27 abril, 2024

Mujer maravilla

A las que tenemos hijos nos tocó hacer una parada obligatoria el fin de semana: Batman vs. Superman. Al final de la película una novedad: la Mujer Maravilla, “guerrera de las amazonas”, conocida en su tierra natal como “princesa Diana de Themyscira”, que despojada de todo estigma se presenta como una mujer fuerte, luchadora y segura de sí misma.

Como no tengo hija, nunca había observado las opciones en el mercado para niñas: todo rosado, delicado, cocinitas y princesas Disney.

Ecuador, país con una sociedad machista por antonomasia, nos acostumbró a que la mujer se queda en casa atendiéndola, esperando a que venga un marido (que la saque del yugo paterno a su nuevo yugo), y a que sea prácticamente una figura secundaria con labores domésticas y de crianza; un molde estereotipado. Pero si ella rompe esquemas y es independiente, fuerte, emprendedora, entonces no es buena y hay que destruirla, recibiendo el “primer palazo” por parte de las de su clase.

Quizás las verdaderas culpables somos las madres, que no educamos a nuestras hijas como amazonas listas para la batalla, guerreras incansables y luchadoras, que se ubican al lado del hombre y pueden competir con él sin ningún complejo.

Ahora, esfuerzos para erradicar este mal existen y uno importante es el de ONU Mujeres y su red para conseguir la igualdad de género en la educación superior, y para eliminar la discriminación y violencia contra esta. Pero la concientización debe iniciarse en casa, desde la cuna, pues según estadísticas del INEC, aún son pocas las mujeres que llegan a cursar estudios en la universidad y de ellas solo el 25 % culminan por varios factores, como la maternidad.

Despojémonos del complejo de Cenicienta, ese profundo deseo de ser cuidada por otro; no existe un príncipe azul que viene a trasformar la vida de las mujeres, somos nosotras mismas las únicas que podemos romper ese mito de la fragilidad y vencer al machismo, con inteligencia, preparación, dignidad y esfuerzo. Todas podemos y debemos ser Mujeres Maravilla.

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El dedo

Parecería ser un miembro inofensivo e insignificante del cuerpo humano, casi un simple apéndice al final de cada mano. No le hemos dado su debida importancia y tan es así, que la flamante Constitución de Montecristi no le dedica un párrafo siquiera. Creo que es un error ya que ha cobrado trascendencia en el léxico penal ecuatoriano y ya amerita legislar debidamente. Que se apure el Corcho a tapar la botella que abre el Soberano cada fin de semana.

Irma Parra en Riobamba y Pepe Torres en Buenos Aires levantaron su dedo medio. Irma está acusada penalmente por injuriar al Presidente, y Pepe seguramente merecerá un ascenso en el ministerio de Cultura donde dicen que trabaja. A Irma el mismo Soberano rodeado de su guardia pretoriana, la sentenció expeditivamente a grito tendido, y luego en su cadena sabatina le hizo un striptease de sus pecados veniales y mortales. ¡Qué expeditiva es la justicia ecuatoriana! Con Pepe sucederá algo contrastante. Pese a que todos lo hemos visto retratado con su grueso dedo medio levantado delante de los libros exhibidos en el pabellón ecuatoriano durante la feria cultural argentina, no fue tomado en cuenta durante la cadena sabatina. ¿Porqué tratamiento tan distinto en el manejo jurídico del dedo, que en un caso merece un castigo y en otro posiblemente promete un premio? Al parecer hay dedos y dedos, y esto hay que remediarlo para poder proclamar a los cuatro vientos que los dedos ya son de todos igualitariamente.

2 comentarios

  1. Estimada
    Usted es madre de varones por lo que interpretamos y como tal de Usted depende la educacion de sus hijos, de no dejarlos abandonados a la educacion social que menciona
    Las verdaderas amazonas saben y mucho de criar bien a sus hijos varones ya con eso no hace falta empezar a discriminar con eso de EDUCAR LA LAS MUJERES COMO TAL O CUAL.
    LKas madres deben educar de manera igual a sus hijos/hijas ya que ambos efectivamente valen de manera identica para las sociedades.
    Las madres que abandonan a sus hijos en esa supuesta batalla de creer que son discriminadas (ellas ya son machistas) y buscan encontrar una supuesta igualdad son las responsables de los fracasos mas rotundos como mujeres y como madres.

    No siempre es bueno hacer lo mismo que los otros para creer que somos iguales, la base del respeto por uno mismo es saber que cada uno debe ser responsable de sus acciones y saber que para no tener machismo no se debe educar de manera distinta.

    Creo que no todas las mujeres pueden ser amazonas si piensan de la manera que Usted escribe.

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