Para algunos, el Informe a la Nación -presentado la semana anterior- fue una mezcla de réplica del terremoto, debido a ciertos anuncios del primer mandatario, muestras de egocentrismo, loas por su acción y un gran show; como si se presentara un equipo de fútbol, donde tras cada nombre venían grandes aplausos. Parecía que lanzaban candidatos para las futuras elecciones; una de ellas hasta se confundió y cambió de cargo, como si el subconsciente le jugara una mala pasada. ¿En qué andará pensando?
Se dice que “muerto el perro, se acabó la rabia” y muchos pensaron que el retiro de los proyectos de la Ley de Herencia y Plusvalía implicaba su archivo definitivo, ¡pero no! La pesadilla continúa. El perro no estaba muerto, andaba de parranda. Tan desacreditados proyectos serán presentados nuevamente por el Ejecutivo, con más fuerza que nunca, junto al rechazo y descontento de muchos. Ante el solo anuncio, la respuesta de varios sectores ha sido: “una grave equivocación económica, social y política”; “más impuestos, más empobrecimiento, más desconfianza, porque esto afecta, definitivamente, el derecho de las familias a progresar”.
Otra medida comunicada por el mandatario fue la de eliminar 12 viceministerios y 6 entidades gubernamentales. Si bien es cierto que se deben efectuar recortes en el gasto fiscal, no obstante preocupan los cientos de despidos que existirán. Ojalá el seguro de desempleo no colapse, pues en lo que va del mes de creación cerca de cinco mil personas han solicitado este beneficio. Si pudiera elegir, no eliminaría la Secretaría Técnica de Discapacidades, institución que sirve justamente para atender a este importante grupo vulnerable de la sociedad.
De conformidad con la Constitución es obligación del Estado prestarles atención especializada, asistencia permanente y las correspondientes ayudas técnicas, así como exenciones en el régimen tributario, entre otras.
En general, luego de haber escuchado el informe provoca mencionar el refrán popular que dice: “quien no te conoce, que te compre”. Una sola palabra cabe: ¡Lamentable!
