7 diciembre, 2024

Bienvenido Alberto Dahik

La economía no va bien. Con la caída del precio del petróleo el Ecuador se ha empobrecido, va a haber menos para inversión y para sueldos, lo que traerá desempleo estatal y luego productivo, al reducirse el consumo. Estábamos muy contentos con una ilusa prosperidad, gastábamos y nos endeudábamos. Nos adormecimos. Hoy lo sufrimos.

El fortalecimiento del dólar ha encarecido el producto nacional frente al extranjero. Si no lo protegemos o promovemos nos veremos inundados de productos importados, cerrando industrias y talleres, generando aún más desempleo.

Salir de la dolarización no es viable, causaría un estallido social de imprevisibles consecuencias, porque ¿cómo esperar un manejo monetario prudente? El Estado podría pagar parte con dólares y parte con una moneda paralela, igual de imprevisibles consecuencias. Podríamos reducir el presupuesto hasta balancearlo, trayendo el brutal desempleo que vive España. No cabe endeudarnos más, a altas tasas, y peor aun hipotecando nuestro petróleo. Pero nos hace falta atraer dinero de afuera. ¿Qué hacer?

Hace unos días una prestigiosa universidad, la UEES, puso en marcha su Centro de Estudios Económicos y Sociales para el Desarrollo (ojalá sus realizaciones sean tan largas como  su nombre), dirigido por Alberto Dahik. Un hombre de talla, experiencia y conocimiento, capaz de plantear a la sociedad propuestas económicas. No comparto todo lo que propone, pero es un viento fresco frente a un Gobierno paralizado y a una oposición sólo con críticas y Fuera Correas. También frente a la declaración de un funcionario público: “son políticas ortodoxas que están en contra de la política del Gobierno”. Lo que necesitamos no es políticas ortodoxas ni las del Gobierno, necesitamos las apropiadas y viables para salir de la crisis.

Para ello, como anota Alberto Dahik, hará falta conciliación, consensos. Según él hemos desperdiciado la dolarización la que conlleva una política hacia afuera, no autárquica. Propone atraer capitales, abriéndonos a la banca extranjera y eliminando restricciones al movimiento de capitales. Subraya que hace falta olvidarse de lo que desestabiliza la confianza, como el ALBA. Es cierto que no tenemos suficiente seguridad jurídica, pero tenemos seguridad cambiaria y tasas muy superiores a las que se pagan afuera. Para atraer recursos necesitamos credibilidad. Nos ayudaría un acercamiento al Fondo y al Banco Mundial, acordando un programa “ortodoxo”. Nada de malo con ello, han salvado a muchos países en crisis. Las medicinas del Fondo son amargas, pero son producto de lo que hizo o no hizo el país, que lo llevó a la crisis.

Habiendo trabajado diez años en el Banco Mundial no tengo tanta fe como Alberto Dahik en las instituciones internacionales, pero reconozco que ofrecen recursos a largo plazo, a bajo costo, para desfases presupuestarios y para proyectos necesarios que ya no podremos incluir en nuestro menguado presupuesto. Son una tabla de salvación, hoy no veo otra.

Ojalá la presencia de Alberto Dahik sea fuente de ideas y de diálogos. Nuestro Presidente se enfrenta a dilemas económicos y políticos  que deben quitarle el sueño, la paz y ojalá no la esperanza. Arenga para sostener la moral de sus correligionarios, echando leña al fuego opositor. Necesita propuestas como las de Alberto Dahik. Sus colaboradores no es probable se las den, han vivido la abundancia, no tienen experiencia política ni económica en situaciones de crisis.

Rafael Correa es nuestro Presidente, y va a seguirlo siendo hasta que termine su mandato. Nuestro futuro y el de su organización política dependerán de que tome las decisiones apropiadas. Es por ello que en otro artículo hablé de apoyar al Presidente para que él, en la zozobra de  la situación actual, sienta ese apoyo y se abra al diálogo, a examinar otras propuestas. Por el bien del país. Creo que con marchas, insultos y Fuera Correa estaremos peor.

Trabajo de todos.

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En contabilidad, todo balance debe cuadrar, caso contrario, está mal. En finanzas públicas, no se debe gastar más de los ingresos y nunca sobre la capacidad real de endeudamiento. De otro modo, hacerlo es una grave irresponsabilidad, igual pretender que una deuda no existe o no es tal. Los Cetes recién emitidos no se contabilizarán como deuda de acuerdo al nuevo Código de Finanzas. Disimular, acomodar cifras, endeudarse más allá de las posibilidades de un país, ponen en riesgo el desenvolvimiento sano de la economía y el bienestar del conglomerado social. Deber encima de la capacidad de pago, o hacerlo en términos onerosos, traiciona la confianza de los ciudadanos y perjudica a las generaciones futuras que sufrirán obligadamente las consecuencias.

Recién hace pocas décadas pudimos librarnos de la pesada carga que significó por casi dos siglos la deuda de las guerras de la Independencia. El propio Bolívar comentaba con sorna y dudaba del verdadero destino de esos fondos, dando a entender que, en su negociación y en el uso de ellos, se habían producido algunas irregularidades y manejos poco claros.

3 comentarios

  1. ¿Y qué propone usted Sr. Castro? ¿destituir al Presidente, elegido por amplia mayoría de ecuatorianos, y reemplazarlo?,¿por quién?, ¿con qué sustento?, ¿a través de marchas y Fuera Correas?, ¿con qué apoyos institucionales e internacionales? Más bien plantee sus propuestas. ¿Es fácil criticar, especialmente cuando hay tanto que criticar, es más difícil proponer soluciones válidas y factibles para nuestro país. Por eso reitero, bienvenido Dahik, quien propone consensos y soluciones.

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