27 abril, 2024

Para la Unidad de Latinoamérica

En los 162 años del nacimiento de José Martí

“Los brindis pacatos de la diplomacia no unirán a estos pueblos. Los unirán, en el porvenir, los votos históricos de las muchedumbres”. J.C. Mariátegui

Por cierto que la querencia por la unidad de Latinoamérica no es de ahora. Podría decirse que esta esperanza está, de algunas maneras, planteada desde antes de los movimientos independentistas y, al mismo tiempo, bloqueada por los intereses caudillistas de uno u otro bando de los integrantes de dichos movimientos… Pero la conciencia por superar tales incongruencias viene despertando como parte de la misma contradicción. Las insistentes voces de Bolívar, Rodó, Martí, Vasconcelos, Mariátegui son aun motores socio políticos, de apoyo y proyección, de la unidad latinoamericana. Con mayor ahínco, hoy, en que esta aspiración dejó de ser una emotividad romántica y pasó, dadas las circunstancias de la globalización mundial, a una razón imprescindible…

Resumimos, aquí, algunos tópicos que en varios foros nacionales y extranjeros, hemos planteado desde hace muchos, muchos años… La aceptación a estos planteamientos siempre fue aplaudida. Pero en la práctica nada ha podido consolidarse. La burocracia diplomática, llena de protocolos y formalismos y la politiquería gubernamental repleta de amarres han sido, y sigue siendo, las fuentes de los grandes lastres que impiden y bloquean la unidad jurídica de nuestros pueblos, en sus relaciones efectivas de conjunto. Insistimos en que al tiempo que se construya entre los países de Latinoamérica los mercados financiero, comercial e industrial, que engloben y entrelacen sus intereses mutuos hay que tener presente, en un contexto de derechos y libertades reales, los siguientes aspectos, como parte de los eventos a superarse, día por día.

  1. Cédula única de ciudadanía. Marginación de visados. Movilización ciudadana con Fronteras Abiertas.
  2. Intercambio y aceptación de los distintos niveles de educación entre todos los países de Latinoamérica. Primaria, secundaria y universidad.
  3. Un carnet único de Seguro Social para la atención inmediata de ciudadanos de cualquier país de la región.
  4. Libertad de ejercicio profesional, previa la certificación del país de origen y su registro en el Departamento pertinente para dicho ejercicio, en el país anfitrión.
  5. Jurisprudencia base latinoamericana, civil y penal, en que conste, en interacción, la esencia pluricultural de nuestras naciones, sin marginar las resoluciones internacionales e intraétnicas de sus pueblos originarios, con un contexto de apertura hacia la especificidad de las normas internacionales.
  6. Como parte vital de esta jurisprudencia la conformación de una Constitución de Latinoamérica en que los principios vitales de una democracia de bienestar social, en justicia y libertad, queden definidos, y sobre estos que cada país estructure lo pertinente a sus características de su hábitat socio cultural.
  7. Revaloración del actual Parlamento Latinoamericano, estructural y funcionalmente. El Parlamento es el llamado a procesar y mantener los indicadores fundamentales de los países integrantes en la práctica temática social, económica, cultural, política, científica, jurídica desde un referente pluriétnico. Supervisar además, sus efectos y generar recomendaciones, según el proyecto global latinoamericano, en un entorno de cumplimiento de plenitud de libertades y derechos.
  8. Determinar un presupuesto base general en que todos los países estén comprometidos: a) aportaciones dignas y valederas para todo el proceso educativo, de higiene pública y salud comunitaria, como integrantes fundamentales de la seguridad social, b) aportaciones, con ascensos periódicos de recursos, destinado a la investigación operativa científica y al incentivo tecnológico industrial.

Desde luego que hay más elementos de juicio con los que puede aportarse para alcanzar la unidad de Latinoamérica. Incluso el modelo jurídico político para su organización global seguiría pendiente. Pero, al margen del camino individual que cada país tenga visualizado, hay situaciones concretas que ninguno podría abstenerse de aceptarlas y cumplirlas, tal cual tiene que ser en un estado de derecho. O sea, el bienestar social como meta, y todos los medios usados para su logro, transparentados por una justicia definida por las libertades y los derechos…

Artículos relacionados

El hombre que, desde Guayaquil, enfrenta a Chávez, Evo y Correa

¿Quién querría ahora vivir en Bolivia y Venezuela?, se pregunta el alcalde opositor de Guayaquil, Jaime Nebot, avizorando para Ecuador tiempos de escasez y división si el gobierno impone su receta de nuevo socialismo a través del proyecto de Constitución.

De 61 años, este liberal que hace ocho dirige la ciudad más próspera y poblada de Ecuador, es el lado opuesto del presidente Rafael Correa, con quien tuvo un trato cordial que mutó hasta convertirse en una abierta lucha en la que ambos se desafían con su popularidad y poder de convocatoria.

1 comentario

  1. Pero los requisitos principales que deben aportar para integrarse son: 1.- Pobreza.- 2.- Corrupción.- 3.- Democracia.- 4.-Analfabetismo.- 5.-Inseguridad.- 6.-Desgobierno.- Si cada país aportara económicamente lo suficiente para combatir estos males, que en algunos países es LACRA SOCIAL, podríamos hablar alguna vez de la unificación, sueño de Bolívar. Pero la degradación actual de estos principales 6 puntos de cada Estado, jamás podrá unificar criterios, (peor si a muchos politiqueros que gobiernan ya les gustó esto y quieren reelegirse indefinidamente)porque nadie quiere dejar la teta.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×