¿Y el Ferrocarril?

Yo recuerdo que la promesa de campaña más importante del ahora Prefecto del Guayas era darle a la provincia un tren. Esto no ha sucedido. No he visto ni un metro de riel, ni un durmiente. Nada.

Por otro lado el Gobierno se jacta de ser partidario del ex presidente Eloy Alfaro, tanto que la Asamblea Constituyente se la hizo en Montecristi, ciudad natal de este. Eloy Alfaro nos dejó un ferrocarril funcionando, construido y luego concesionada su administración a la empresa privada. Haga lo mismo, señor Presidente, el mismo Alfaro va a estar orgulloso de usted.

Otros países siguen haciendo kilómetros de kilómetros de recorrido para sus trenes. Y no es raro. El ferrocarril sigue siendo el medio más económico para mover carga y pasajeros. Nos ayudaría como país a ser más competitivos y unidos. Aquí que los productos del campo necesitan llegar a la ciudad rápido por ser perecibles, que deben llegar sin agregarles más gastos de transportación, etc.; para que no suba el costo para los productores y su precio para los consumidores, se necesitan varios kilómetros para resucitar y desarrollar muchas zonas muertas y prácticamente aisladas del país; por eso decía “unidos”. Zonas marginadas pueden ser agregadas al mercado del país.

Ahora hay bastantes trenes de segunda mano en el mercado que podríamos utilizar como lo tenía pensado el prefecto Jairala. Si queremos unir al país hay que conectarlo por medio de una red de transportación económica, para agrandar los mercados y hacer que el productor gane más y no sea explotado por el hombre del medio (intermediarios, tramitadores, comerciantes mal intencionados, etc.).

Es cuestión de generar la intención de que la empresa privada concesione la construcción y administración del ferrocarril y veremos a muchos posibles inversionistas y a mucha gente poniendo sus granitos de arena para hacer el proyecto una realidad, pero hay que hacerlo bien y honesta y transparentemente porque se necesitan inversiones fuertes.

El Estado podría ayudar en la inversión o en el colateral para el financiamiento. Pero lo cierto es que la empresa privada debe administrarlo. Sería un error que lo haga el Gobierno porque a menos que haya una subvención, saldría más caro que los otros tipos de medios de transporte y la inversión habría sido un desperdicio. Y esa subvención seria desastrosa.

Mientras esté el mar tranquilo aprovechemos para remar todos hacia el mismo lado, no vaya a ser que luego venga la tormenta y nos hunda el barco.