8 diciembre, 2024

La prepotencia y el poder…

La conducta patológica manifestada por un individuo prepotente, es una pantalla para compensar el miedo que le produce su enorme complejo de inferioridad.

En psiquiatría se ha estudiado perfectamente este fenómeno.

Generalmente el prepotente es un acomplejado que ha sido marcado por algún trauma psicológico, lo suficientemente importante en algún período de su edad temprana.

Con mucha frecuencia los complejos de inferioridad o las situaciones repetitivas que lesionan psicológicamente a un individuo, hacen que quien los experimente desarrollen un miedo incontrolable al sentir este impacto que se convierte en un complejo.

Este miedo inconmensurable es el responsable del tormento que vive el acomplejado y también el freno que inhibe el accionar de quién oculta su complejo.

Para comprender mejor este fenómeno; les pongo un ejemplo.

Un niñito es postergado socialmente por su precaria condición económica. Sus amigos lo marginan y no es invitado a las reuniones sociales porque lo “cholean” Etc.

El niñito crece con rencor y resentimiento contra la sociedad que lo margina por este hecho. Interiormente esta postergación se convierte en un complejo y a temprana edad siente miedo por experimentar este complejo. El terror a ser rechazado lo inhibe de actuar socialmente con sus compañeros. Pero interiormente este complejo va aumentando cada día con la generación de mayor rencor, mayor frustración, mayor resentimiento.

Supongamos que este niñito se hizo un adulto y no fue nadie trascendente en la vida. Guardará internamente su gran resentimiento y será un individuo amargado que aceptará pasivamente todo lo que le impongan, a pesar de que en su interior lleve un rencor inusitado, que en cualquier momento explotará como una bomba.

La otra posibilidad es que el niño acomplejado por alguna circunstancia de la vida tenga el poder total para incidir en la sociedad que lo marginó. En ese momento es donde el rencor que ha acumulado durante años, se manifiestan como una venganza o un resentimiento desmedido frente a todo lo que inconscientemente le recuerde el trauma que vivió.

A este exceso patológico de mal uso del poder se le denomina prepotencia. Generalmente el mismo se acompaña de una ideación paranoide, que solo es un pretexto que justifica para quien lo padece, su actitud de prepotencia sobredimensionada.

Así por ejemplo, si un prepotente sale a la calle y varias personas le reclaman o le gritan, inmediatamente pensará que le quiere hacer daño, lo quiere matar, le están haciendo un complot o le quieren hacer una emboscada.

Entonces usará su poder para tratar de meter preso a quienes el cree que son sus emboscadores. También usará su poder para tratar de influenciar en los jueces para que vayan a la cárcel. Los individuos prepotentes son unos cobardes que se amparan en el mal uso del poder.  Son gente patológica que da rienda suelta a la venganza personal que les genera su rencor y los complejos que viene padeciendo desde niño. Son personas patológicas que sufren lo indecible porque ven enemigos en todas partes y con su accionar autoritario, lesionan a quienes no tienen la igualdad en el uso del poder para enfrentarlos.

Es una cobardía sin nombre invitar a pelear a alguien sise está respaldado por la fuerza pública, sabiendo que a quién se lo invita a pelear no tiene el suficiente poder para enfrentarlo en igualdad de condiciones.

Nadie en sus cabales puede pensar, que once personas sean capaces de perpetuar una emboscada a quién asevera que está respaldado en ese mismo momento por cinco mil. Su pensamiento paranoide es el que lo hace suponer en fracciones de segundo que ha sido sometido a una emboscada.

Esta ideación paranoide contrasta con la realidad conocida por las personas inteligentes que deben cuidarlo y están preparadas para saberlos acontecimientos previos de su seguridad.

Esta gente es experta y en ningún momento anticipó con estudios de inteligencia que se trataba de una emboscada planeada por once personas que querían emboscar a un  prepotente que era respaldado por cinco mil.

Un hombre tímido que tiene el poder, es una incertidumbre social.

Un hombre acomplejado que tiene el poder, es una amenaza social.

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1 comentario

  1. ¿Hasta cuándo el Ecuadir va a estar en manos de un acomplejado peligroso?
    Será hasta que nuestros milicos y mercaderes dejen de pensar egoístamente, supongo.

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