7 diciembre, 2024

Donald Trump

El magnate gringo Donald Trump a propósito del lanzamiento de su candidatura a la presidencia de los EE.UU. por el partido republicano ha lanzado un discurso racista y lleno de odio contra México y los mexicanos. Sus declaraciones son completamente desagradables y constituyen una ofensa. No podemos y no debemos pasarlas por alto.

Dijo: “Construiré una gran barrera en la frontera sur y haré que México pague por ello, marquen mis palabras”, “México no es nuestro amigo” o “México manda a su gente pero no manda a lo mejor. Está enviando a gente con un montón de problemas. Vienen narcotraficantes, delincuentes, violadores”. Entre otros términos que evidencian racismo y generan fanatismo. Dos días después de este incidente xenofóbico, un joven de 21 años, armado, ataca una antigua iglesia cristiana en Carolina del Sur y dispara a nueve personas, matándolas en el acto, lo que constituye un ataque racista que se une a las declaraciones de odio racial emitidas por Trump, en una macabra coincidencia de una supuesta superioridad blanca.

Trump dijo más de lo  que se ha publicado y si bien ha habido un fuerte rechazo por parte del New York Times, del Washington Post y otros medios importantes de opinión pública, con sus palabras también han coincidido otra buena parte de la sociedad norteamericana para quienes negros, mexicanos, asiáticos, latinos constituimos una amenaza para la estabilidad de los EE.UU. y garantizar su poderío y riqueza.

Las declaraciones de Trump no son aisladas y hacen concurrencia con lo dicho por la escritora Ann Coulter, una columnista y escritora estadounidense de tendencia conservadora que colabora en varios medios de comunicación. Sus últimas declaraciones sobre México fueron polémicas. Esta mujer habló de “bombardear México para acabar con la influencia malévola que ejerce México sobre la sociedad norteamericana”. Dijo que se siente “invadida por los mexicanos” y los llamo gente indeseable, problemática y violenta.

Este par de racistas no destacan ni valoran peor reconocen el trabajo de los migrantes para asegurar la prosperidad y la riqueza norteamericana. Los migrantes constituyen una poderosa fuerza laboral que trabaja con esfuerzo y ganas, muchas ganas, para alcanzar un mejor nivel de vida y que si bien hay algunos que causan problemas, también los EE.UU. tiene su propio historial de odio racial, al parecer, hasta ahora superado. Un ejemplo de aquello es Dylann Roof, de 21 años que ataco la iglesia y asesino impunemente a nueve ciudadanos que asistían a un curso bíblico. Antes del ataque, un testigo narra que Roof dijo: «Tengo que hacerlo… Ustedes violan a nuestras mujeres y están tomando nuestro país y se tienen que ir».   Tal como dije Trump de los mexicanos: “Se tienen que ir”. No importa que los mexicanos y demás emigrantes seamos gente trabajadora, de impulso y generación de riqueza, que paguen sus impuesto como es debido y que hayan aprendido a amar a los EE.UU. por la oportunidad de riqueza y progreso que ha ofrecido, ofrece y sigue ofreciendo.

Sé que las declaraciones de Trump han sido debidamente rechazadas y condenadas en todo su contexto, por ser desagradables, oprobiosas e infamantes, eso está bien, pero ya las dijo y han permitido que crezca un resentimiento entra las distintas comunidades migrantes y el establisment norteamericana. Esa sensación de consternación, de que a pesar de trabajar duro, de pagar los impuestos debidamente y esforzarse por progresar; lo evidente está ahí, no somos de aquí, no pertenecemos aquí, a tal punto que se afrenta a los migrantes, por ser el otro y no ser los gringos, ojos verdes, color azulado, prepotente y ser superior.

EE.UU. no se ha curado de su complejo de pureza, está regresando a sus peores tiempos, replicando terribles odios raciales en estos tiempos de globalización y de igualdad ante la ley como nunca antes en la historia.

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Honrar la deuda con la democracia quiere decir mucho más que promulgar constituciones políticas, firmar cartas democráticas o celebrar elecciones periódicas. Quiere decir construir una institucionalidad confiable, más allá de las anémicas estructuras que actualmente sostienen nuestros aparatos estatales. Quiere decir garantizar la supremacía de la ley y la vigencia del Estado de Derecho, que algunos insisten en saltar con garrocha. Quiere decir fortalecer el sistema de pesos y contrapesos, profundamente amenazado por la presencia de gobiernos tentaculares, que han borrado las fronteras entre gobernante, partido y Estado. Quiere decir asegurar el disfrute de un núcleo duro de derechos y garantías fundamentales, crónicamente vulnerados en buena parte de la región latinoamericana. Y quiere decir, antes que nada, la utilización del poder político para lograr un mayor desarrollo humano, el mejoramiento de las condiciones de vida de nuestros habitantes y la expansión de las libertades de nuestros ciudadanos.

2 comentarios

  1. mientras el mundo sea mundo, y las personas seamos personas, siempre habrán exabruptos de ciertas personas, aunque personalmente no creo que necesariamente USA sea racista, porque es el país donde viven millones de personas de diferentes razas, sin mayores problemas ni discriminaciones; precisamente hace noticia y llama la atención que un personaje millonario que aspira entre sus obsesiones el de ser Presidente de USA, se exprese así a la ligera de los mexicanos, sin aclarar que posiblemente este preocupado porque en México existen carteles de la droga, y teme que se pasen a USA, lo que significa exactamente otra cosa totalmente distinta a lo que se interpreta que dijo el magnate que aspira a la Presidencia por el partido Republicano. Sin embargo, no creo que gane la nominación frente a dos candidatos que si se muestran muy gustosos con sus raíces latinas: Jeb Bush casado con mexicana, hijos pro latinos, el habla español en su casa tan bien como el ingles, y; Ángel Rubio hijo de cubanos, con totales vínculos latinos.

  2. mientras el mundo sea mundo, y las personas seamos personas, siempre habrán exabruptos de ciertas personas, aunque personalmente no creo que necesariamente USA sea racista, porque es el país donde viven millones de personas de diferentes razas, sin mayores problemas ni discriminaciones; precisamente hace noticia y llama la atención que un personaje millonario que aspira entre sus obsesiones el de ser Presidente de USA, se exprese así a la ligera de los mexicanos, sin aclarar que posiblemente este preocupado porque en México existen carteles de la droga, y teme que se pasen a USA, lo que significa exactamente otra cosa totalmente distinta a lo que se interpreta que dijo el magnate que aspira a la Presidencia por el partido Republicano. Sin embargo, no creo que gane la nominación frente a dos candidatos que si se muestran muy gustosos con sus raíces latinas: Jeb Bush casado con mexicana, hijos pro latinos, el habla español en su casa tan bien como el ingles, y; Ángel Rubio hijo de cubanos, con totales vínculos latinos.

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