27 abril, 2024

La dignidad del trabajo

Hace unos días recibí, por Whats App, una invitación para dar una conferencia en la central de un movimiento político, en la ciudad de Guayaquil.  Lo peculiar de la invitación es que estaba acompañada por la fotografía de un recorte; el recorte de un periódico local que contenía un artículo llamado “Mujeres” y que lo escribí en el año 2012.

Realmente me emocioné hasta las lágrimas, leyendo lo que fui capaz de escribir entonces, y recordé que yo al igual que tanta gente, puedo ser capaz de hacer cosas bien hechas, y que eso me hace sentir bien y me hace ser feliz, estos dos sentimientos que son dos pilares del trabajo que dignifica.

En medio de la emotividad y del recuerdo, surgió el tema de la aparente conferencia, que yo la propuse más como una tertulia: La dignidad del trabajo.

En ese artículo del año 2012, inicié todo el periplo de palabras mencionando un “chiste”, ese que dice que la mujer tiene cuatro neuronas, que sirven para activar las cuatro hornillas de la cocina o para ponerla a funcionar en las cuatro actividades para las que fue hecha: cocinar, lavar, planchar y limpiar. Imagino que, cansada de escuchar tanta estupidez machista, escribí ese artículo; pero lo que más me llamó la atención fue que en lugar de enfrascarme en una pelea absurda contra los machos del chiste, llevé mis palabras por el lado amable, recalcando el valor del trabajo de la mujer, más aún, el mayor valor de la mujer que hace los trabajos básicos del hogar. De paso sea dicho, yo también los hago.

Creo absolutamente que tanto la mujer como el hombre, o actualizándome un poco, el género humano que sea, tendríamos que ser personas autosuficientes y dejar de ser los inútiles a quienes alguien tiene que lavarles la ropa o hacerles la comida. Obviamente, depende de las circunstancias de cada uno, los horarios, las responsabilidades, el tipo de actividad, etc.

Hablo en serio, una de las mejores cosas que mi mamá me enseñó en la vida, después de decir siempre la verdad, fue a lavar mis calzones, cosa que hago hasta ahora, lo que no me hace ni mas ni menos que nadie, pero si me da una cuota de practicidad para el momento en que vivimos. 

Recuerdo una vez en una convivencia en el colegio, me tocó barrer el comedor; yo nunca había usado una escoba, no me habían enseñado a barrer en la casa;  mi compañera, a la que le tocó la actividad conmigo, me vio como cogía la escoba y me “ponía a barrer”; se puso muy enojada, vino hacia mi, me arrancho la escoba de las manos y me dijo: presta acá, dame la escoba, yo barro, eres una inútil. Eso me marcó. Llegué a la casa y de le dije a mi mamá que yo tenía que aprender a barrer.

Con esto, no quiero ponerme de ejemplo para nadie, pero soy una convencida, de que uno debe hablar desde su experiencia, ya que yo no puedo inventarme cosas que no he vivido. Solo así tus palabras tienen credibilidad. 

Por eso comparto estas anécdotas para sacar el mejor provecho de ellas, tanto ustedes, como yo.

Pienso que el trabajo dignifica al ser humano, tenga la edad que tenga, claro que para cada etapa hay actividades diferentes.

La dignidad es la cualidad del que se hace valer como persona, se comporta con responsabilidad y seriedad, con respeto hacia sí mismo y hacia los demás y no deja que lo humillen ni degraden. Por lo tanto no se puede concebir como trabajo, una actividad mediante la cual degradas a otros, a ti mismo o a la naturaleza.

Todo trabajo dignifica, no es lo mismo hacer una actividad cualquiera y no beneficiosa para la sociedad, con tal de “ganarse la vida”, que trabajar honradamente. Hace unos años una banda de ladrones me atracaron a mi, a mi esposo y a unos amigos; mientras robaban, como mi amigo les hablaba sobre algo del chip de su celular, ellos le decían que se calle y que los deje hacer su trabajo, que ellos estaban ganándose la vida. Obviamente, como en todo, hay que saber diferenciar que está bien y que no lo está.

El Trabajo es todo tipo de acción realizada por el hombre independientemente de sus características o circunstancias; es  toda la actividad humana que el hombre es capaz de hacer, que se puede o se debe reconocer como trabajo, en virtud de su propia predisposición y naturaleza.

Al inicio del mundo, cuando el hombre tuvo que luchar para sobrevivir,  en aquel mundo hostil, este hombre  debió utilizar todas sus potencialidades para proveerse de alimentos, elaborar su ropa y vivienda, fabricar sus utensilios, herramientas y armas, para proteger a los suyos.

Pero distinto a lo que cree habitualmente, por mas esfuerzo que exija, el trabajo no debe ser sinónimo de sacrificio y desgaste, todo trabajo debe ser hecho con alegría y pasión, o al menos con una gota de gusto y desinterés por los resultados. Hay que dar una cuota de confianza en aquello en que depositamos nuestro  conocimiento, voluntad y energía.

El trabajo es todo lo que el hombre hace para su satisfacción, alegría y bienestar; toda la gama de actividades que satisfacen sus necesidades primarias, así como alcanzar la riqueza material y espiritual para el mismo, los suyos y su país. NO importa si es o no remunerado, el trabajo bien hecho y en el cual ponemos todas nuestras ganas y nuestras mejores vibras, nos dará tarde o temprano la mejor recompensa, y ese trabajo precisamente, debe iniciarse en el hogar, formando a los hijos con el ejemplo, enseñándoles desde pequeños, a  tender su cama antes de ir a la escuela, recoger la basura y lavar su vaso después de tomar agua. Creo que son pequeños tips que nos llevaran a formar grandes seres humanos, simples acciones que tendrán repercusiones positivas  en la sociedad.

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¿Y el Ferrocarril?

Yo recuerdo que la promesa de campaña más importante del ahora Prefecto del Guayas era darle a la provincia un tren. Esto no ha sucedido. No he visto ni un metro de riel, ni un durmiente. Nada.

Por otro lado el Gobierno se jacta de ser partidario del ex presidente Eloy Alfaro, tanto que la Asamblea Constituyente se la hizo en Montecristi, ciudad natal de este. Eloy Alfaro nos dejó un ferrocarril funcionando, construido y luego concesionada su administración a la empresa privada. Haga lo mismo, señor Presidente, el mismo Alfaro va a estar orgulloso de usted.

Otros países siguen haciendo kilómetros de kilómetros de recorrido para sus trenes. Y no es raro. El ferrocarril sigue siendo el medio más económico para mover carga y pasajeros. Nos ayudaría como país a ser más competitivos y unidos. Aquí que los productos del campo necesitan llegar a la ciudad rápido por ser perecibles, que deben llegar sin agregarles más gastos de transportación, etc.; para que no suba el costo para los productores y su precio para los consumidores, se necesitan varios kilómetros para resucitar y desarrollar muchas zonas muertas y prácticamente aisladas del país; por eso decía “unidos”. Zonas marginadas pueden ser agregadas al mercado del país.

3 comentarios

  1. Es verdad una como Madre debe darle a los hijos las herramientas para ser autosuficientes en mi caso tengo tres hijos varones siempre les he recalcado que deben hacer todo ellos los Padres no son eternos ni las tareas domesticas solo deben ser hechos por mujeres todos somos iguales.

  2. Un articulo muy propositivo para la sociedad machista y para que los vagos de la Comision de la Seguridad y de los trabajadores de la Asamblea depongan sus intereses personales y corporativos y por lo menos se pongan de acuerdo en estructurar esa Comision y seguir con el estudio y aprobacion del Codigo Laboral

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