27 abril, 2024

Estoy harto de tanta mentira Gubernamental

Francisco Febres Cordero, recalca: “¡Qué gran revelación que hizo el excelentísimo señor presidente de la República!: él era quien, a la final, decidía qué iba y qué no en la Constitución de Montecristi. Al principio el que le consultaba era el Alberto Acosta…

Tan horrible que le cogió en curva al excelentísimo señor presidente de la República y le convenció de que incluyera en la Constitución ese artículo que habla sobre la resistencia, que es el derecho que tiene el pueblo para no acatar lo que considera injusto. Un derecho a pensar. Un derecho a decir. Un derecho a rebelarse contra los atropellos y el oprobio.”

La más soberana mentira es echarle la culpa de la mala situación del país al “impredecible” “acto de la naturaleza de la caída del precio del petróleo”. La caída del precio del hidrocarburo se debe a motivos comerciales.

El acto del entorno se debe exclusivamente al despilfarro, la corrupción de sus falanges… a la pésima administración por su soberbia e inestabilidad emocional.

Somos culpables de dar cabida a personalizaciones que han convertido a la torrentada en muchos goteos sin fuerza per se.

Ya pusieron “salvaguardas” que analizadas adecuadamente son barreras protectoras a la ineficiencia y abonan el campo a la corrupción de la pandilla.

Para que la verdad sea tapada se crean leyes funestas que prohíben la libre investigación o expresión.

Ahora, Ipiales es materia de fastidio en forma totalmente opuesto al que fue cuando los comerciantes eran los ecuatorianos.

Más no olvidemos que la inflación se considera como un impuesto que recae sobre las rentas de trabajo. Es decir, un impuesto en el que paga más quien menos tiene.

Recae no sobre los beneficios empresariales. El empresario ajusta sus precios a los costes. Si importa, los costes van a ser mayores, ya que la moneda local vale menos, entonces subirá precios, es automático. Sin embargo, los salarios no suben con la misma rapidez.

La causa es, normalmente porque el gobierno emite más dinero. Ese dinero se lo queda él, por eso se compara la inflación con un impuesto infame.

La moneda vale menos, porque si la masa monetaria de un país es X, al emitir dinero inorgánico, el valor total no aumenta, solo lo hace en el monto del papel que representa ese dinero.

Una devaluación es terrible para los pequeños comerciantes y los individuos que residen en un determinado lugar; sin embargo, para los exportadores y endeudados puede ser una fuente importante de enriquecimiento, por lo que en muchos países se da que muchos exportadores ponen de su parte para que la moneda de su país decaiga y se declare la devaluación a fin de conseguir hacer mejores negocios y enriquecerse.

Entre aquellos que más se ven afectados por la devaluación se encuentran los empleados a sueldo, los jubilados (con sus mismos salarios no podrán acceder a los productos que aumentan cada día y deberán exigir un aumento del mismo o una revisión de sus contratos), aquellos que estén pagando una deuda en moneda extranjera pero reciben un ingreso en la moneda nacional.

Cuando la actividad de las bandas deriva, especialmente las con licencia de Corso, hacia la violencia y el comportamiento antisocial se produce una erosión de la convivencia y de los derechos cívicos.

Los Policías y fuerzas del orden, que son los cuerpos de seguridad más próximos al ciudadano, son un potente instrumento para identificar y evaluar a aquellos grupos y para prevenir dichos comportamientos antisociales. Desafortunadamente también son víctimas de las tentaciones banales.

Artículos relacionados

Eslabones y engranajes

En una entrega anterior indicaba que los eslabones de la corrupción son muchos. Que no sabríamos con exactitud cuantos tendría la cadena. Que con seguridad los últimos estarían en Carondelet y otro […]

El Terrorismo y las FARC

El Presidente de la República expresó en una entrevista en el
exterior que las FARC no son terroristas, por lo que considero
necesario realizar las siguientes reflexiones

1- El Derecho Internacional califica a los guerrilleros como beligerantes
solo si cumplen los siguientes requisitos:

  • Tener un emblema fijo y reconocible a distancia.
  • Llevar armas sin ocultarlas
  • Tener un Jefe y conducir las operaciones de acuerdo con las leyes y
    costumbres de la guerra.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×