Carta abierta a la fuerza pública del Ecuador

Compatriotas  todos  de  las Fuerzas Armadas  y de la Policía:  tropa, oficiales  y autoridades superiores.

Como ecuatoriano, y en  apego total  a los principios democráticos  expresados  en  la Constitución  en vigencia,  me permito pedirles reflexionar  en este contexto, sobre  la situación  social y política  actual  que sufre la sociedad ecuatoriana, poniendo en peligro  la vida misma de la República.  Conocen, por demás, que  el Art. 158 aclara que “Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional  son instituciones de protección de los derechos,  libertades y garantías de los ciudadanos”.  Cosa que  está complementada  en el párrafo 4to  de este  mismo artículo  cuando dice “ Los servidores  y servidoras de las Fuerzas Armadas y  la Policía Nacional  se formarán bajo los fundamentos de la democracia y de los derechos humanos, y respetarán la dignidad y los derechos  de las personas sin discriminación alguna  y con apego irrestricto al ordenamiento jurídico”.

¿Qué esta acaeciendo, sin embargo,  desde que  fue anunciada  la Marcha  Indígena  y  luego del Paro  del jueves 13  de  este mes?  El asedio a las comunidades  de los pueblos nativos y la persecución  a sus integrantes, en especial  sus dirigentes,  ha sido  la tónica permanente  de la fuerza pública, incluso usando, como demostración de  poder,  gases lacrimógenos.  Algo que, incluso,  ha desbordado todo sentido común  es   entrar  en  sus  viviendas, golpeando  y arrastrando  no solo a  hombres  adultos, sino también a mujeres  y ancianos.  En el sur del país,  las comunidades  de Saraguro y  los pueblos Shuar y  Achuar   han sufrido  estos atropellos  con marcada alevosía…

¿Cómo  compadecer  este accionar, torpe por decir lo menos,  con  la capacitación  sobre  derechos  humanos y sociales  y garantías constitucionales, justamente  para  evitar  estas  formas desmedidas, antihumanas que, supuestamente,  ha estado recibiendo  la fuerza pública, militares y policías?  Porque, además, es exigencia constitucional, sumada al derecho Internacional,  utilizar “ medios de disuasión y conciliación como alternativas al uso de la fuerza”. ¿Es que, acaso, la enseñanza  aprendizaje ha sido tan pobre, tan escuálida  en  contenidos  de valores  humanos que, prácticamente, no ha servido para nada? ¿No es que hasta los delincuentes están, por derecho, exentos de maltrato? ¿O ES QUE  LOS MIEMBROS DE LAS COMUNIDADES INDÍGENAS, POR ALGUNA LEY, NORMA  Y DICTAMEN ESPECIAL, EXTRA LÍMITES  DE LA CONSTITUCIÓN  Y  DEL DERECHO INTERNACIONAL, PUEDEN SER  PERSEGUIDOS, GOLPEADOS Y VEJADOS, PEOR QUE DELINCUENTES?

Dos asuntos más deben tenerse en cuenta  en esta  reflexión en torno  a los graves sucesos  que nos debe  preocupar a todos: 1)  El estado de excepción, inconstitucional al no observar “los principios de proporcionalidad y razonabilidad”,   decretado  por el gobierno,  nada tiene que ver  con  la movilización social de los ecuatorianos por sus derechos, pues ésta  nada tiene que ver con la erupción del Cotopaxi; 2)  Es necesario tener presente que, en ningún artículo de la Constitución,  la fuerza pública  está definida  como guarda espalda  personal del gobierno  o del proyecto  político  que promueva el régimen  de turno. Tal cual quedó señalado  al principio, “ Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional  son instituciones de protección de los derechos,  libertades y garantías de los ciudadanos”. O SEA, EN ACUERDO TOTAL CON EL PUEBLO, QUE ES EL ÚNICO SOBERANO EN LA REPÚBLICA DEL  QUE DEPENDE, JURÍDICA  Y POLÍTICAMENTE, EL ESTADO DE DERECHO.

De no suceder  esto, entonces  el pueblo ecuatoriano está en la obligación de  recurrir, justamente para salvar la República y con ella sus libertades,  a la Resistencia “… frente a acciones u omisiones del poder público… que vulneren o puedan vulnerar  sus derechos constitucionales, y demandar el reconocimiento de nuevos derechos”, tal cual  está  expresado en el Art. 98 de la actual Constitución. POR ESO, NADA NI NADIE,  CON ESTADO DE EXCEPCIÓN O NO,  PUEDE  EVITAR QUE EL PUEBLO, AL SENTIRSE AMENAZADO EN SU PROPIA VIDA, CONVOQUE  EL DERECHO A LA RESISTENCIA. Todos debemos  recordar  también que  el 2do. Párrafo del Art. 159 dice, concretamente, “ Las autoridades de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional  serán responsables por las órdenes que impartan. La obediencia a las órdenes superiores no eximirá de responsabilidad a quienes las ejecutan”. ESPERAMOS  QUE ESTE PEDIDO A LA REFLEXIÓN,  PROMUEVA EN ALGO LA ACTITUD DEMOCRÁTICA DE LA FUERZA PÚBLICA, PARA COMPRENDER LA OBLIGADA LUCHA DEL PUEBLO EN LAS CALLES, SIN QUE INTERVENGAN LAS IRRESPONSABLES MANIPULACIONES DEL PODER…