El Ofrecido

¡Lo que uno tiene que escuchar en esta vida! Un hombre le dice a una mujer mediante un video casero que es «una ofrecida» y que la acusa de acoso ¡Qué barbaridad! ¡Cuánta violencia!

No tengo el gusto de conocer a la dama a quien se refirieron en términos tan peyorativos, pero como mujer y ecuatoriana me solidarizo con ella y las rechazo. Seguro quien se expresa así de una mujer, no me representaría jamás y no merecería un solo voto mío y con certeza, de muchos ecuatorianos que están contra la violencia hacia la mujer y el machismo.

Pero esto va más allá de la política. Primero, en vez de estar dedicadas a ‘hackear’ redes sociales de políticos, las autoridades deberían controlar que este tipo de contravenciones no acontezcan, y a sancionar a quienes las publiquen. Segundo: ¿qué es eso de cuestionar a una mujer soltera y tildarla de «ofrecida», acotando que «llamaba y perseguía insistentemente, seduciéndome, sabiendo que yo estaba bien y vivía con mi esposa e hijos…?». ¡Pero qué soberana audacia! ¿Quién juró respeto y fidelidad a su pareja? ¿El casado o la soltera? ¡Estamos locos! ¿Quién es el ofrecido?

Lo lógico y sensato es que la Comisión de Ética y Disciplina del Consejo sancione este tipo de conductas que constituyen un atentado contra los Derechos Humanos. Muchos ecuatorianos que rechazamos en todos los ámbitos la violencia contra la mujer, estaremos pendientes de la decisión del juez respecto de la justa denuncia presentada por «violencia de género», pues va a constituir un precedente importante para que otros audaces «hombres casados», no se dediquen a ofender a mujeres solteras «porque las cosas no les salieron como quisieron». ¡Cuánto machismo!

Un «consejito», aunque nadie me lo ha pedido: si cuando cosas así de penosas y desagradables acontecen y el autor de la violencia contra la mujer «no se va a defender», le recomiendo no ser un «ofrecido» en la cárcel, pues ahí sí, de seguro, le saldrán muchos acosadores.