29 abril, 2024

Intangible

El tiempo es intangible, las estrellas son intangibles… tal vez no.

Lo que creemos intangible, de repente, se puede tocar con el sentido de la percepción. Una manera de “sentir” que no es nueva, es propia de muchas personas y más bien se dice “percibir”, receptar aquello tan sutil, que de manera general pasa desapercibido.

Estar en un lugar lleno de gente y “saber” que entre tantos habrá uno que sufra un síncope, y pasa.

Estar en un evento y darse cuenta de que hay uno que baja las gradas sintiéndose Napoleón, y lo ves, está ahí, eso se cree.

Mirar con vista panorámica y posar tus ojos en aquello que ya sabes que está ahí… y te espera…

Todo eso, lo intangible, pero que cuando vas teniendo consciencia entonces se va haciendo tangible, y de manera metafórica o no podrías decir que lo alcanzas a tocar con tus sentidos.

El humano diferente, al que algunos llaman humanoide, es capaz de eso y de más.

Soy una creyente de que en muchos aspectos caminamos por y hacía ese sendero, sobre todo en el aspecto de las relaciones interpersonales y en el campo de la salud.

La mayoría de las patologías son el resultado de “eso” intangible que se quedó dando vueltas por nuestro cuerpo, esa casa portadora del ser, y no ha podido metabolizarse debidamente; un instante amargo, un choque emocional, un momento doloroso… o muchos. Tantas veces de aceptar lo que es inaceptable, de decir si a lo que había que decir que no, de callar lo que hubo que gritar, de reprimir lo que debió salir. Todo eso lo intangible.

Lamento que a veces no puedo responder a los correos de las personas que hacen sus comentarios a mis artículos, pero quiero que sepan que los tengo muy en cuenta e intento al menos enviar buena vibra, que su situación mejore; y les pido, insistan, que si logro sacar el tiempo, les escribiré.

Una buena actitud por parte de seres que ni conocemos, pero que emanan ese deseo hacía otros, es también algo intangible, pero que da resultados muy concretos, reconocibles y que se pueden ver. Los llamamos milagros, son logros del afán de bien de un ser por otro; cuando no esperas nada a cambio, y solo das esa energía que sale de ti y se comparte al mundo.

Intangible es el amor y es tan concreto; intangible es la ternura y es tan efectiva; intangible es la bondad y se la puede ver con exactitud en la sonrisa sincera, o la alegría, ¿qué dicen? ¿Es invisible? ¡Pues no! Se escucha a carcajadas, se aprieta en un abrazo y trasciende en el brillo de tus ojos.

Cuando sientan un dolor, un malestar, una pena, un mal humor, pregunten: ¿Qué es esto? … y háganlo visible, tangible, tocable, y sencillamente díganle: adiós, si no es bueno para mi, regresa de donde viniste y no vuelvas nunca más.

Empecemos a hacer de nuestra vida un lugar saludable para transitar por este mundo.

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El padre Luis Martínez de Velasco, fue un sacerdote español, que llegó al Ecuador en el año 1968, primer rector de la Iglesia rectoral, San Josemaría, en la vía a Samborondón; escritor fecundo y colaborador de diario El Universo, con la columna “Dios y yo”, su último artículo a propósito de la festividad de Cristo Rey, lo empezó a escribir un día antes de su partida al Padre, fue publicado hasta el sexto párrafo, hasta donde lo dejó. Sugería revisar la caridad en cada uno, de acuerdo a lo que exhorta el Papa Francisco en Evangelii Gaudium (La alegría del Evangelio), para no caer lo que se puede llamar, “caridad a la carta, una serie de acciones tendientes solo para tranquilizar la propia conciencia…”

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Hoy quiero dedicar este texto a mi amigo Rafael Cuesta Caputi, el mejor director de Noticias de la televisión nacional. Actualmente es el Director de los distintos y variados noticieros de canal uno. Rafael es pionero por practicar en la televisión ecuatoriana el formato de la crónica roja, tema espinoso, agudo, a veces trágico, en ocasiones un doblez. Lo impuso con todo éxito en canal 10 posicionando al noticiero del canal en primer lugar durante todos los años que lo mantuvo dirigiendo. Ahora en canal uno continúa su liderazgo, ejerciéndolo con profesionalismo y calidad.

Rafael es un hombre de retos, de desafíos. Dirigir un noticiero y ponerlo en primer lugar en el competitivo mundo de la televisión es para Rafael una tarea inmediata, no se anda con vueltas, sabe del oficio de hacer televisión de fuerte contenido noticioso, sin abusar de la información, siempre tratándola con el debido respeto para que el ciudadano espectador la reciba tal como es, sin ocultarla ni tergiversarla. Rafael Cuesta es un hombre sin tacha, jamás cuestionado en su credibilidad, original; de todas las formas y maneras un gran comunicador.

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