Pobre pais !!!

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